En el Hospital Beata María Ana hay más de 40 personas voluntarias que trabajan en distintos servicios. El grupo de voluntarios que desempeña su labor en la Unidad de Daño Cerebral (UDC) es especial: está formado en parte por expacientes de la propia Unidad.
Geólogo, profesor y empresario, Santiago Alcalde (a quien vemos en la foto superior) tiene 60 años y es uno de nuestros voluntarios. Dedica un rato semanal a acompañar a personas afectadas por daño cerebral ingresadas en la UDC del Hospital de Beata María Ana, donde él mismo estuvo hospitalizado. En 2005 tuvo un accidente de tráfico y sufrió un traumatismo craneoencefálico (TCE). Tras 35 días de UCI y 5 meses de hospitalización, le dieron alta hospitalaria y continuó con rehabilitación de fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia y neuropsicología. Actualmente padece secuelas leves y lleva una vida “normal”, asegura.
Santiago tiene tres hijos “maravillosos” y tres nietos, y dice estar “felizmente casado”. Al tener incapacidad laboral, nos cuenta que dispone de “mucho tiempo” para poder dedicarlo a dos ONG y a hacer ejercicio físico. “Soy consciente de que las terapias del hospital, la familia y los amigos logran recuperar o disminuir en gran manera muchas de las variadas afecciones, es por lo que participo como voluntario en las actividades grupales, como un proceso más de los variados sistemas de terapéuticos”, afirma.
Talleres programados
Las actividades en este taller las programa y realiza un neuropsicólogo junto a personal auxiliar, y los voluntarios colaboran. Las personas que participan cada día no siempre son las mismas y, por tanto, las actividades son variadas, en función de quienes sean los participantes y sus capacidades; trabajando mediante sencillas y entretenidas actividades, tanto psíquicas como físicas a través de juegos (bingo, dominó….), conversaciones acerca de la actualidad a través de la prensa, manejo de utensilios variados (lápices de colores, fichas….) y otras.
Desde el punto de vista de Santiago, esta actividad es muy gratificante para las personas voluntarias por dos razones: porque se obtiene una cercanía afectivo-emocional hacia las personas ingresadas, y viceversa, y, en segundo lugar, porque se observan las mejorías que van alcanzando de semana en semana. “Desde mi perspectiva externa, no profesional y de periodicidad semanal, puedo constatar las mejorías van experimentando lentamente las personas afectadas y comprobando como cuando se van de alta su estado de salud ha mejorado”, relata Santiago, para quien resulta también muy gratificante vivir la experiencia del trato con cariño y profesionalidad del conjunto de trabajadores de la Unidad. Por todas estas razones, Santiago considera que “ésta es una actividad aconsejable para expacientes, dado que quien ha experimentado esa situación, comprende a las personas afectadas y es consciente del conjunto de los valores que entran en juego”. “No se busca pero se obtiene una gran gratificación personal”, concluye.
Coordinación del voluntariado
Mª Victoria Mazo, Mariví, es trabajadora social y constituye uno de los pilares básicos de la Unidad de Daño Cerebral. Además, es la coordinadora del voluntariado en el Hospital. Mariví subraya que la iniciativa de personas como Santiago de prestar su tiempo y su apoyo como voluntarias es muy gratificante para todas las partes:
- Para los voluntarios, por el sentimiento de utilidad que dan a su tiempo y porque se pueden reconocer en esos momentos tan duros.
- Para los pacientes, porque pueden ver que la vida tras el daño cerebral es posible.
- Para los familiares, pues genera en ellos un sentimiento de esperanza.
Desde la incorporación de Santiago al grupo de voluntariado, se han sumado otras personas con daño cerebral como voluntarios. Los terapeutas, médicos y personal de enfermería estamos encantados de poder contar con estos voluntarios tan especiales.
Siempre ha sido una gran persona Santiago y lo demuestra en cada momento de su vida.
Gracias, Antonio. Es muy gratificante para nosotros recibir una apreciación tan cariñosa. Se la haremos llegar a Santiago. Un abrazo!
Como no podia ser de otra manerA sANTIAGO ESTÁ DONDE SE LE necesita. Gracias a ese equipo médico que en su labor está incluida la tarea, no sólo de curar sino de incorporar a la vida real a sus pacientes Un abrazo
mari
carmen y Pepa
p
¡Muchas gracias por vuestro mensaje, Pepa y Mari Carmen! Seguro que a Santiago le va a hacer mucha ilusión.
Un saludo!