El TFG de Alessandra Giupponi da cuerpo al convenio entre el Centro de Día de Daño Cerebral Aita Menni de Donostia-San Sebastián y la Facultad de Ciencias Gastronómicas
Dice que la cocina es “su rincón de la felicidad” y que para trabajo de fin de grado (TFG) quería algo que le “enriqueciera como persona”. Por eso Alessandra Giupponi, alumna del Basque Culinary Center (BCC), decidió realizar sus prácticas en el Centro de Día de Daño Cerebral Aita Menni de Zuatzu (Donostia). Si al hacer balance de fin de curso ella está feliz por cuánto ha aprendido, en el centro no podemos estarlo más.
Procedente de Milán, en 2014 fue seleccionada para entrar en el Grado en Gastronomía y Artes Culinarias de la Facultad de Ciencias Gastronómicas adscrita a Mondragon Unibertsitatea. Escogió la especialidad de Gestión. “Aunque no conocía el daño cerebral, cuando en el BCC me propusieron que elaborara un proyecto que sirviera de ayuda a personas con discapacidad, como trabajo de fin de carrera, la idea me encantó”, explica.
Educación alimentaria
Unos meses para cumplir sus propósitos: entre ellos llevar a cabo varias actividades instrumentales relacionadas con la alimentación y, además, realizar un seguimiento de la dieta de un buen grupo de pacientes. De febrero a abril, esta joven italiana ha articulado dos talleres de cocina semanales en Zuatzu. Después se ha tomado desde mayo y hasta final de curso para redactar el TFG. Mejorar los hábitos alimenticios a través de la educación alimentaria es el objetivo primordial del trabajo de Alessandra. Para alcanzarlo se ha servido de actividades muy atractivas, como los talleres de cocina.
Talleres de cocina
Coordinados con el área de Terapia Ocupacional, los talleres de cocina y las salidas a la comunidad (a comprar comida, de picnic, etc.) forman parte de las actividades instrumentales. Como en otras ocasiones, todo lo que tiene que ver con la gastronomía ha despertado gran interés entre las personas usuarias. Más todavía si cada actividad está llena de sorpresas y se lleva a cabo con continuidad, entrega y tanta profesionalidad.
Y entre las sorpresas, algunas muy floridas, como la degustación de recetas que han tenido como ingrediente estrella la flor de calabaza o la realización de empanadillas en cuyo relleno se escondía el sabor de pétalos de geranio. Todo muy sabroso, divertido y vistoso, como podemos ver en las fotos.
Cata ‘profesional’ de quesos y manzanas
Expectación y disfrute también en las dos catas profesionales organizadas por Alessandra Giupponi, una de 5 tipos de queso (alguno de ellos italiano) y otra con 7 clases de manzanas. “Les hizo mucha ilusión”, cuenta la coordinadora del Servicio de Daño Cerebral, Olatz Uriarte, “hay quienes incluso trajeron manzanas de casa”. Utilizando la misma ficha técnica que se utiliza en las catas profesionales, las 8 personas que pudieron participar fueron apuntando: primero, el aspecto visual; luego, la textura al tocar cada variedad, y finalmente su sabor en boca. Todo el mundo disfrutó de ambos talleres, apuntando sus propiedades organolépticas y escribiendo también los recuerdos que les traían esas sensaciones. Una manera de estimular los sentidos sorprendente, agradable y saludable.
Estudio del etiquetado de productos
Que las personas que vienen a Zuatzu aprendieran a llenar la cesta de la compra con los productos más sanos era otro de los retos que se había fijado nuestra protagonista. Las visitas al supermercado para observar in situ el etiquetado de los alimentos destacan dentro de las salidas a la comunidad. “Y se quedaron muy sorprendidos, por ejemplo al ver que un paquete de ‘queso rallado’ solo llevaba aceite y aromas”. Previamente, la mayoría de los pacientes habían aprendido a ‘traducir’ en el centro esa información sobre los ingredientes que llevan los alimentos y que aparece en las etiquetas. Este conocimiento se completa con el resto de las enseñanzas que esta estudiante del Basque Culinary Center imparte en nuestra ‘Aula de Salud’, que veremos más adelante y que coordina el área de Psicología.
Alessandra Giupponi describe la cocina como una emoción que en ella se ha vuelto pasión. Tal vez porque contagia esa pasión, “lo bueno es que le hacen caso”, remacha Olatz Uriarte, subrayando lo mucho que durante estos meses en Zuatzu nos ha enriquecido su presencia.