“La rehabilitación del paciente con daño cerebral requerirá mayor esfuerzo por parte de los servicios públicos de salud”, ha señalado el doctor Ignacio Quemada, psiquiatra y jefe del Servicio de Daño Cerebral del Hospital Aita Menni, en una conferencia abierta al público dentro del programa de Encuentros con la Salud. “Esta discapacidad es compleja y plantea retos de rehabilitación y de cuidados”, añadía.
Quemada ha realizado un repaso de la repercusión que el daño cerebral tiene en nuestra sociedad, señalando las soluciones disponibles para los diferentes estadíos por los que pasan las personas afectadas y sus familiares. Ha expuesto la variedad de secuelas que pueden quedar como consecuencia de un daño cerebral, que pueden afectar a capacidades motoras, pero también a funciones relacionadas con el habla, la memoria, la conducta, etc. Es por ello que “la rehabilitación posterior debe ser multidisciplinar e involucra a fisioterapeutas, logopedas, neurólogos, psicólogos y terapeutas ocupacionales”. Además, hay que trabajar con las familias, “no se las puede dejar abandonadas, no deben sentirse solas. Esto no se está haciendo”, ha añadido.
Así pues, los retos para la próxima década en atención a pacientes con DC y familiares deben consensuar, según Quemada, “una nueva filosofía asistencial que responda a las necesidades de las personas con enfermedades crónicas o con discapacidad permanente, que sitúe en el foco de atención a la persona con discapacidad y a su familia, que cambie las unidades básicas de la actividad (episodio, consulta o intervención quirúrgica) por procesos de cuidado y de promoción de autonomía, y que garantice la continuidad asistencial”.