Hace unos días, Begoña González Rodríguez, neuropsicóloga de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, se acercó al colegio Gredos San Diego de El Escorial para hablar sobre el daño cerebral y sus consecuencias cognitivas y funcionales. De la mano de nuestra compañera, los niños y niñas de 6º de Primaria pudieron conocer también algunas pruebas de valoración que se usan en el área de neuropsicología.
Al igual que en otras ediciones, la charla de Begoña González se enmarcó en las jornadas de atención a la diversidad que este centro educativo organiza todos los años.
Cada cerebro es único. Como neuropsícóloga, Begoña González estudia cómo funciona nuestro cerebro cuando tiene que solucionar problemas o realizar tareas. “Cuando tenemos una lesión cerebral hay que valorar el modo diferente en el que realizamos las tareas y si tenemos problemas o no. En otras ocasiones, sin existir ninguna lesión podemos tener dificultades para realizar actividades cotidianas (los deberes, concentrarnos, organizar nuestras tareas, aprender, leer, escribir, recordar …..) por lo que, aprendiendo a hacer las cosas de otra forma podemos mejorar nuestro rendimiento”, explicó. Y las dificultades que tiene una persona para realizar lo que se le pide pueden venir por varias razones:
a) porque no presta atención ( a causa de dificultades en la concentración)
b) porque no entiende lo que se le está diciendo (presenta dificultades en el lenguaje)
c) porque no recuerda la instrucción (presenta déficit en la memoria)
La ponente comenzó esta sesión de formación y sensibilización, que tuvo lugar el 3 de diciembre, analizando el término ‘daño cerebral adquirido‘ (DCA), el cual hace referencia a la presencia de una lesión cerebral que interrumpe el desarrollo vital de la persona que lo sufre. Como causas del DCA mencionó, principalmente, a los traumatismos craneoencefálicos, ictus y tumores cerebrales. En el caso del daño cerebral infantil subrayó algunas variables que es muy importante tener en cuenta, como son: edad de la lesión, habilidades adquiridas, momento evolutivo en el que se encuentra el niño, características premórbidas o manejo conductual, entre otras, así como la relevancia que tiene el seguimiento a largo plazo.
Una lesión cerebral puede dar lugar a dificultades a la hora de realizar actividades que antes hacíamos con mucha normalidad, como vestirnos, comer, andar, correr, leer o mantener una conversación con nuestros amigos. Tras repasar el abanico de consecuencias que pueden existir tras un DCA (problemas físicos, de lenguaje, en la realización de sus actividades diarias, dificultades de atención, memoria y aprendizaje, conducta, emoción o capacidades de organización entre otras). Para terminar, el alumnado que conformaba el auditorio pudo conocer, por ejemplo, el caso de Kiara, una niña que tras sufrir una lesión cerebral continúa en proceso de rehabilitación, superando muchas de sus dificultades iniciales gracias al trabajo con el equipo rehabilitador y a la ayuda de su familia y amigos.