El correcto posicionamiento y los cambios posturales son esenciales para las personas con dificultad para moverse. Además, la postura que adquiere una persona tumbada y sentada también va a influir en la forma en que se va a mover después.
Para evitar complicaciones futuras, como úlceras por presión, atrofia muscular, dolores de espalda, problemas circulatorios, edema, cambios osteoporóticos…, es importante cambiar de postura, sentarse y levantarse varias veces al día. Las personas sin problemas de movilidad lo hacen de forma natural.
En primer lugar, conviene aclarar que el cometido del asistente es guiar y facilitar el movimiento. Antes de comenzar, hay que explicar a la persona encamada qué es lo que se va a hacer y cómo. Durante el proceso también se le darán indicaciones sencillas para que el movimiento sea coordinado. Nos fijaremos siempre en que la cabeza, los hombros, las caderas y las piernas estén alineadas para conseguir así una posición cómoda y relajada.
Cuando sean dos personas las que están asistiendo a una persona con gran dependencia será sólo una de ellas quien diga lo que tiene que hacer. En algunos casos, cuando no sea posible la presencia de dos asistentes, se recomienda el uso de productos de apoyo como discos giratorios, tablas de deslizamiento o grúas.
Con este vídeo, desde el Servicio de Daño Cerebral del Hospital Aita Menni, queremos mostrar cómo pueden adquirirse las habilidades necesarias para trasladar o ayudar a mover a una persona que no puede hacerlo por sí misma. Existen varias posibilidades.
Tumbado boca arriba
Podemos colocar dos almohadas en aspa para cubrir la cabeza y los hombros. A la altura de los hombros, las almohadas deben de ir por debajo de los omoplatos. Para colocar el brazo parésico en declive y evitar que se edematice, convendría colocar otra almohada a nivel del brazo cubriendo la mano. Si es posible la mano se mantendrá abierta. Se puede colocar otra almohada para la extremidad inferior parésica o si no otra almohada debajo de ambas rodillas.
De costado sobre el lado sano
Utilizaremos una almohada para la cabeza y otra entre las rodillas, ya sea con ambas piernas dobladas o una estirada y la otra doblada. El objetivo es que la cadera y la rodilla de la pierna de arriba, que será la afecta, estén a la misma altura. Para colocar el brazo parésico en una posición neutra (mostrar posición) colocaremos otra almohada. Por último, para ayudar a mantener la posición, colocaremos otra almohada detrás de la espalda.
De costado sobre el lado afecto
Se debería evitar tumbarse sobre el lado afecto y, si se hace, que sea de forma breve. En parte porque resulta difícil conseguir una postura adecuada y después porque si la persona sufre de dolor, como es habitual el dolor de hombro o también de cadera, esta postura puede empeorarlo. En todo caso, utilizaremos una almohada para la cabeza y otra entre las piernas como anteriormente. El brazo parésico sin embargo, se colocará estirado hacia delante cuidadosamente.