Exploración neurocognitiva enfocada al tratamiento

Dentro de la sección de Neuropsicología de la LXV Reunión Anual de la SEN, David de Noreña, neuropsicólogo de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, explicó que en la evaluación en intervención es más importante el diagnóstico funcional que el diagnóstico médico o neuropsicológico y que se dirige, en última instancia, al nivel de capacidades respecto a los ambientes en las que han de utilizarse.

Durante la última reunión de la Sociedad Española de Neurología (SEN), De Noreña pronunció una ponencia titulada “Exploración neurocognitiva enfocada al tratamiento” en la que habló de los objetivos de la evaluación neuropsicológica, que ha de responder a preguntas como: cuáles son las capacidades afectadas y su impacto sobre la vida cotidiana; con qué habilidades, recursos y aptitudes cuenta el paciente que le sean útiles para su rehabilitación; de qué manera puede la persona optimizar su aprendizaje, y qué tipo de técnicas sería capaz de aceptar y le aportarían más beneficios.

David de Noreña durante su intervención en la LXV Reunión Anual de la SEN. Foto: Paloma Peña (Blog ‘Terapia ocupacional en el daño cerebral adquirido’)

En este foro de intercambio de información y de experiencias en el campo de las neurociencias entre distintos profesionales, el neuropsicólogo de la Red Menni de Daño Cerebral se refirió a la exploración dentro de un equipo multidisciplinar, que ofrece posibilidad de evaluación holística, sin olvidar la importancia de la valoración desde el ámbito de la terapia ocupacional.

En este contexto destacó la necesidad de establecer un perfil neuropsicológico centrado en los puntos fuertes del paciente (aspectos emocionales, red familiar…) y recordó que la relación entre funcionamiento cognitivo y la vida cotidiana es, en ocasiones, inesperada si bien los procesos afectados son una de las causas de la funcionalidad deficitaria.

La forma en que alteraciones de conducta -como apatía, irritabilidad y agresividad o desinhibición- interfieren a la hora de recobrar autonomía fue otro de los puntos abordados por David de Noreña. Tengan o no conciencia de ello, un alto porcentaje de personas con TCE pueden presentar problemas de conducta. Los desórdenes del comportamiento son duraderos y constituyen el principal obstáculo para lograr una reintegración satisfactoria en la comunidad. Además, los trastornos emocionales o dificultades para el control de impulsos pueden provocar frustración entre los terapeutas. Asimismo, la actitud de la familia puede favorecer o dificultar la adquisición y la realización efectiva de la funcionalidad.

Dentro de los factores pronóstico, De Noreña describió las variables favorables relacionadas con problemas neuropsicológicos (buen funcionamiento ejecutivo, ausencia de problemas conductuales y buena conciencia del déficit) y desfavorables (problemas ejecutivos graves acompañados de alteraciones conductuales, Problemas de memoria graves, acompañados de alteraciones ejecutivas…).

Antes de pasar a la selección de estrategias de rehabilitación, que expuso mediante ejemplos y sin olvidar la compensación de limitaciones, el ponente repasó el pronóstico en relación a factores personales como la edad, el apoyo familiar, el nivel educativo, etc. Por último, David de Noreña resaltó que es fundamental utilizar herramientas de medición del cambio periódicamente.