Desde hace algún tiempo, venimos observando desde la Unidad de Daño Cerebral Infantojuvenil y Alteraciones del Desarrollo del Hospital Beata María Ana una alta prevalencia de trastornos en la esfera orofacial en población infantil con lesiones cerebrales, que se traducen en problemas en la alimentación, en el habla y en la dificultad para el control del babeo. Estas dificultades no sólo afectan al niño o niña, sino a todo su entorno, familiar, social y educativo.
La esfera orofacial, por su complejidad y variabilidad, necesita de un abordaje transdiciplinar que dé solución a esta problemática. Por ello, en el seno de esta Unidad se ha creado un equipo específico de valoración y tratamiento de la esfera orofacial, formado por Nayra Fernandez de Pinedo (fisioterapeuta) y Estefanía Rodriguez (logopeda).
Este nuevo equipo utiliza como hilo conductor la Educación Terapéutica de la Motricidad según el Concepto Le Métayer para abordar dicha problemática. Este abordaje se basa en un análisis pormenorizado de los distintos factores patológicos que producen una alteración en la función (por ejemplo la alimentación) que fundamentará la elaboración de un programa de reeducación adaptado a las necesidades y fortalezas del niño, contando siempre con su participación activa. Para ello también será necesaria, en ocasiones, la elaboración de instalaciones ortopédicas (como por ejemplo adaptar la silla en la que el niño come regularmente o elaborar un asiento moldeado en un material como la escayola) que permitan al niño explotar al máximo su potencial en una situación segura para la alimentación.
Muchas de las dificultades funcionales relacionadas con la alimentación, el babeo y el habla se ven reforzadas por la postura y/o el manejo del niño. Por ello es necesario además dar pautas al entorno familiar y escolar del pequeño sobre cómo mejorar el posicionamiento en estas situaciones, y entrenar a estas personas en técnicas específicas para el manejo de las dificultades de la esfera orofacial.
Las dificultades orofaciales crean mucha ansiedad y preocupación en el niño y en su familia, tanto por el componente vital de estos trastornos como por el social. Los problemas de alimentación afectan a la correcta nutrición e hidratación del niño, convirtiéndose en una actividad en ocasiones ineficaz, insegura y poco placentera que incluso pueden ocasionar problemas respiratorios. Por otra parte, los problemas del habla pueden afectar al correcto desarrollo cognitivo, psicológico y social del niño, igual que el babeo, que además puede traer consigo un mayor riesgo de infecciones. Todos estos aspectos serán tratados por nuestras profesionales en futuros artículos que serán publicados en la sección “Publicaciones” de esta misma web.