Profesionales de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana participaron en las XII Jornadas “Juntos por el Ictus” de la Facultad de Ciencias de la Salud
La Facultad de Ciencias de la Salud (Enfermería y Logopedia) de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) inauguraba el pasado 12 de marzo las XII Jornadas “Juntos por el Ictus”. Dentro de este encuentro, se desarrolló la mesa ‘El ictus, más allá del síntoma’, conformada por tres profesionales de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana: Marcos Ríos, neuropsicólogo y coordinador de la UDC; la logopeda Ana García Bares y la supervisora de Enfermería Nuria Cuesta. Sus intervenciones subrayaron el trabajo multidisciplinar de nuestros equipos en la rehabilitación del ictus y la importancia de ofrecer atención integral no solo a la persona afectada por una lesión cerebral sino a toda la familia.
Para ello, presentaron algunos casos de éxito en los que, siguiendo la metodología de la Red Menni, profesionales de distintas disciplinas trabajan conjuntamente, de forma coordinada, para conseguir un mismo objetivo: que la personas afectada alcance el máximo grado de bienestar y autonomía posible. De este modo, el alumnado de Enfermería y Logopedia de la UPSA pudo conocer nuestra labor en el tratamiento del ictus. La Red Menni de Daño Cerebral y la Universidad Pontificia de Salamanca comparten una larga trayectoria de colaboración. Merced a un convenio, estudiantes del Grado de Logopedia realizan prácticas en los Servicios de Daño Cerebral de de Hermanas Hospitalarias en el País Vasco (Hospital Aita Menni) y Madrid (Hospital Beata María Ana).
Marcos Ríos Lago recordó que un ictus, si bien es más frecuente en edades avanzadas, puede ocurrir a cualquier edad y que un 40% de las personas que lo sufren quedan con graves secuelas, por lo que la discapacidad no afecta únicamente al paciente sino que cambia la situación de todo su entorno familiar. La logopeda Ana García Bares habló, entre otras secuelas, de la disfagia y expuso la necesidad de hacer segura la alimentación en las distintas fases de rehabilitación tras un ictus. Nuria Cuesta utilizó su turno para dar a conocer el papel de los profesionales de enfermería en la rehabilitación del ictus.
La jornada había comenzado con la mesa redonda ‘Tres miradas sobre el ictus’, en la que participó Luis López Ríos, coordinador de la Unidad del Ictus del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, quien destacó las carencias todavía existentes en la atención del ictus y la necesidad de actuar con rapidez, “porque cuanto más tiempo pasa, más probables son las secuelas”. Fernando Roux, profesor de la UPSA y médico de la Unidad de Emergencias Sanitarias de Castilla y León, y la profesora de Logopedia Mª Cruz Pérez Lancho explicaron que algunos déficits fruto de la lesión cerebral son reversibles, pero otros quedan como secuelas, por lo que hay que los equipos de rehabiltiación han de desarrollar un programa para compensar ese déficit o sustituir funciones. Pérez Lancho remarcó que es muy importante tener en cuenta las consecuencias emocionales tras un ictus, “porque la depresión postictus y la ansiedad van unidas y la persona queda sometida a esa vulnerabillidad emocional”. El trabajo de los profesionales pasa por que la persona afectada tome conciencia de sus dificultades para que pueda aceptar sus limitaciones y ajustar sus expectativas.
Por la tarde, tras los talleres, varias personas de la Asociación Salmantina de Daño Cerebral Adquirido, ASDACE, expresaron su vivencia tras el ictus, un proceso muy complejo que siempre empieza de forma repentina.