Autonomía e independencia. Durante el verano, los usuarios del Centro de Día de Daño Cerebral Aita Menni de Donostia-San Sebastián salen una vez por semana a pasear por la ciudad, caminando o sobre ruedas.
El número de usuarios que se benefician de las actividades de trekking urbano y ciclismo adaptado crece cada verano hasta conformar un grupo numeroso y variado que realiza diferentes itinerarios por el núcleo urbano. Hay quien va caminando, quien propulsa su silla de ruedas manualmente, quien utiliza silla de ruedas eléctrica y quien va en silla de ruedas empujado por tercera persona.
“Salir a ver el mar y sentir su brisa te da otra vida“, resume Marian, una de las usuarias. Lo cierto es que para todos es una maravilla salir a dar un paseo. Pero no sólo es bueno pasear por el simple hecho de dar una vuelta, los terapeutas de Aita Menni pretenden que las personas con daño cerebral conozcan el entorno que rodea al centro, que aprendan y respeten las normas de seguridad vial.
Por otro lado, la fisioterapeuta Arantzazu Álvarez declara declara que, de manera más individualizada, se busca:
- Aumentar la resistencia cardiovascular al esfuerzo de las personas que realizan el itinerario caminando, para que sean capaces de andar cada vez trayectos más largos.
- Aprender y afianzar el manejo de la silla de ruedas eléctrica por exteriores.
- Ganar autonomía e independencia con la silla de ruedas manualsalvando barreras arquitectónicas como bordillos o cuestas.
Ciclismo adaptado
Para salir a pasear por la ciudad sobre ruedas se han creado dos grupos de distinto nivel y se realizan dos tipos de salidas en bicicleta diferenciadas. En ambos se utilizan bicicletas y triciclos.
Los usuarios del nivel I son más autónomos, ya que manejan con escasa supervisión la bicicleta o el triciclo. Terapeutas y usuarios toman el bidegorri y dan una vuelta de unos 45 minutos. Suelen acercarse a la zona de Universidades y Errotaburu o por el contrario bordean toda la costa por las playas de Ondarreta y La Concha.
Los usuarios el del nivel II se encuentran en vías de aprendizaje. Bajo la estrecha supervisión de los terapeutas realizan trayectos por zonas peatonales amplias, dibujando circuitos cerrados. “¡¡¡Qué triciclos más chulos!!! No los había visto antes y ¡¡¡qué recuerdos de juventud!!!”, exclamó Juan Ignacio la primera vez que montó en triciclo.
Tanto disfrutan todos con estas salidas que, en ocasiones, los usuarios que han mejorado en el control y manejo de los triciclos se deciden a acompañar al grupo de paseantes a dar una vuelta por el barrio.