Entre sus cometidos está trabajar y estimular aspectos cognitivos, emocionales, conductuales y sociales, además de familiares. La psicóloga Inmaculada Ballesteros insiste: todos los agentes implicados en el desarrollo del menor -incluido el colegio- deben tenerse en cuenta.
La Unidad de Rehabilitación Infantil Aita Menni en Bilbao (C/ Egaña, 10) cuenta desde hace tiempo con servicio de Psicología. De la mano de Inmaculada Ballesteros, la profesional que se encarga de atender en el centro a niñas y niños, vamos a conocer su labor.
Incluir la Psicología en las Unidades de Rehabilitación Infantil de la Red Menni “nace de la necesidad de atender a la población infantil desde su globalidad”, recuerda ella misma. “En Aita Menni no entendemos el trabajo de manera aislada, y más en lo referente al área de infantil. La naturaleza multifacética de los trastornos del desarrollo, requiere que la intervención se realice de manera global. Por eso también es necesaria la figura de la psicología en el tratamiento de menores, con el objetivo de trabajar y estimular aspectos cognitivos, emocionales, conductuales y sociales, además de familiares“, subraya.
¿Cómo se integra como profesional dentro del equipo interdisciplinar y cómo se coordinan las distintas disciplinas? Nuestra psicóloga nos explica que el equipo de Rehabilitación Infantil -conformado por ella misma, un médico rehabilitador, dos fisioterapeutas, dos logopedas y una terapeuta ocupacional- se reúne semanalmente para revisar los casos. En estas reuniones se expone la evolución de cada uno de los niños y niñas que acuden a tratamiento, las dudas que pueden ir surgiendo a lo largo del proceso y se establecen los objetivos de trabajo. Para Ballesteros, “esta coordinación es básica y muy importante en el tratamiento con los menores”.
Reiteradas veces hemos destacado que en daño cerebral existen diferencias con el tratamiento de personas adultas. Según nuestra experta, para trabajar adecuadamente con niñas y niños “es necesario tener una formación específica en infancia, conocer el desarrollo evolutivo, indicadores de alarma, herramientas y técnicas para abordar las diferentes dificultades que nos traigan a consulta… Además, en concreto para poder trabajar en atención temprana (niños de 0-6 años), se requiere una formación específica que aporte competencias para poder atender de forma eficaz a menores con trastornos del desarrollo (bien sea por causas genéticas, biológicas o psicosociales) o riesgo de padecerlos”.
“Como habilidades especiales, lo más importante -dice- es tener conocimientos sobre infancia, paciencia, motivación, mucha creatividad y, sobre todo, dejar salir a nuestro pequeño ‘niño interior’, transformarnos en él y conectarnos con los y las peques desde ahí. En su mayoría, niños y niñas acuden a Aita Menni empujados por la familia y, a diferencia del mundo adulto, muchas veces, vienen con ciertos miedos y resistencias. Tenemos que ser prudentes, pacientes, darles su espacio y tiempo e ir mostrando mucho respeto en su proceso”.
Otras figuras fundamentales
Trastornos del desarrollo, de conducta, emocionales; necesidad de orientación familiar. Además del daño cerebral, existen múltiples razones por las cuales llegan pequeños pacientes a nuestro Servicio. “Lo que sí es común en todos es la necesidad de ser escuchados, orientados y ayudarles, tanto a ellos como a su familia, a desarrollarse de la manera más plena que sea posible”. Le preguntamos qué herramientas se utilizan y la respuesta de Inmaculada Ballesteros es clara: “Cuando hablamos de la terapia con peques, la herramienta fundamental es el juego. Vienen a trabajar pero la vía principal de aprendizaje en ellos es el juego. Se divierten y a la vez aprenden. Por lo tanto, el juego forma parte de nuestro trabajo diario“.
Si el papel del juego es importante el de la familia es fundamental en el desarrollo infantil. “Por eso es indispensable incluir a sus integrantes en el tratamiento, que participen directamente en las sesiones, ofrecerles pautas y orientaciones adecuadas mediante las cuales puedan ayudar al peque, tanto a adquirir como a generalizar lo trabajado en las sesiones. No debemos olvidar que madres y padres no son terapeutas, pero han de estar informados, necesitan conocer lo que abordamos y trabajamos con su hijo o hija y sobre todo, necesitan ser guiados en el proceso de sus peques, que también es de ellos. Es importante atender sus propias emociones, sus dudas, sus miedos… Muchas veces acuden a nuestro Servicio tras una noticia que no esperaban, y eso, como parte del proceso del menor, de los adultos y de la familia, tiene que ser atendido“, remacha nuestra psicóloga.
Para concluir, Inmaculada Ballesteros afirma que deben tenerse en cuenta todos los agentes implicados en el desarrollo del menor, y que el colegio es otro de ellos. “La comunicación y la coordinación resultan imprescindibles para poder establecer objetivos comunes, informar de los avances así como de las dificultades que observemos, e incluso para establecer estrategias comunes. Es un trabajo muy rico y necesario“. En el caso la Unidad de Rehabilitación Infantil Aita Menni en Bilbao la comunicación se realiza de forma periódica, con una frecuencia trimestral como mínimo, y puede realizarse vía telefónica o, siempre que sea posible, de forma presencial.