Ainhoa Espinosa, neuropsicóloga de Hermanas Hospitalarias Aita Menni, expuso en el XIV Congreso Nacional de Neuropsicología la necesidad de incluir la sexualidad como parte de la intervención neuropsicológica integral para garantizar el derecho a la sexualidad de las personas que han sufrido una lesión cerebral.
‘Intervención neuropsicológica en afectividad y sexualidad tras un daño cerebral adquirido’ fue el título de la ponencia de Ainhoa Espinosa en el XIV Congreso Nacional de Neuropsicología organizado por FANPSE (la federación de sociedades y asociaciones de Neuropsicología de España) en Madrid del 15 al 17 de junio.
Convencida de que la sexualidad es un componente fundamental de la personalidad y la calidad de vida de todo ser humano, la neuropsicóloga del Servicio de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias Aita Menni en el Centro de día de daño cerebral de IFAS Bekoetxe habló de la atención neuropsicológica de la sexualidad en personas afectadas por un DCA. “La salud sexual es un derecho universal y está vinculado directamente a la calidad de vida, por lo que adquiere un valor esencial en la intervención global”, declaró.
Individualizar y evaluar la interferencia
Disminución del interés sexual, incremento de actividad sexual/desinhibición sexual, no reestablecer el contacto íntimo por miedo a no cubrir expectativas, desvinculación afectiva… Si bien faltan estudios sobre la sexualidad en la discapacidad, tras una lesión en el cerebro pueden aparecer interferencias en la salud sexual debido a los cambios cognitivos, conductuales y emocionales experimentados. Ainhoa Espinosa incidió en la importancia de la psicoeducación en sexualidad y afectividad, así como en la terapia individual para reconstruir la identidad y abordar las dificultades en la respuesta sexual. También mencionó disfunciones relacionadas con trastornos hormonales y posibles modos de intervención.
En este sentido, la neuropsicóloga de Aita Menni propuso diferentes ámbitos de intervención, entre ellos la creación de un programa de intervención grupal sobre sexualidad, sin obviar la necesidad de intervención individual y la inclusión de los aspectos sexuales en los informes de intervención neuropsicológica. Además, remarcó que considera necesario ofrecer pautas para el entorno, incluyendo a familias y al equipo multidisciplinar, para promover un enfoque adecuado en relación con la sexualidad.
Intervención terapéutica
Y es que, con la intervención terapéutica se pretende conseguir, entre otros objetivos:
- La reconstrucción de la nueva identidad tras DCA y ajuste a nuevas relaciones respecto a la situación previa, con la posibilidad de reequilibrar la manera de relacionarse o acompañar la separación emocional ante gustos diferenciados.
- Redescubrir respuestas corporales. Conocer y aceptar para disfrutar.
- Establecer una comunicación de necesidades para poder intentar su satisfacción, contemplando el ajuste de muestras de afecto.
- Una selección individualizada de otros recursos terapéuticos como, por ejemplo, juguetes sexuales, tras el estudio de modelo biográfico y el tipo de deterioro.
Durante su exposición, la ponente destacó los positivos resultados obtenidos a raíz de las intervenciones en sexualidad, que incluyen la mejora del conocimiento y la inclusión en el disfrute sexual, así como la implementación de talleres y formaciones en diferentes contextos relacionados con el daño cerebral adquirido.
En opinión de nuestra neuropsicóloga, es fundamental garantizar el derecho a la sexualidad de todas las personas, independientemente de sus características o condiciones. La intervención en la afectividad y sexualidad en personas con DCA es posible y efectiva, recalcó Ainhoa Espinosa avalada por los resultados obtenidos tras la creación de numerosos programas de intervención neuropsicológica en sexualidad para personas con daño cerebral (desde el año 2013), tanto grupales como individuales.
Introducir la sexualidad como parte de la intervención de la neuropsicología; apoyar el derecho a la sexualidad independientemente de las condiciones de salud de la persona y la aceptación de la nueva identidad, así como dotar de capacidad de satisfacción personal mejorando las relaciones íntimas y buscando nuevas maneras de disfrute y relación son algunos de los fines de los programas propuestos. “Porque la intervención en sexualidad en personas con DCA resulta posible y eficaz, tanto por los resultados obtenidos como por la generalización de estos a la vida cotidiana”, concluyó nuestra experta.