Se necesitarán cuidadores cualificados, capaces de afrontar situaciones de pérdida de movilidad, alteraciones de la comunicación o problemas de deglución, entre otros
El envejecimiento progresivo de la población* y la menor disponibilidad de personas cuidadoras dentro de la familia harán crecer la demanda de empleos que se ocupen de la atención a las personas dependientes en sus propias viviendas y, además, traerá consigo una profesionalización de este tipo de cuidados.
Estas reflexiones forman parte de la conferencia “El cuidador del futuro, un nicho de empleo. Habilidades y destrezas necesarias” que ofreció José Ignacio Quemada, director dela Red Menni de Daño Cerebral en la VIII edición de las Jornadas de Desarrollo Local de Ermua (Bizkaia).
En la sociedad actual vivimos cada vez más años y las discapacidades ya no tienen por qué ser invalidantes; las nuevas tecnologías y técnicas de cuidado de personas en el hogar abren un mundo de posibilidades tanto para las personas receptoras de los servicios como para quienes los prestan. El día 26 de abril, el eje de las jornadas fue la innovación en la atención a personas en el hogar.
Participaron en la sesión, además del doctor Quemada, Fernando Fantova, director de la Fundación Vasca para la Innovación Sociosanitaria, Etorbizi; Eider Fernández Zapiain, terapeuta ocupacional del Hospital Aita Menni, y Jabier Odriozola, empresario guipuzcoano de Matz Erreka y Adom Autonomía, compañías que han diseñado la vivienda para personas con discapacidad del Hospital Aita Menni en Mondragón.
Nuevo escenario
Esta nueva situación, unida al aumento de la dependencia de la población -2,8 millones de personas tienen dificultades para realizar alguna actividad básica diaria, segúnla última Encuestade Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD, 2008)- hace que los cuidados demandados sean cada vez mayores, se prolonguen en el tiempo y necesiten de personas especialistas que los presten.
En su ponencia, el doctor Quemada afirmó que la profesionalización de la actividad sanitaria supondrá “un impulso en términos económicos y de empleo al crearse programas de formación y empresas especializadas.”
Del cuidador informal al cuidador profesional
En este sentido, Quemada subrayó que la atención sociosanitaria está aún en vías de desarrollo y apostó por su “profesionalización y tecnificación con estructuras de formación, investigación y asistenciales”, similares a las realizadas en la sanidad. “Estamos asistiendo a un aumento de las personas dependientes y a la transformación de un cuidador informal en un cuidador profesionalizado. Considero que esto abre un mundo nuevo en el que iremos pidiendo al nuevo cuidador más capacitación porque se van a dar situaciones más complejas en los domicilios”, indicó.
Asimismo, el especialista del Hospital Aita Menni destacó que, “además de dosis de cariño y atención”, la nueva figura del cuidador sociosanitario ha de ser capaz, por ejemplo, de ayudar a las personas a ingerir alimentos sin riesgo de atragantarse. También ha de conocer las destrezas en higiene, vestido, control de esfínteres y manejar las nuevas tecnologías sanitarias para, entre otras cuestiones, saber cómo se puede comunicar con un paciente sin habla desde un ordenador.
¿Cómo será el cuidador del futuro?
- Más profesionalizado
- Prevendrá lesiones (úlceras de decúbito, luxaciones de hombro…)
- Conocerá las técnicas de movilización y vestido de personas dependientes
- Reconocerá una disfagia
- Sabrá de la naturaleza de las discapacidades, especialmente de las cognitivas y conductuales
- Psicológicamente estará más preparado
- Manejará productos de apoyo y ayudas técnicas: grúa, comunicadores, internet…
- Trabajará con el apoyo de un equipo técnico
* Ver pirámide y nota de prensa en PDF. Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, la población mayor de 64 años se duplicará en 40 años y pasará a representar más del 30%.