El Centro de Rehabilitación Ambulatoria Aita Menni de Bilbao organiza el curso “Atención y terapia del niño con pluridiscapacidad desde el enfoque de la estimulación basal y la multisensorialidad”. El seminario está dirigido a fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y psicopedagogos y se reparte en dos fines de semana: 4 y 5 de mayo y 8 y 9 de junio.
La estimulación basal potencia la comunicación, la interacción y el desarrollo del ser humano, y se presenta como un concepto adecuado para niños con pluridiscapacidad, personas con demencia, en coma, con enfermedades mentales…
Los profesionales interesados pueden inscribirse siguiendo las instrucciones del boletín que puede descargarse al pie de esta página. También pueden obtener el programa en formato PDF pinchando en el enlace.
Hay que entender el término “estimulación” como “impulso” que ha de facilitar la apertura de las personas hacia el entorno y que se le ofrece a quienes no pueden asegurarse su propio desarrollo por sí mismos. El concepto “basal” parte de las percepciones intrauterinas básicas. Ambos unidos promueven la comunicación, la interacción y el desarrollo, tomando como base las necesidades humanas más básicas.
Teresa Espinosa Oller, diplomada en Fisioterapia, terapeuta Bobath y logopeda, con una gran experiencia docente, será la encargada de introducir a los profesionales participantes en este curso en la estimulación basal, que no es un método de estimulación multisensorial sino un apoyo en el desarrollo de las personas. No existen programas estándar sino propuestas basadas en un diálogo fruto de la proximidad corporal, la escucha y por tanto del intercambio. La estimulación basal no es una actividad programada sino una actitud constante del terapeuta respecto a la persona discapacitada.
La estimulación basal se presenta como complemento en los programas de rehabilitación de niños y niñas con discapacidades motóricas, sensoriales… debido a parálisis cerebral infantil, daño cerebral adquirido u otras causas. Estas discapacidades no deben interpretarse como un elemento propio únicamente del niño afectado, sino como una expresión de la interacción entre este niño y el entorno.