La musicoterapia puede resultar beneficiosa para algunos pacientes afectados por daño cerebral adquirido como complemento a sus programas de rehabilitación. Esta es la opinión, compartida por numerosos expertos, de Enara Gómez Aranburu. Esta psicóloga especializada en musicoterapia nos avanza el estudio que realiza con un grupo de usuarios de los centros de día de daño cerebral Aita Menni de Arrasate y Donostia.
¿Cuándo se considera que la música es terapia?
Según la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT), “la musicoterapia es el uso de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas. La musicoterapia busca descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida. A través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento”. Por lo tanto, la música se considera terapia cuando se crea o se escucha con un fin terapéutico, previamente establecido y enfocado a la necesidad de cada persona o grupo.
¿Desde cuándo, cómo y por qué se utiliza la música con fines terapéuticos?
El concepto de la música como terapia ha existido de forma implícita o explícita en la mayor parte de las culturas y en todas las épocas. Las referencias más antiguas entre música y medicina se encuentran en las culturas preliterarias, donde la música se utilizaba extensamente en rituales curativos por hechiceros, chamanes, sacerdotes, etc. Desde entonces se conoce la respuesta humana a la música y nos ofrece información sobre la relación tan estrecha que existe entre música y sanación.
Actualmente existen varias asociaciones de musicoterapia a nivel nacional, europeo y mundial, que con su trabajo y rigor en las investigaciones que realizan, especialmente en el ámbito de la medicina, han ayudado y lo hacen en la actualidad a que la musicoterapia sea considerada una ciencia.
¿Es necesario saber música? ¿Cómo se especializa alguien en musicoterapia?
Desde mi punto de vista sí que es necesario saber música para poder ejercer como musicoterapeuta, al igual que veo conveniente que este profesional también deba conocer aspectos relacionados con la psicología, en sus diferentes ámbitos, ya que no hay que olvidar que el musicoterapeuta utiliza la música para hacer terapia. En la actualidad, a nivel nacional existen varios centros especializados en la impartición de máster exclusivos en esta especialidad. La formación se dirige básicamente a profesionales del ámbito psicológico, sanitario, educativo y musical.
Además, actualmente en España se está trabajando en coordinación con otras asociaciones europeas para cuidar la cualificación, elaborando un código ético y el perfil del musicoterapeuta común a todos.
¿Qué tipo de personas o pacientes se benefician más de ella?
La musicoterapia abarca muchos ámbitos, por lo que afortunadamente muchas personas pueden beneficiarse de ella. Sus objetivos principales son la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de las personas. Por este motivo, es aconsejable su uso complementario en varios ámbitos de la medicina, psicología y educación. Ateniéndonos a la actividad que se desarrolla en la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Aita Menni, creo oportuno pensar que la musicoterapia puede resultar beneficiosa para algunos pacientes con daño cerebral adquirido.
¿Cómo han de ser las sesiones para que se consideren terapia?
Las sesiones de musicoterapia pueden ser diferentes, dependiendo del musicoterapeuta, del ámbito y del enfoque teórico. De todas maneras, es necesario que el musicoterapeuta conozca y valore la necesidad que tiene cada paciente o grupo con el que está trabajando y establezca objetivos terapéuticos en base a esas necesidades.
¿Por qué una investigación en los centros de día de Aita Menni?
Hace dos años tuve la oportunidad de conocer la Unidad de Daño Cerebral de Aita Menni y, a raíz de esa visita, la impresión que saque fue muy buena. Me hizo pensar que la musicoterapia podría ser aplicable a pacientes de esta unidad como complemento a su rehabilitación.
Para solicitarle que tutorizara mi tesis fin de máster, contacté con la musicoterapeuta Montse L.Merino, que está llevando a cabo desde hace diez años una investigación que tiene un marco teórico propio y un diseño del tratamiento específico. Esta experta, hoy mi tutora, me ofreció la posibilidad de colaborar en la investigación que está realizando y, conociendo que algunos de los pacientes de Aita Menni reunían los requisitos, no dude en ponerme en contacto con los responsables de la Unidad de Daño Cerebral, ya que la impresión que tenía desde la primera vez que la visité es muy positiva y considero que es un servicio puntero en su especialidad. De modo que mi trabajo tiene dos finalidades: por un lado, reunir más datos para la investigación de Montse L. Merino y, por otro, realizar mi tesis fin de máster.
* “La improvisación instrumental y vocal como técnica central en la estimulación, rehabilitación y tratamiento de personas en estados limitados o interrumpidos de la comunicación, demencia y coma” es el título de la investigación que desde hace diez años lleva a cabo Montse L. Merino. El objetivo del estudio en el Hospital Aita Menni es recoger datos de nuevos casos y seguir obteniendo información sobre la conexión que existe entre los diferentes parámetros del sonido y la música y aspectos concretos de la comunicación y la personalidad, así como validar las diferentes hipótesis: que la improvisación musical como técnica central en la estimulación, rehabilitación y tratamiento constituye un vehículo, un modo y un espacio para la expresión emocional de estas personas, en donde la capacidad creadora se restaura y manifiesta a través de un nuevo lenguaje en el cual, las diferentes expresiones sonoras y vocales (matices, texturas, intensidades, etc.) constituyen una estructura intencionada de comunicación y reflejan las posibilidades y necesidades de la persona, produciendo cambios y mejoría en su calidad de vida.
Según expuso Montse L. Merino en la ‘Sixth nordic music therapy conference’, celebrada en mayo de 2009 en la Universidad de Aalborg, Dinamarca, “el ritmo es fundamental para la organización y coordinación del proceso interno y del externo entre personas. Ser capaz de mantener el pulso, implica estabilidad y organización temporal (…). La melodía nos relaciona con la expresión emocional y la capacidad de comunicar los sentimientos, emociones y pasiones. Actúa sobre el cerebro límbico y a nivel psicológico se relaciona con el preconsciente. La armonía es la distribución, orden y enlace de todas las partes, organización e integración del pensamiento musical. Ligada al cerebro cortical. Su función es la de contener al resto de parámetros. A nivel psicológico unida a la consciencia, lo intelectual y espiritual. El sonido y la música actúan de puente entre el mundo interno y externo; posibilita una forma de conectarla parte consciente, física y tangible con lo abstracto y el inconsciente; proporciona un camino para estar, comunicar y expresar. Nos descubre formas de representarnos en el mundo en el aquí y ahora”. Sus afirmaciones se apoyan en fundamentos biológicos, anatomofisiológicos: “Sólo cuando llega la información al sistema nervioso central se dan la sensación, la percepción y la gnosis”.
Hola a todos,
Mi nombre es Javier soy terapeuta ocupacional, he ejercido de ello en geriatria y salud mental. En 2009 tuve un accidente practicando deporte (boxeo) que me produjo un daño cerebral, estuve un tiempo en coma, silla de ruedas etc… actualmente me encuentro en el centro de daño cerebral adquirido de sevilla INDACE en horario diurno de 8:00a.m. hasta las 16:00p.m. Me pongo en contacto con ustedes por si cabe alguna posibilidad de recibir de vuestra parte información sobre desarrollo de sesiones de musicoterapia para asi actualizar y renovar mis conocimientos e impartirlas en un centro de grandes discapacitados alque acudo los fines de semana a tocarles el saxofon.
un coordial saludo Javier Osuna.