La Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana, consciente de la importancia de la psicoeducación -para que, además del pequeño/a paciente, las familias puedan entender qué le sucede a su hijo/a e involucrarse como coterapeutas-, celebró la semana pasada un encuentro monográfico sobre daño cerebral infantil en colaboración con la Fundación Sin Daño.
El pasado viernes celebramos en el Hospital Beata María Ana, de Madrid, un encuentro monográfico sobre daño cerebral infantil organizado por la Unidad de Rehabilitación Infantil en colaboración con la Fundación Sin Daño. La Fundación Sin Daño constituye precisamente un punto de encuentro de familias, personas afectadas y profesionales que se dedican a la atención del daño cerebral infantil. Tras la apertura de la jornada por parte de Olga Ginés, directora gerente del Hospital Beata María Ana, Paloma Pastor, presidenta de la Fundación Sin Daño, explicó la importancia de estos encuentros entre familias y profesionales de la atención al daño cerebral, y cedió el uso de la palabra al puñado de profesionales de la Unidad de Daño Cerebral que participaron.
La neuropsicóloga Beatriz Gavilán, en su intervención ‘El desarrollo tras el daño cerebral a nivel cognitivo, emocional y conductual’, comenzó por contextualizar el daño cerebral y por explicar la función que desempeña su disciplina dentro del equipo de rehabilitación del daño cerebral infantil. Además de explicar las distintas causas del daño cerebral, la también coordinadora del evento, expuso las múltiples consecuencias que puede tener y el impacto que tienen sus secuelas en el neurodesarrollo del niño o niña, tanto a nivel cognitivo como emocional y conductual.
Importancia de los seguimientos
En este sentido, la doctora Gavilán habló de la importancia de los seguimientos, para valorar el impacto real de ese daño a medio y largo plazo; especificó luego las alteraciones que pueden aparecer después de un daño cerebral: cómo pueden afectar a nivel intelectual, a habilidades más específicas -como la atención, la memoria, las funciones ejecutivas- y cómo puede también producir dificultades a nivel emocional y comportamental. Posteriormente, la ponente se detuvo en algunas alteraciones cognitivas relacionadas con la atención, la velocidad de procesamiento, la memoria o el aprendizaje, incidiendo en que estas alteraciones “que muchas veces son invisibles, hasta el punto que suelen ser las últimas que normalmente se atienden, son muy importantes para que haya un correcto desarrollo personal, social y académico”.
Sobre las manifestaciones más habituales de estas alteraciones, en el plano emocional y conductual, Beatriz Gavilán citó conductas desinhibidas, impulsividad, frustración, problemas de conducta, apatía, ansiedad, etc. Para intentar disminuir el impacto de estas alteraciones es importante crear entornos con rutinas establecidas, es decir, entornos predecibles en los que el/la niño/a sepa qué se espera de él/ella. En cuanto a las personas cuidadoras, la doctora subrayó la importancia de que sean capaces de anticiparse a las situaciones problemáticas para poder atenuarlas en la medida de lo posible; de que controlen sus expectativas, que sus demandas sean realistas; que establezcan límites claros y consistentes, etc.
Entre las conclusiones, nuestra neuropsicóloga destacó que es fundamental tener en cuenta la situación de desarrollo en la que se encuentra el/la menor; una situación dinámica en la que nos vamos a encontrar un perfil de alteraciones que no va a ser estable, sino que irá variando a lo largo de su desarrollo. “Por esto último, cobran mayor importancia las valoraciones de seguimiento, ya que es fundamental tomar decisiones adaptadas a cada etapa del niño/a, siendo flexibles. Y para todo esto es primordial mantener un contacto con los profesionales que tratan al pequeño/a; que las familias sepan los que pasa y cómo pueden ayudar. Esto disminuye su ansiedad y les prepara mejor para poder participar en el desarrollo del niño/a con una lesión cerebral”, subrayó, sin olvidar dar algunas consejos generales e indicando que “indudablemente cada caso precisa pautas concretas, porque cada niño o niña necesita un estudio específico y sus propias pautas en función de su situación y del perfil de la familia”.
El resto de la jornada continuó expresando el compromiso de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana con el apoyo a las familias mediante las siguientes ponencias:
- Diana Moya y Victoria Gancedo, terapeutas ocupacionales: ‘Las actividades de la vida diaria y la ocupación del niño/a tras el DCA’
- Silvia Illescas, trabajadora social: ‘El papel del trabajador social en el DCA’
- Pablo Narvarte, fisioterapeuta: ‘Aspectos motores tras el DCA’
- Estefanía Rodríguez, logopeda: ‘La alimentación tras un DCA’
- Margarita Pascual, psicóloga de familia: ‘La familia tras el DCA’