Nuestro coordinador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, el doctor Marcos Ríos, participó en el I Neuroencuentro “Comunicación con el paciente como parte del éxito del tratamiento”, donde explicó el papel del neuropsicólogo y la neuropsicología en el ámbito de la neurorrehabilitación.
Conviene establecer una buena comunicación entre el equipo de rehabilitación, las personas que han sufrido un daño cerebral y sus familias para lograr mejores resultados clínicos. Es fundamental en este empeño el papel de todos y cada uno de los y las profesionales que componen el equipo interdisciplinar. Pero, cómo comunicar a alguien que ha sufrido un daño cerebral, cómo explicarle las secuelas, cómo hacerlo en casos de deterioro cognitivo o cuándo es el momento adecuado para proporcionar la información… La figura del profesional de la neuropsicología resulta relevante para dar respuesta a preguntas como estas.
Marcos Ríos Lago, neuropsicólogo y coordinador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, participó en Sevilla en el I Neuroencuentro “Comunicación con el paciente como parte del éxito del tratamiento”. ¿Qué es la neuropsicología? ¿Qué procesos estudia? Durante su ponencia explicó en qué consiste su trabajo como neuropsicólogo clínico, es decir, como profesional de la psicología experto en la ciencia aplicada de las relaciones entre cerebro y comportamiento.
Evaluación e intervención
Nuestro experto describió programas de intervención específicos para pacientes con patologías neurológicas, centrados en actividades significativas, en la persona afectada y su entorno. Revisó el papel del reentrenamiento de las funciones alteradas, el uso de estrategias compensatorias así como los entrenamientos específicos, como, por ejemplo, la recapacitación para volver a conducir después de una lesión cerebral.
Sobre las funciones del profesional del neuropsicólogo clínico dijo que:
- Usa su conocimiento en la evaluación, diagnóstico, tratamiento y/o rehabilitación de pacientes a lo largo de todo el ciclo vital con problemas neurológicos, médicos, del desarrollo y psiquiátricos, así como otras alteraciones cognitivas y del aprendizaje.
- Emplea los principios de la psicología, neurología, cognición, conducta y fisiología y emplea técnicas y tests para evaluar las fortalezas y dificultades neurocognitivas, conductuales y emocionales, y su relación con el funcionamiento normal y anormal del sistema nervioso central.
- Emplea esta información y otra aportada por profesionales médicos y de la salud para identificar y diagnosticar alteraciones neuroconductuales, y planificar e implementar estrategias de intervención.
Por su experiencia en un servicio de rehabilitación del daño cerebral como el del Hospital Beata María Ana, el ponente abundó en buena parte de su tiempo en la difusión de algunas de las recomendaciones de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR) basadas en Guías de Práctica Clínica. Así, expresó, tal y como se recoge en el manual de la SENR ‘Principios básicos de la neurorrehabilitación del paciente con daño cerebral adquirido’, que deben recibir rehabilitación “todos aquellos pacientes que hubieran sufrido un ictus o TCE, que hayan alcanzado una mínima estabilidad clínica y se hayan controlado las posibles complicaciones que afecten al estado vital del paciente. Que la rehabilitación está indicada “cuando se constate una pérdida de las capacidades físicas, cognitivas, sensoriales, emocionales, conductuales y/o funcionales (estructuras y funciones), con repercusión en el grado de actividad y/o participación de la persona que sufre el DCA, y que la decisión acerca del potencial de recuperación ha de recaer en personas con experiencia contrastada en la rehabilitación de pacientes con DCA, empleando herramientas validadas, estandarizadas, y adaptadas a la gravedad clínica.
Según los estudios disponibles y respecto al éxito de los resultados, el doctor sostuvo en este ‘Neuroencuentro’ patrocinado por IPSEN, que se obtienen mejores resultados funcionales para los pacientes que recibieron una rehabilitación especializada, temprana y continua con una cadena de tratamiento continuo entre la atención aguda y la rehabilitación; que combinar esfuerzos médicos y de rehabilitación, así como una rehabilitación especializada centralizada (frente a la descentralizada) en el paciente más complejo garantiza mejores resultados; que se han mostrado resultados más favorables al año para los pacientes que tuvieron tiempos más cortos entre el alta de cuidados intensivos y el inicio de la rehabilitación. Por otro lado, una trayectoria de rehabilitación continua y especializada se ha asociado con la reducción de la dependencia, las horas de atención y los costes de atención estimados. Y, por último, que la rehabilitación especializada demuestra ser muy rentable para los pacientes más gravemente afectados, puesto que genera un ahorro costes de la atención continua.