El doctor Marcos Ríos Lago, neuropsicólogo y coordinador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, ofreció una ponencia en el 62 Congreso SERMEF sobre la evaluación de los trastornos cognitivos tras una lesión cerebral en una consulta de rehabilitación.
El coordinador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, el doctor Marcos Ríos Lago, fue uno de los ponentes del 62 Congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), celebrado recientemente en Madrid. Su intervención, titulada “¿Cómo valorar los trastornos cognitivos del daño cerebral en una consulta de Rehabilitación?”, analizó los métodos y herramientas disponibles para la evaluación de trastornos cognitivos en pacientes con daño cerebral.
Objetivos y herramientas de evaluación
Tras exponer las secuelas y especificidades que pueden acarrear un ictus, un TCE y otros tipos de lesión cerebral, nuestro experto explicó que es importante determinar en primer lugar el objetivo de la evaluación. En función del objetivo que se pretenda alcanzar, la evaluación se realizará mediante diferentes abordajes. Así, no es lo mismo evaluar para diagnosticar una enfermedad, que evaluar para la mera detección de la presencia de alteraciones cognitivas, describir con detalle estas alteraciones o, evaluar para diseñar un programa de rehabilitación. En ocasiones, el objetivo será estudiar el pronóstico de un paciente y determinar el recurso terapéutico más adecuado. Cada una de estas posibilidades pone el foco en elementos específicos que deben ser tenidos en cuenta para planificar la evaluación.
Entre las herramientas de evaluación de uso frecuente, Marcos Ríos destacó las siguientes:
- Screening: a través de test como el Mini Mental State Examination (MMSE) o el Montreal Cognitive Assessment (MoCA), con comparativas sobre su sensibilidad y especificidad. Permite la detección de alteraciones cognitivas, pero es una prueba con utilidad limitada para una evaluación detallada del rendimiento de una persona. También pueden resultar de utilidad en ocasiones algunas pruebas como el Test del Reloj, Cognistat y otras aplicaciones informáticas que permiten una evaluación rápida, precisa y con un bajo coste.
- Evaluación neuropsicológica completa: en situaciones que demandan un análisis detallado, lo más efectivo es recurrir a profesionales de la neuropsicología para que realicen pruebas exhaustivas que incluyan la medida de capacidades, el funcionamiento premórbido, las funciones ejecutivas, memoria y otros aspectos cognitivos.
El doctor Ríos aseguro que, en algunas ocasiones, la pregunta que se debe responder es si existen o no alteraciones cognitivas, algo que puede responderse con un si o un no. En estos casos, preguntar al paciente, a la familia, y utilizar pruebas de screening puede ser suficiente para cumplir el objetivo y, a continuación, derivar el paciente a una evaluación más detallada o a iniciar tratamiento en un centro especializado. Preguntar sobre la presencia de un deterioro de la memoria, en los cambios en la capacidad para pensar y razonar o de aprender nuevas cosas puede ayudar en este rastreo. Por ejemplo, se ha de preguntar al familiar, acompañante o persona cuidadora: “¿Cómo ha cambiado la memoria de su familiar/amigo en los últimos 5 años?”, “¿Cómo ha cambiado la memoria desde el diagnóstico/enfermedad?”.
Si bien, en otras ocasiones, es necesario describir dominios cognitivos con un buen nivel de detalle. En estas ocasiones es necesario poner la evaluación en manos de un profesional bien formado para ese objetivo.
Mirada al futuro
Nuestro neuropsicólogo realizó algunas consideraciones clínicas. Aludió a las diferencias en cuanto a la disponibilidad y acceso a profesionales de la neuropsicología, que varía entre el sector público y privado, lo cual afecta a la decisión de derivar o no a un paciente. También hizo referencia al tiempo disponible para la evaluación, ya que el tiempo limitado en consulta puede condicionar la profundidad de la evaluación. Esta, en algunos casos, es una de las razones por las que se decide optar por screenings rápidos. Por otro lado, tanto herramientas como métodos deben adaptarse a las características específicas del grupo clínico que se está evaluando.
La exposición del doctor Ríos subrayó el potencial de las medidas computerizadas (con táblet u ordenador portátil y test como Cogdras, Computer Self Test o CogState) y de la inteligencia artificial para mejorar la precisión y eficiencia en la evaluación cognitiva (NeuronUp). Estas herramientas pueden ser especialmente útiles en entornos clínicos donde el tiempo y los recursos son limitados, si bien cuentan con desventajas si se emplean en entornos inapropiados y existe falta de supervisión y de detección de elementos cualitativos.
Ríos Lago concluyó enfatizando la importancia de definir claramente los objetivos de la evaluación y de adaptar las herramientas y métodos al contexto clínico específico. La colaboración entre diferentes profesionales de la salud es esencial para ofrecer una atención integral y eficaz a los pacientes con daño cerebral.