En este video, Marcos Ríos Lago explica cómo el daño cerebral puede afectar la velocidad de procesamiento de los estímulos y la atención, condicionando la capacidad de respuesta. El doctor en Neuropsicología destaca la importancia de una rehabilitación adecuada y que debe realizarse en el seno de un equipo interdisciplinar. El coordinador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana aprovecha para transmitir un mensaje de esperanza porque es posible en todos los casos conseguir avances, grandes o más sutiles, pero que tendrán un impacto positivo en la vida cotidiana del paciente.
“En la vida cotidiana hay múltiples situaciones en las que no tenemos premura, no tenemos prisa. No necesitamos responder con rapidez. Sin embargo, hay otras muchas situaciones en las que contestar rápido o contestar despacio a los estímulos que encontramos en el entorno puede marcar grandes diferencias sobre el éxito o el fracaso de lo que estemos realizando”. En este video, Marcos Ríos Lago, doctor en Neuropsicología y coordinador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, explica cómo la velocidad de respuesta a los estímulos en la vida cotidiana puede ser crucial en situaciones específicas, como frenar ante un semáforo o decidir si cruzar una calle. En estos casos, responder rápidamente puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Nuestro experto destaca la importancia de la rehabilitación neuropsicológica tras una lesión cerebral para ayudar a tanto al paciente (para ver si mediante rehabilitación puede volver a agilizar esas respuestas) como a las personas de su entorno, para que comprendan que posiblemente su familiar no podrá responder con la misma velocidad que antes.
Para ello, será necesario diseñar un programa de rehabilitación adecuado y específico. “Tenemos que evaluar al menos tres componentes: lo rápido que las personas son capaces de detectar los estímulos del entorno; en el otro extremo del procesamiento, lo rápido que las personas pueden responder desde el punto de vista motor a los estímulos que aparecen en el entorno y, en la fase intermedia, el procesamiento cognitivo, que se puede eh ralentizar de intervención −revela Ríos−. Tenemos que evaluar muy bien en qué fase del procesamiento existe esa ralentización para posteriormente diseñar los programas de intervención adecuados”. Porque hay personas que pueden ser más o menos rápidas en cuanto a los mecanismos atencionales y tener ralentizados otros mecanismos.
El neuropsicólogo del Hospital Beata María Ana, también profesor del a UNED, además −recuerda−, se pueden utilizar estrategias compensatorias y ayudas externas, como planificar actividades en el teléfono móvil y la organización del entorno. Y que la rehabilitación debe ser realizada por equipos interdisciplinares (fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos…), que podrán entre el “arsenal terapéutico” podrán utilizar diversas herramientas, como la realidad virtual, ordenadores, pruebas de papel y lápiz, y, por supuesto el entorno habitual en el que vive la persona, “porque es ahí donde tiene que mejorar verdaderamente su bienestar y la calidad de vida”.
Finalmente, Ríos Lago transmite un mensaje de esperanza, asegurando que es posible lograr avances en todos los casos, aunque estos sean grandes o pequeños, siempre tendrán un impacto positivo en la vida cotidiana de quienes acuden a nuestros centros.