Los músicoterapeutas trabajan con las emociones. Las sesiones de estos profesionales en la Red Menni de Daño Cerebral sirven de apoyo a las otras terapias de rehabilitación que reciben los pacientes.
La musicoterapia es la utilización científica de la música para restablecer, mejorar o mantener la salud de las personas a nivel físico, cognitivo, emocional y/o social. Su inclusión en el tratamiento del daño cerebral es interesante, ya que las personas afectadas experimentan grandes emociones por la situación sobrevenida, explica Susana Velasco Conde*, musicoterapeuta en la UDC del Hospital Benito Menni de Valladolid.
La música es un medio para la terapia. Por lo general, la música que se utiliza es improvisada y no se valora la técnica, la afinación, etc. sino el valor terapéutico de esa música. El paciente no tiene por qué ser músico ni saber de música; trabaja para mejorar su salud o conseguir sus objetivos y experimenta en sí mismo las emociones que surgen a causa de la música, siempre con el apoyo del terapeuta.
Se puede trabajar con niños y adultos, de forma individual o en pequeños grupos. En cualquier caso, la atención es individualizada y se centra en la propia persona y sus necesidades: el proceso, que permite llevar a cabo la rehabilitación y readaptación en un medio más creativo, es interactivo, experiencial y único para cada paciente.
La música es innata al ser humano y nos motiva para expresarnos. Es especialmente interesante el trabajo con personas con:
· Bajo nivel de alerta, ya que la música estimula de comportamientos, respuestas psicológicas y expresivas, produciendo respuestas fisiológicas como cambios en la respiración y el ritmo cardíaco (Magee, 2005).
· Ausencia o dificultades de lenguaje. La música es independiente de éste, por lo que es una útil herramienta para las personas sin posibilidad de comunicación verbal; a través del canto y los sonidos que son capaces de emitir, se empiezan a abrir vías para la comunicación.
· Niños con problemas de conducta, con TEA, o con TGD. A través de la música se crea un nuevo canal de comunicación y se establece un vínculo emocional con otros: La música les permite expresarse libremente, reduce la ansiedad y la rigidez, y ayuda a ensayar rutinas sociales.
Susana Velasco nos recuerda algunos de los objetivos que se pueden trabajar desde la musicoterapia:
- Promover “nuevos modos de comunicación” que permitan la expresión emocional, potencien las habilidades cognitivas y sociales.
- Mejorar la calidad de vida, el autoconocimiento, la autoestima y el cuidado de uno mismo.
- Restaurar, mantener y mejorar nuestra salud física y mental.
- Reencontrarse con la historia sonora, personal y familiar.
La musicoterapeuta de la UDC de las Hermanas Hospitalarias en Valladolid se desplaza a los domicilios de algunos pacientes porque para ellos es más fácil. Las sesiones siguen una estructura básica con tres fases:
Caldeamiento: actividad para crear ambiente, predisponer al paciente para la sesión, crear vínculo y conectar con el paciente, hacer una pequeña evaluación de cómo está hoy el paciente y cambiar de lenguaje de lo verbal al lo musical o motor.
Desarrollo de la sesión: diferente para cada paciente según el momento del proceso terapéutico, etc. Cada sesión se prepara en función del paciente, la evaluación realizada, los objetivos establecidos para él y la evolución en las sesiones anteriores.
Conclusión: sirve como cierre de lo sucedido durante la sesión para poder retomarla en sesiones posteriores. Puede hacerse a través de distintos medios (musical, plástico, verbal…).
Durante el proceso está presente la observación de lo que está ocurriendo y se pueden usar distintas técnicas de musicoterapia:
– Receptivas (envoltura sonora, audiciones, vibroacústica…).
– Activas (improvisación, interpretar canciones conocidas, otras artes, crear canciones, audiciones activas…).
*Susana Velasco es licenciada en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca y estudió Musicoterapia en el Instituto MAP (Música, Arte y Proceso) de Vitoria. Posee el título de ‘Operadora en biomúsica’, impartido por Biomúsica Internacional, y prepara su tesis doctoral en la Universidad de Valladolid sobre Música y neonatos prematuros. Aunque no es música profesional, toca el violoncello, la guitarra y la flauta travesera.
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