Estefanía Rodríguez, logopeda de la Unidad de Daño Cerebral Infantil del Hospital Beata María Ana, nos explica bajo estas líneas cuáles son las alteraciones de la esfera orofacial y aquellas relacionadas con el lenguaje que puede sufrir un niño o niña tras un daño cerebral, en las que su disciplina puede ayudar y cómo.
Para empezar es importante conocer qué es la logopedia. Estefanía Rodríguez sabe que forma general se conoce como aquella disciplina que atiende a los niños que no pronuncian la /r/ o que les cuesta aprender a hablar. “Pero se trata de una disciplina mucho más amplia y rica. Los logopedas nos encargamos de estudiar, prevenir, detectar, evaluar y atender los problemas relacionados con la comunicación humana. ¿Y esto qué quiere decir? Nos centramos en atender cualquier dificultad relacionada con el lenguaje oral y el lenguaje escrito. Pero no sólo eso, sino que atendemos los problemas relacionados con la esfera orofacial”, subraya. Vamos a ver un poco más qué nos quiere decir nuestra logopeda de la Unidad de Daño Cerebral Infantil del Hospital Beata María Ana con todo esto.
Nuestra experta apunta que la logopedia atiende un amplio abanico de dificultades que vamos a ver en más detalle para conocer mejor sus distintos aspectos y en especial aquellos que tienen que ver con niños y niñas con daño cerebral.
1- Trastornos de la esfera orofacial
Es muy común encontrarnos después de un daño cerebral infantil problemas relacionados con la alimentación. Esto se traduce en que el pequeño puede tener problemas para comer como lo hacía, porque se atraganta de forma frecuente, no sabe cómo comer, tiene que usar una sonda para alimentarse… Para poder atenderlos es necesario conocer el desarrollo tipo del niño en relación con la alimentación. Esto es así porque podemos encontrarnos con niños más pequeños que aún están comiendo con cuchara, triturado, y otros que estarán aprendiendo a masticar.
Es importante formar e informar a la familia sobre los cambios que se han producido y por qué, cuáles son las consecuencias de estas dificultades y las adaptaciones que necesitamos hacer. También es importante enseñarles en las diferentes técnicas y las nuevas formas de dar de comer a su hijo para reducir la ansiedad e inseguridad por esta nueva situación. Normalmente a las familias les preocupa que su hijo esté bien alimentado. Es conveniente tener en cuenta que necesitamos dar un buen aporte alimenticio ya que es la fuente de energía necesaria para un correcto desarrollo y para poder hacer frente a las exigencias de la rehabilitación y la recuperación del proceso en el que se encuentra.
Además, es común encontrarnos dificultades relacionadas con los trastornos motores del habla, que hacen que la niña o el niño pueda presentar un habla inteligible por su entorno, con la frustración que estos puede acarrear.
No debemos olvidar las dificultades en el control de la saliva, un aspecto que nos preocupa por las repercusiones que puede tener en relación con posibles irritaciones en la zona de alrededor de la boca, problemas dentales o infecciones. Pero también a nivel social, ya que el hecho de no controlar la saliva y mojar su ropa o sus cosas puede hacer que los demás muestren cierto rechazo a acercarse.
Por último, y no menos importantes, están los problemas de voz. En algunas ocasiones nos podemos encontrar con problemas relacionados con la voz, por diversas causas, que hacen que el pequeño muestre un volumen más bajo, molestias al usar su voz durante un tiempo prolongado o cambios en las características de la voz. Esto hace que a veces tengan problemas para usarlo en entornos educativos (cuando quieren hablar en alto en clase o hacer un exposición) o a nivel social (hablar en un grupo de amigos o hablar bajo al compañero de clase para que nadie le oiga). Además, hay que tener en cuenta que se encuentran en un periodo de crecimiento y que llegando a la época de la pubertad se producen cambios en la voz, por lo que deberemos atender y prevenir las posibles dificultades que nos encontremos de cara a futuro.
2- Lenguaje oral
En ocasiones el daño cerebral infantil da lugar a dificultades en el lenguaje oral tanto a nivel comprensivo como expresivo, lo cual afecta a su relación con el entorno: no puede expresar lo que quiere o necesita, las personas de su alrededor no le entienden… Por ello, es de gran importancia dar una forma de comunicación al niño y a su familia desde el primer momento. No hace falta esperar a ver si recupera pronto la capacidad de comunicarse que tenía antes, sino que debemos proporcionar una forma de comunicación alternativa mientras que seguimos trabajando en la recuperación del lenguaje oral.
Para ello, existen los sistemas aumentativos y alternativos de comunicación (SAAC) que son ayudas para la comunicación de los peques. Cuando el lenguaje oral no cubre todas las necesidades del niño necesitamos buscar otra forma para que le niño y la familia se puedan comunicar. Existen muchos tipos, desde el uso de gestos, hasta imágenes, pictogramas o las nuevas tecnologías como las táblets o los nuevos dispositivos de control con la mirada.
3- Lenguaje escrito
Cuando se trata de niñas o niños de corta edad tenemos una particularidad en este aspecto y es que muchos de ellos o no han adquirido este aprendizaje aún o están en ello. Debemos tener en cuenta que la lectura y escritura implican un gran número de procesos de gran complejidad, que es necesaria una instrucción específica durante bastante tiempo para poder dominarlas y que son precisas para los aprendizajes. En el colegio y en la sociedad usamos la lectura y escritura como medio para aprender. Así, cuando un pequeño con DCA presenta dificultades en este área debemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿Cuál es nuestro objetivo? Por un lado, lógicamente, querremos que adquiera la lectura y escritura, pero esto nos puede llevar tiempo, sobre todo para que le sea útil en todos los contextos que lo necesite. Pero por otro lado, no queremos que esto limite sus aprendizajes, el disfrute de los libros… Por ello, deberemos valorar qué alternativas podemos ofrecerle para que acceda a la lectura por medio de otro sistema o canal.
¡¡¡Importante!!!
No hemos de olvidar nunca que todo este trabajo debe llevarse a cabo en un equipo transdisciplinar, contando con todos los profesionales que sean necesarios, buscando objetivos comunes y específicos de cada área. Además, dentro de este equipo se encuentra la familia, que debe estar informada y formada sobre lo que ocurre y lo que hacemos. Y, por supuesto, con el entorno escolar, que nos dará información sobre el desempeño del niño o niña a nivel académico, de sus relaciones sociales y de los problemas que pueden surgir en su día a día. Al mismo tiempo, podremos orientar sobre el manejo de estas dificultades o trabajarlas de forma directa en las sesiones.
Como conclusión, nuestra logopeda incide en que hay que tener en cuenta lo siguiente:
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Atendemos a una población variable en edad, lo que implica conocer el desarrollo infantil ‘tipo’ y cómo el daño cerebral puede afectar en cada momento de este desarrollo.
- Dificultades para acceder a los aprendizajes y/o nuevas experiencias: las dificultades que presenta la niña o niño pueden afectar a los aprendizajes posteriores y al acceso a nuevas experiencias necesarias para el desarrollo. Por ello, deberemos proporcionarle nuevas herramientas o alternativas para acceder a estos aprendizajes y experiencias.
- Definir y jerarquizar objetivos individuales y conjuntos: importante valorar y consensuar con el equipo, familia y colegio las dificultades que se presentan y el plan de actuación, con objetivos comunes y específicos por áreas.
- Informar y formar a la familia: mantener a la familia informada del proceso, los cambios… y formarla en la nueva forma de hacer las cosas.
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Necesidad de un equipo formado específicamente en daño cerebral infantil que atienda a estos peques y que esté formado por un equipo de especialistas que pueda abordar de forma global las dificultades del niño o niña y atender a la familia.