El Servicio de Daño Cerebral y Neurorrehabilitación de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi tuvo una presencia relevante en la XXIII Jornada de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR), celebrada el 20 de noviembre en Sevilla. Entre otras comunicaciones, la terapeuta ocupacional Andrea García Calleja presentó resultados prometedores de un estudio realizado en nuestro centro de Arrasate-Mondragón sobre el uso de la estimulación eléctrica funcional combinado con rehabilitación multimodal en la recuperación del miembro superior severamente afectado (MSSA) tras un ictus.
El pasado día 20, dentro de la en la XXIII Jornada de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR), celebrada en Sevilla, la terapeuta ocupacional Andrea García Calleja presentó el trabajo ‘Eficacia de la estimulación neuromuscular funcional en la recuperación del miembro superior tras ictus subagudo severo’, un estudio comparativo y predictivo elaborado por el Servicio de Daño Cerebral y Neurorrehabilitación de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi. La investigación analiza la eficacia de la estimulación eléctrica funcional (FES, del inglés Functional Electrical Stimulation) combinada con rehabilitación multimodal. La pregunta es: ¿Podría la combinación la FES y rehabilitación multimodal actual ser la llave para aprovechar realmente la ventana de plasticidad cerebral?
Los resultados son prometedores: la estimulación eléctrica funcional, aplicada como complemento dentro de un programa multimodal, multiplica por diez la probabilidad de recuperación y convierte a un paciente severo en moderado en prácticamente la mitad de los casos. Este enfoque combinado ha demostrado ser una opción terapéutica segura y potente, con capacidad real para transformar una extremidad severamente afectada tras un ictus en una moderadamente afectada.
Una secuela frecuente
Alrededor de un 80% de los pacientes que sufren un ictus, presentan una afectación del miembro superior. En casos severos, solo una minoría recupera algún tipo de funcionalidad en la mano y ese brazo. Esta es una de las secuelas neurológicas que más limitación funcional origina, al impactar y repercutir directamente en la autonomía y en la calidad de vida de las personas afectadas.
“En la práctica actual, la rehabilitación del MSSA se suele enfocar en compensar y adaptar al paciente, y no tanto en recuperar la función perdida; lo que hace que muchas personas terminen dependiendo de un solo brazo para sus actividades de la vida diaria (AVD). Y aunque los primeros 3 meses son un periodo clave de neuroplasticidad, en los que el cerebro muestra una gran capacidad de reorganización, a menudo seguimos aplicando terapias multimodales que no siempre aprovechan ese potencial”, explicó nuestra terapeuta ocupacional en la introducción.
FES combinada con rehabilitación multimodal
El trabajo presentado por Andrea García Calleja forma parte de un proyecto más amplio sobre nuevas tecnologías aplicadas a la neurorrehabilitación. La investigación analiza la eficacia de la FES combinada con rehabilitación multimodal frente a la rehabilitación habitual aplicada únicamente.
Se incluyeron 31 pacientes en fase subaguda (pasados menos de 3 meses del ictus), todos con afectación severa del miembro superior. El grupo de control, compuesto por 12 pacientes, recibió únicamente rehabilitación multimodal, mientras que el grupo experimental (19 pacientes) recibió, además, FES mediante Fesia Grasp, un dispositivo multicampo capaz de generar movimientos funcionales complejos. Las evaluaciones incluyeron escalas motoras y sensitivas (Fugl-Meyer), funcionales (Barthel, FIM+FAM) y el paso de severidad a moderada como criterio clínico principal (Fugl-Meyer >22).
Se multiplica la probabilidad de recuperación
Los resultados de este estudio aportan evidencia sólida sobre su utilidad durante la ventana de plasticidad cerebral, y abren la puerta a nuevas líneas de investigación con muestras mayores y diseños aleatorizados:
- Todos los pacientes mejoraron, pero el grupo con FES mejoró mucho más.
- Los pacientes con peores puntuaciones iniciales en Fugl-Meyer tuvieron mayor probabilidad de mejorar, y puede parecer contradictorio, pero refleja que tenían más margen para cruzar el umbral clínico.
- Los indicadores de eficacia confirman la magnitud del efecto observado durante el ingreso (4–6 semanas). A nivel clínico, significa que entre siete u ocho de cada diez pacientes mejoran con FES, frente a uno de cada doce sin estimulación eléctrica funcional. Y no se registraron efectos adversos, lo que deja un perfil beneficio-riesgo favorable.
En conclusión: la estimulación eléctrica funcional combinada con rehabilitación multimodal multiplica por diez la probabilidad de recuperación y convierte un brazo con afectación severa en moderada en prácticamente la mitad de los casos.
Estos datos permiten replantear una creencia extendida: que un miembro superior severamente afectado rara vez recupera funcionalidad real. Esta investigación clínica sugiere lo contrario: la combinación de FES y rehabilitación multimodal podría hacer que la recuperación deje de ser excepcional y pase a ser alcanzable para un número mucho mayor de personas. La reflexión invita a seguir investigando y, sobre todo, a seguir apostando por terapias que aprovechen al máximo el potencial de recuperación del cerebro en las primeras fases del ictus.






