Este exoesqueleto robótico, que está completando el proceso de certificación para el Marcado CE, ha sido concebido por la empresa Gogoa para asistir y rehabilitar la marcha de personas con afectación neurológica.
El pasado jueves 26 de abril, profesionales de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Aita Menni recibimos la visita de Gogoa Mobility Robots, una empresa tecnológica ubicada en Urretxu (Gipuzkoa) que se dedica al diseño y producción de dispositivos robóticos para asistir y rehabilitar la movilidad de personas con lesiones cerebrales adquiridas o con lesión medular espinal.
Gogoa nos presentó en esta ocasión exoesqueleto HANK, creado para asistir y rehabilitar la marcha de personas con afectación neurológica. HANK es un exoesqueleto que se adapta a adultos entre 1,50-1,95 metros de estatura y está concebido para el entrenamiento de la marcha en un entorno clínico. HANK es un dispositivo robótico bilateral (se adapta a las 2 piernas del paciente) y puede asistir el movimiento gracias a sus 6 articulaciones motorizadas en cadera, rodilla y tobillo. Destaca la ligereza del conjunto, con solo 12 kg, incluido el pack de batería, y la facilidad de colocación en el paciente. Dispone de un software de control que permite regular los rangos articulares de actuación de cada una de las articulaciones así como la potencia de asistencia en cada una de ellas. Se puede regular asimismo la cadencia de marcha en 10 niveles diferentes. Este conjunto de características hace de Hank una herramienta de rehabilitación adecuada para pacientes con secuelas derivadas de una lesión cerebral como los ictus.
Como puede verse en el vídeo, tuvimos además la oportunidad de que el propio personal clínico la Unidad de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias Aita Menni se colocará el exoesqueleto y pudiera probar de primera mano sus funcionalidades.
En la actualidad, el exoesqueleto Hank está completando el proceso de certificación para el Marcado CE.