Beatriz Gavilán, neuropsicóloga de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana, fue invitada para pronunciar una charla dentro de las sesiones clínicas que organiza el área de Pediatría de este centro. La rehabilitación neuropsicológica pretende mejorar las esferas emocional, cognitiva y social.
Nuestra compañera Beatriz Gavilán Agustí, neuropsicóloga de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana, fue invitada al Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid) para pronunciar una charla dentro de las sesiones clínicas que organiza el área de Pediatría de este centro. El interés del equipo pediátrico era conocer más acerca de la rehabilitación neuropsicológica infantil.
Nuestra experta se refirió a numerosas patologías infantiles que son susceptibles de evaluación neuropsicológica. Algunas, como traumatismos craneales, tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares o ictus pediátricos, daño cerebral congénito o perinatal -como la parálisis cerebral infantil- acarrean daño cerebral. Pero, además, precisan evaluación neuropsicológica niñas y niños con patologías del desarrollo, como la neurofibromatosis tipo 1; con enfermedades genéticas del sistema nervioso central, ej. el síndrome del X-frágil, o enfermedades que pueden afectar el funcionamiento del sistema nervioso central, como la diabetes, así como trastornos del neurodesarrollo, como el autismo o el TDAH. La atención neuropsicológica es necesaria también en el tratamiento de las dificultades de aprendizaje.
La rehabilitación neuropsicológica pretende mejorar las esferas emocional, cognitiva y social. No obstante, fue concretamente la rehabilitación neuropsicológica del daño cerebral infantil el tema que centró la intervención de nuestra neuropsicóloga. La doctora Gavilán habló sobre la labor de la neuropsicología y también describió nuestros programas individualizados de rehabilitación integral del daño cerebral desde el equipo transdisciplinar para describir el trabajo de cada profesional en cuanto a la evaluación y rehabilitación de las secuelas.
Desarrollo cerebral en pleno auge
Asimismo, Beatriz Gavilán incidió en que el daño cerebral adquirido en la infancia afecta al desarrollo cognitivo. “El niño está iniciando un aprendizaje sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea”, explicó. “El daño temprano conlleva consecuencias más graves. Pero si bien existe mayor vulnerabilidad a edades tempranas, ya que el desarrollo es incompleto, también es mayor la plasticidad cerebral”, recordó. “El cerebro es plástico y los aprendizajes realizados tienen un impacto directo. Es necesaria una rehabilitación que les proporcione las experiencias para minimizar el impacto de su lesión. La experiencia puede modificar la organización de los circuitos neurales”, aseguró.
Igualmente la doctora subrayó la importancia de la evaluación neuropsicológica en la infancia para establecer expectativas realistas y evitar falsas atribuciones sobre la conducta del pequeño. El pronóstico depende de muchos factores, entre ellos la edad, la localización y la severidad de la lesión, sin olvidar la situación global del niño. Por tanto, el pronóstico del daño cerebral y depende de:
- edad de aparición
- severidad de la lesión
- tipo de lesión (focal o generalizada)
- localización de la lesión (hemisferio derecho-izquierdo)
- tratamientos recibidos (medicación e intervenciones)
- entorno
La evaluación neuropsicológica incluye la evaluación de habilidades cognitivas generales y específicas, habilidades motoras, habilidades perceptivas, habilidades no verbales, lenguaje, memoria, procesos de atención, funciones ejecutivas y habilidades académicas. Por otro lado, la evaluación neuropsicológica de seguimiento resulta fundamental para determinar la evolución del trastorno y el impacto de los tratamientos pautados. “Los efectos del daño no son detectables hasta que la habilidad emerge y se aprecian diferencias en el desarrollo cognitivo y comportamental con respecto a su grupo de iguales. Determinar los efectos del daño temprano requiere evaluaciones de seguimiento para ver el alcance de la lesión”, declaró nuestra neuropsicóloga.
La evaluación neuropsicológica infantil abarca múltiples procesos que examinan la relación entre función cerebral y conducta; registra dominios específicos de funcionamiento; informa detalladamente sobre las habilidades cognitivas (puntos fuertes y débiles). Se realiza mediante pruebas estandarizadas, cuestionarios, y entrevistas con padres y profesores, además de la observación directa.
El protocolo de evaluación neuropsicológica abarca habilidades cognitivas generales y habilidades cognitivas específicas: motoras, perceptivas, habilidades no verbales, lenguaje, memoria… También se encarga de evaluar los procesos atencionales, las funciones ejecutivas y las habilidades académicas.
Para terminar, Beatriz Gavilán recalcó la gran importancia de la rehabilitación especializada y del trabajo dentro de un equipo interdisciplinar formado.