La colaboración entre el BCC y el centro Aita Menni de San Sebastián fructifica, además, en el diseño de una guía de accesibilidad para restaurantes
Los terapeutas de la Red Menni trabajan día a día con las personas afectadas por un daño cerebral y sus familias para mejorar su calidad de vida. En la medida de lo posible, tratan de restablecer la actividad diaria que tenían antes del ictus o del TCE y de recobrar sus roles y aficiones previas.
Entre estas tareas cotidianas, en el Centro de Día para Personas con Discapacidad Neurológica Aita Menni de San Sebastián la más demandada siempre ha sido la cocina. Por ello, dentro de las actividades habituales, semanalmente se organiza un taller de cocina, en el que los usuarios elaboran sencillas recetas.
Guiada por este interés por la cocina, la terapeuta ocupacional Eider Fernández se dirigió al Basque Culinary Center (BCC) para que los usuarios pudieran visitar sus instalaciones y, a su vez, ofreció al centro la posibilidad de acercarse a la problemática de las personas con alteraciones motoras y/o cognitivas.
De este primer contacto surgieron dos proyectos: uno para aportar valor añadido a los talleres de cocina existentes y otro para adentrarse en un campo aún por desarrollar, el de la accesibilidad de los restaurantes y la utilización de instrumentos adaptados para las personas con dificultades a la hora de desplazarse hasta su mesa, comer y cocinar.
Ambos proyectos se desarrollaron durante todo el mes de marzo. Los cinco alumnos participantes en cada proyecto presentaron sus trabajos en el auditorio del Basque Culinary Center el día 1 de abril, cita a la que no quisieron faltar los usuarios y profesionales del centro Aita Menni en Zuatzu.
Aportaciones a los talleres de cocina
Desde un principio se creó un estupendo clima de colaboración entre el BCC y Aita Menni. Alumnos y profesores han estado en contacto en todo momento con nuestros profesionales para incidir en ciertos aspectos. Uno de los objetivos del grupo dedicado al taller de cocina fue, por ejemplo, profundizar en la higiene en la cocina, no sólo hacer un decálogo con normas sino especificar sus razones. También hacer más hincapié en la salud y las necesidades nutricionales (recetas con contenido nutricional explicado, dieta recomendada, grupos de alimentos, etc.).
Juventud y simpatía, platos ricos y equilibrados, creatividad, clases dedicadas a introducir a los pacientes en la cocina internacional, técnicas e ingredientes sorprendentes… ¿Se puede pedir más? Pues sí. Dentro de este mismo trabajo, los estudiantes de cocina prepararon un calendario con recetas para los talleres semanales de los próximos meses y un documento con trucos de cocina para facilitar algunas tareas. No olvidaron incluir un recetario especial para personas con disfagia y problemas intestinales (estreñimiento y gastroenteritis). La actividad desplegada por este grupo finalizó con un concurso de pinchos y de cócteles sin alcohol por parejas.
A muchos usuarios del Centro de Día de daño Cerebral les gusta experimentar en casa con la cocina en la medida que pueden, por lo que estas clases y recetas les han abierto nuevas posibilidades. Ya no hay excusas. La mayoría dicen que van a cocinar más a partir de ahora. Sin duda llevarán a la práctica algunas de las recetas fáciles y rápidas que han aprendido, y podrán disfrutar degustándolas en sus casas junto a los suyos. Los monitores de Aita Menni, por su parte, han tomado buena nota de los consejos de estos alumnos de tercer grado del BCC.
Kusaidia: guía y protocolo para el sector de la restauración
Si el rediseño del taller de cocina del Centro Zuatzu ha sido un trabajo muy útil y entretenido, además de interesante, el proyecto destinado a desarrollar una guía de restaurantes accesibles y un protocolo de atención a las personas con discapacidad en el sector hostelero no lo va a ser menos.
Bajo el nombre “Kusaidia”, que en swahili significa “procurar ayuda”, el segundo grupo del BCC presentó un proyecto que pone a prueba al sector gastronómico en cuanto al trato que dispensa a las personas con discapacidad. Los usuarios de la Red Menni de Daño Cerebral son personas que, a causa de una lesión sobrevenida en el cerebro, presentan una serie de dificultades (motoras, sensoriales, cognitivo-conductuales y/o comunicativas) que limitan de forma significativa su funcionalidad y su autonomía.
El equipo multidisciplinar de Aita Menni ayuda a los pacientes a recuperar autonomía mediante rehabilitación, enseñándoles estrategias e instruyéndoles en el uso de productos de apoyo, que a la hora de comer y hacer la comida suelen ser engrosadores para cubiertos, tapetes antideslizantes, tabla especial para el corte y pelado de alimentos, vasos y platos adaptados, etc. De la mano de estos mismos profesionales y de las propias personas con daño cerebral, los alumnos del BCC han podido comprobar qué dificultades tienen, qué estrategias usan, qué materiales de cocina adaptados se encuentran en el mercado, etc. Este trabajo también ha supuesto un enriquecedor intercambio.
Con esta información, se han dirigido a distintos restaurantes donostiarras, han valorado sus logros y carencias en cuanto a accesibilidad y les han hecho entrega de un minikit de productos de apoyo, en el que se encuentra por ejemplo, un reborde para los platos, muy útil para las personas que sólo pueden utilizar una mano. Algunos locales, como la librería-cafetería Kaxilda, en la plaza Easo, los han visitado con algunos usuarios de Aita Menni para comprobar cómo son los accesos para personas en sillas de ruedas, el baño, la atención de los camareros… Ahora se trata de continuar el proyecto Kusaidia y de extenderlo a otros lugares de la geografía.
Experiencia gratificante
Tanto a los estudiantes BCC como a los participantes de Aita Menni se les ha hecho muy corta duración de los proyectos en sí. A todos, sin excepción, les habría gustado prolongarlos un poco más. Y si unos han disfrutado mucho de la cocina, poniendo “más vida a la vida” -como resumía Marian, una de las usuarias-, para otros -en palabras de Aitor, uno de los alumnos-, la lección ha sido “seguir pase lo que pase”; es decir, han aprendido “mucho más en el plano personal que en el profesional”.