Seguimos investigando en la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana. Un grupo de profesionales de la Unidad inicia un estudio pionero sobre el uso de estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS) como terapia coadyuvante en la rehabilitación de la heminegligencia tras un ictus.
La aplicación de la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS) para el tratamiento de la heminegligencia en pacientes con daño cerebral centra el estudio dirigido y coordinado por el doctor Juan Pablo Romero, neurólogo de la Unidad de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias en Madrid y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, y por la doctora Elena Muñoz Marrón, directora del Cognitive NeuroLab, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya y directora del Máster en Neuropsicología de la misma universidad. En el proyecto participan otros profesionales de nuestra Unidad de Daño Cerebral, entre ellos: el doctor Marcos Ríos, coordinador de la Unidad de Daño Cerebral; David de Noreña Martínez y Begoña González Rodríguez, neuropsicólogos de la misma Unidad, además de otros profesionales externos al servicio, como Francisco Sánchez Cuesta y Aida Arroyo Ferrer, investigadores predoctorales de la Universidad Francisco de Vitoria.
El objetivo perseguido por este estudio es tratar de potenciar el tratamiento rehabilitador de la heminegligencia de forma no invasiva y no farmacológica mediante la integración de las técnicas de neuromodulación en la terapia rehabilitadora. Su aplicación durante un programa de rehabilitación estándar podría mejorar los resultados, acortar el tiempo de recuperación y mejorar el estado funcional final de los pacientes con secuelas tras un accidente cerebrovascular (ACV).
La heminegligencia es una de las alteraciones atencionales más frecuentes tras el daño cerebral derivado de un ACV. Se estima que la incidencia de dicha alteración es superior al 40% (Ringman et al. 2004), oscilando las cifras entre el 25-50% del total de los pacientes con ACV (Appelros et al. 2002; Buxbaum et al. 2004; Nijboer, Kollen, and Kwakkel 2013). En el caso de lesiones vasculares que afectan al hemisferio derecho, algunos estudios estiman que hasta un 82% de los pacientes puede sufrir heminegligencia en la fase aguda (Stone et al. 1992) tratándose, por lo tanto, de una alteración con una elevada prevalencia y que requiere de una atención prioritaria por el gran impacto negativo que tiene en la rehabilitación del paciente.
Para llevar a cabo el estudio, se está empleando una técnica de estimulación cerebral no invasiva denominada estimulación eléctrica por corriente directa (tDCS, del inglés transcranial direct current stimulation). Las técnicas de estimulación cerebral no invasiva (NIBS, del inglés non-invasive brain stimulation), hacen referencia a diferentes técnicas neurofisiológicas que permiten la modulación de la actividad cerebral de manera segura y no invasiva. A través de estas técnicas podemos incrementar o disminuir la actividad neuronal. Además, la NIBS ha demostrado su potencial en la facilitación de la plasticidad cerebral en humanos, es decir, en la capacidad de recuperación que el cerebro tiene para recuperarse y reorganizarse. En este sentido, la gran potencialidad de estas técnicas reside en su capacidad para aumentar la capacidad plástica del cerebro, facilitando la recuperación o reorganización de las redes neurales que se han visto afectadas y restableciendo el equilibrio en las interacciones interhemisféricas cerebrales. En el caso de los accidentes cerebrovasculares, por ejemplo, diversos estudios han mostrado su eficacia en la mejora de las alteraciones sensoriomotoras y cognitivas (Schulz, Gerloff, and Hummel 2013), así como con mayor evidencia sobre alteraciones de tipo motor (D’Anci KE, Uhl S, Oristaglio J, Sullivan N, Tsou AY., 2019).
La tDCS es una de las técnicas de NIBS más utilizadas en la actualidad, junto a la estimulación magnética transcraneal (TMS, del inglés transcranial magnetic stimulation), ostenta evidencia empírica suficiente que avala su potencial para modular la actividad cerebral a corto y largo plazo, es decir, más allá de la duración de la estimulación en sí (Hummel and Cohen 2006b). Además, ambas técnicas, han demostrado ser eficaces como aproximaciones terapéuticas coadyuvantes a los tratamientos de carácter más convencional para la recuperación de la función después de un accidente cerebrovascular (Edwards and Fregni 2008a), existiendo literatura científica con resultados prometedores en la rehabilitación de la heminegligencia visuoespacial (Kashiwagi et al. 2018; Salazar et al. 2017)
La tDCS permite modular la actividad cortical mediante la aplicación de una corriente eléctrica de muy baja intensidad, pudiendo aumentar o disminuir la excitabilidad cortical en un área cerebral concreta, en función del protocolo de estimulación aplicado.
Su aplicación consiste en la colocación de unos pequeños electrodos con ayuda de un gorro para poder fijarlos. A través de los electrodos se emite una corriente eléctrica de muy baja intensidad y casi imperceptible para la persona. La sencillez de su aplicación permite llevar a cabo los programas de rehabilitación cognitiva estándar dirigidos a la estimulación de las alteraciones afectadas de forma simultánea a la tDCS, ya que no limita los movimientos del participante.
Respecto a los posibles riesgos o efectos secundarios de la técnica aplicada a daño cerebral, estos son mínimos, ya que se trata de una técnica segura e indolora. Durante la estimulación, es posible sentir sensación de hormigueo debajo de los electrodos, así como irritación en la piel; no obstante, estas sensaciones, poco frecuentes, generalmente, desaparecen rápidamente.
A los pacientes que participan en el ensayo clínico se les realiza una valoración neuropsicológica para detectar la presencia de heminegligencia junto con un estudio de electroencefalografía (EEG) como medida neurofisiológica basal. Posteriormente, se llevan a cabo 10 sesiones de 30 minutos de rehabilitación neuropsicológica estructuradas y dirigidas a la mejora de las alteraciones atencionales asociadas a la heminegligencia a través de la plataforma de rehabilitación NeuronUp, junto con estimulación por corriente directa en algunos casos y en ausencia de ella en otro grupo de participantes. . Tras el programa de intervención completo, se volverá a realizar una nueva valoración neuropsicológica y un nuevo EEG con el fin de detectar mejorías tras la intervención, así como los cambios en la actividad cerebral asociada.
El estudio está abierto a aquellas personas afectadas por un accidente vascular que presenten síntomas de heminegligencia y quieran participar de forma voluntaria en el mismo. Todos los participantes recibirán tratamiento neuropsicológico dirigido a la estimulación de las alteraciones asociadas a la heminegligencia, junto con la tDCS.
Aquellas personas afectadas que estén interesadas en tomar parte en este estudio pueden ponerse en contacto por correo electrónico con el doctor Romero (p.romero.prof@ufv.es) y/o la doctora Muñoz Marrón (emunozmarr@uoc.edu), investigadores principales del proyecto, quienes valorarán su idoneidad para participar en la investigación.