El medio acuático es idóneo para el tratamiento de problemas de movilidad, puesto que las propiedades hidrodinámicas facilitan los movimientos, además los músculos se relajan y el agua proporciona estímulos sensoriales muy beneficiosos para las personas con discapacidad.
La fisioterapia acuática ofrece muchas ventajas, por eso desde hace seis años los usuarios de los centros de día de daño cerebral Lurgorri y Bekoetxe, del IFAS, comenzaron a realizar actividades físicas en piscina. Jorge Olmo, fisioterapeuta del Hospital Aita Menni, es el encargado de programar y llevar a cabo estas sesiones.
Según nos explica nuestro experto, la terapia física en el agua forma parte del término más genérico que es la hidroterapia y está dirigida al logro de objetivos específicos físicos y funcionales. Tal y como puede verse en el vídeo, en las sesiones se aprovechan las características mecánicas del agua, combinando los efectos del movimiento con estímulos específicos que producen efectos terapéuticos.
Olmo asegura que la terapia física en el agua es un buen complemento para la consecución de los objetivos propuestos en los programas de rehabilitación. “En el agua las personas con daño cerebral necesitan menos energía y ayuda para moverse, tienen mayores rangos de movimiento. Por otro lado, la piscina les proporciona mayores dosis de diversión, motivación y enganche. Otra ventaja es la posibilidad de trabajar mediante “ensayo y error”, ya que caerse no es peligroso y los pacientes tienen más tiempo para pensar, reaccionar y corregir los movimientos”.
El concepto Halliwick
Jorge Olmo se ha formado en el concepto Halliwick, que está desarrollado para que personas con discapacidad adquieran el mayor grado de autonomía física e independencia en el agua. La disposición a perder el equilibrio en el agua, saber cómo recuperarlo y ponerse de pie es clave antes de comenzar con la natación. Para avanzar hacia estos objetivos se utiliza un programa específico de diez puntos. El desarrollo de este programa ya es terapéutico, aunque es en una segunda parte del concepto donde se desarrolla la terapia en el agua.
La terapia Halliwick está relacionada con el concepto de medicina basada en la evidencia científica y con la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud). En el tratamiento de personas con daño cerebral adquirido, se diseñan programas individualizados de intervención en los que se marcan objetivos relacionados con las funciones motoras y la autonomía física como: control motor y fortalecimiento muscular, estabilización de las articulaciones y del tronco, equilibrio, cambios de posición, marcha, prevención de caídas o resistencia aeróbica.
Gran aceptación
Trabajar en la piscina tiene una gran aceptación por parte de los usuarios y de sus familiares, de hecho, es una de las actividades que más demandan. En general, son muchos los usuarios de los centros de día que pueden y se animan a realizar esta actividad. No obstante, no todos pueden participar. Quedan excluidas las personas con ciertas alteraciones conductuales, traqueotomías abiertas y algunas infecciones o heridas en la piel. Por razones de higiene, tampoco pueden acudir a las piscinas quienes tienen problemas de incontinencia.
A la hora de organizar esta actividad entre los mayores obstáculos que Jorge Olmo suele encontrar están el transporte de los usuarios, la accesibilidad al polideportivo y a la piscina, la adaptación de los vestuarios y las características dela piscina. También hay que tener en cuenta que las personas que no son independientes en el agua necesitan una atención individualizada, por lo que trabajar en grupo requiere de mayores recursos. La colaboración por parte de la familia podría facilitar mucho el poder llevar a cabo esta actividad.