Los ictus son la principal causa de discapacidad motora en el adulto. Los estudios realizados para evaluar el grado de recuperación del miembro superior tras sufrir un ictus apuntan que hasta en un 85% de los casos existe un déficit de función en miembros superiores tras sufrir un infarto cerebral y meses mas tarde persisten problemas en el 55-75% de los pacientes. Por el contrario casi tres de cada cuatro pacientes consiguen caminar. El doctor Juan Marín, médico rehabilitador de nuestra Unidad de Daño Cerebral, es un experto en la rehabilitación del miembro superior. El viernes, 3 de junio, ofreció una conferencia sobre el tema en el Hospital Nisa Valencia al Mar.
Marín explica que el 75% de los ictus se producen en los territorios irrigados por la arteria cerebral media y como consecuencia el brazo se verá afectado en la mayor parte de los pacientes. “La recuperación funcional incluye agarrar, sostener, señalar y manipular objetos, lo que requiere una incorporación e integración muscular muy complejas que afectan a muchas articulaciones, desde el hombro hasta los dedos. Por el contrario una mínima cantidad de recuperación en la pierna puede ser suficiente para obtener capacidad de marcha”, añade.
Los síndromes de hombro mano y hombros dolorosos a menudo ensombrecen la recuperación del miembro superior, junto con la falta de estimulación espontánea durante la realización de actividades cotidianas. Mientras cada cambio de lugar, cada intento de ponernos de pie o de caminar requieren la utilización de ambas extremidades inferiores, en el desempeño de actividades la persona que ha sufrido un ictus tiende a utilizar el brazo no afectado “casi de forma exclusiva” y acaba por “olvidar utilizar” su brazo paralizado.
Brazos y manos pueden mejorar
A pesar de las razones expuestas por el doctor que hacen que el pronóstico de recuperación de la movilidad en el brazo y mano no sea bueno, hay intervenciones que han demostrado una mejora de la función de los brazos y manos afectados por un infarto cerebral. “La estimulación somatosensorial, el entrenamiento bilateral, la práctica mental, el uso de toxina botulínica, la estimulación neuromuscular, la terapia con robots de entrenamiento y el uso de la realidad virtual permiten rescatar un porcentaje de pacientes no desdeñable de la inmovilidad”, asegura Juan Marín. La conferencia “RHB del miembro superior severamente afectado” que el doctor pronunció en Valencia revisaba la utilización de estos métodos y su aplicabilidad en las diferentes fases de la evolución de los pacientes con ictus, “así como a motivar e inspirar a la creación de unidades o laboratorios de miembro superior donde se apliquen de forma racional estas modalidades terapéuticas”.
La estimulación somatosensorial, el entrenamiento bilateral, la práctica mental, el uso de toxina botulínica, la estimulación neuromuscular, la terapia con robots de entrenamiento y el uso de la realidad virtual permiten rescatar un porcentaje de pacientes no desdeñable de la inmovilidad