El escritor presenta su 5º libro: ‘Vosotros sentís y yo escribo’. Las secuelas motoras y las dificultades en la expresión oral con las que vive a consecuencia de un grave accidente de bici no le impiden comunicarnos sus sentimientos.
El escritor Iker Latatu nos ha regalado un nuevo poemario: ‘Vosotros sentís y yo escribo‘, el quinto tras ‘Poesía olvidada‘ (2004), ‘A cualquier adolescente‘ (2006), ‘Esto es lo que somos‘ (2007) y ‘Cuando muera viviré en mis poesías‘ (2011).
Ángela Fernández de Corres, su logopeda de Aita Menni, explica que, a raíz del accidente de bici que tuvo, convive con algunas secuelas motoras, dificultades para expresarse oralmente y disartria moderada. Escribir se ha convertido para él en una nueva forma de comunicarse y escribe siempre poesía.
“La verdad es que la poesía es mi idioma. Y me inspiro de muy diversas formas: paseando por la calle, cuando veo una foto que me gusta, comiendo un yoghurt, bañándome en el río, o en cualquier circunstancia de lo más normal”, nos cuenta Iker a través del correo electrónico. Siempre tiene un nuevo proyecto. Utiliza la ley de conservación de la energía (la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma) para explicarnos de dónde proviene su vitalidad. Asegura que en su caso “la energía física se transformó en intelectual, pero nunca se ha destruido“.
La editorial Ediciones Beta escogió a Miren E. Palacios para presentar ‘Vosotros sentís y yo escribo‘. Unidos por su amor hacia las letras, la escritora recordó que la vida de Iker no ha sido fácil. Con admiración y respeto por la trayectoria profesional del autor, las personas congregadas la tarde del día 15 en el centro cívico Barrainkua de Bilbao pudieron escucharla declamar algunos poemas, también de libros anteriores. Por ejemplo, ‘Cualquier enamorado es un adolescente’, de su penúltima entrega. Todos versos cargados de sentimientos, que Iker nos plagia a todos –asegura-, “porque él no los inventa“. De ahí el título que engloba sus nuevas poesías.
Dice la editorial que en cada poema Iker Latatu se deja “un pellizco de su alma“. Su obra poética comienza con composiciones “de una insultante emotividad”. Y si en su segundo libro alcanzaba una madurez “que rayaba lo irreverente”, al compendio de aforismos agudos e inteligentes de su tercer volumen, el autor ha ido sumando, en adelante, más palabras; buscando su propio estilo. “Siempre basado en mis inicios becquerianos, con expresiones breves, despojándolas de todo adorno hasta llegar a su mínima expresión, para que exclusivamente quede el sentimiento”, confiesa.
Frente al pupitre donde escribe, Iker y sus sentimientos se van destilando, desde luego, bien vivos al papel. ¡¡Enhorabuena, Iker!!