El tratamiento de la afasia requiere la implicación de logopedas, otros profesionales y también de la familia. En las primeras fases de la recuperación es necesario un trabajo intensivo e individualizado; pasados varios meses las sesiones en grupo resultan muy beneficiosas.
La afasia es un trastorno del lenguaje debido a una lesión en zonas específicas del cerebro. Una persona con afasia ha perdido la capacidad comunicativa que poseía como consecuencia del daño cerebral. El ictus y los traumatismos craneoencefálicos son las causas de afasia más frecuentes, aunque hay otras.
La afasia se caracteriza por problemas en el lenguaje expresivo, en la comprensión, la denominación, la lectura y la escritura si bien la persona afectada puede conservar sus capacidades cognitivas e intelectuales.
La afasia provoca cambios en el estado psicológico y en las relaciones sociales. Sesiones en grupo como la que puede verse en este vídeo hacen el tratamiento más ameno, favorecen la inserción social y pueden ayudar a normalizar su vida cotidiana. El trabajo con otras personas afásicas, además, contribuye a la toma de conciencia del propio paciente de sus capacidades y dificultades reales.
Veamos algunos términos utilizados en logopedia que tienen que ver con la afasia. Hablamos de jergafasia cuando una persona emplea palabras incorrectas sin relación con la idea que quiere emitir. La afasia motora se caracteriza por un habla dificultosa, con articulación lenta y frases cortas. La anomia es como tener algo “en la punta de la lengua” muy a menudo. Esta afasia se caracteriza por una gran dificultad en la denominación.
Conviene recordar que la persona afásica no es sorda: es inútil gritarle. Su problema no es consecuencia de una sordera, de una lesión de las cuerdas vocales, una enfermedad mental ni un retraso intelectual. Tampoco tiene nada que ver con la tartamudez ni con la demencia senil.
No mejora su comprensión infantilizar al afásico hablándole como si fuera un niño. Sin embargo es importante tener en cuenta algunos consejos que recogeremos en la guía para pacientes y familiares sobre el manejo de la afasia que publicaremos próximamente, entre otros:
- Para poder comunicarnos con alguien con afasia es necesario disponer de tiempo (no ir con prisas).
- No hablar con ruido ambiental: música, TV, etc.
- Utilizar frases cortas y mantener conversaciones también cortas.
- Repetir muchas veces, si es necesario, el mismo mensaje, al poder ser, de diferente forma cada vez.
- Ralentizar ligeramente la velocidad con la que hablamos e introducir pausas entre las frases.
- Hablar de forma más musical, más melódica.
- Evitar conversaciones con demasiados interlocutores.
- No cambiar bruscamente de tema.
- Animarle y no corregirle demasiado a menudo.