Fundación Hospitalarias Cantabria celebró en Santander la jornada “Presente y futuro de la evaluación neuropsicológica”, organizada en colaboración con la Universidad Europea del Atlántico y NeuronUP, un evento científico interdisciplinar que reunió a casi 700 participantes para reflexionar sobre los avances y desafíos de la evaluación neuropsicológica en los ámbitos clínico, forense, educativo y tecnológico.
La Jornada ‘Presente y futuro de la evaluación neuropsicológica’ —organizada por Fundación Hospitalarias Cantabria en colaboración con la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) y la plataforma web de neurorrehabilitación NeuronUp— reunió el día 8 de octubre en Santander a ponentes de reconocido prestigio para reflexionar sobre los avances y retos de la evaluación neuropsicológica. Al encuentro asistieron cerca de 700 personas, de manera presencial y online, entre ellas numerosos estudiantes del grado de Psicología y del Máster en Psicología General Sanitaria, así como profesionales de la psicología.
La apertura de este evento científico, en el que confluyeron profesionales clínicos, de la investigación, la docencia y el desarrollo tecnológico, junto a estudiantes del grado de Psicología y del Máster en Psicología General Sanitaria, corrió a cargo de Carlos Pajares, director gerente de fundación Hospitalarias Cantabria; de Luis Carretero, gerente del servicio cántabro de salud, y del rector de UNEATLANTICO, Rubén Calderón.
Juan Luis Martín, director académico del Grado en Psicología, moderó la primera de las mesas programadas, que realizó un repaso desde los orígenes al futuro de la evaluación neuropsicológica. En ella intervino José Barroso, catedrático de Psicología de la Universidad Fernando Pessoa Canarias.
Un poco de historia
El profesor Barroso comenzó su recorrido por la historia de la evaluación neuropsicológica recordando que la evaluación neuropsicológica “es un proceso que empieza desde la entrevista”. El reto es que “tenemos una persona con un cerebro delante y tenemos que saber cuál es el estado de ese cerebro”. Recordó que la neuropsicología (disciplina que se centra en la relación entre el cerebro y el comportamiento) actual es heredera de las aportaciones de Alexander Luria, quien formuló su visión de organización funcional del cerebro (cómo el cerebro se organiza para percibir y responder) y desarrolló un método cualitativo de evaluación basado en preguntas-respuestas para una observación más clínica. Su discípula Anne Lise Christensen, en la década de los 70, influyó en los desarrollos psicométricos que evidenciaban la necesidad de objetivar y de integrar lo cuantitativo y lo cualitativo.
También subrayó que hoy hemos retomado la interpretación de Kurt Goldstein, para quien “lo importante es la actuación conjunta de las diferentes partes del cerebro” y no tanto de la localización de la lesión. “Hoy hablamos, por lo tanto, de sistemas, de sistemas o redes interconectadas”.
La psicología experimental llevó a cabo formas de medir la resolución de problemas, el razonamiento, etc. A partir la creación de la batería neuropsicológica de Halstead-Reitan (la primera que abordaba y cuantificaba todos los procesos cognitivos) de una evaluación cualitativa se pasa a una evaluación cuantitativa. Posteriormente surgieron las baterías flexibles y modulares, que cuantifican de una manera ordenada y sistemática aspectos concretos, como la memoria o el lenguaje. Así aparece otra alternativa de evaluación: una selección de pruebas cuantificadas y correctas desde el punto de vista psicométrico, sin fallos de validez. La combinación de protocolos básicos y baterías flexibles es el marco dominante en la actualidad.
La investigación combina experiencia clínica, científica y tecnológica
A continuación, tomó la palabra Jesús Cortés, doctor en física computacional, investigador en Ikerbasque y Biobizkaia y responsable de la Unidad de I+D+i de NeuronUP. El experto en neuroimagen, conectividad cerebral y aprendizaje automático aplicados a la cognición y a la rehabilitación, abordó el impacto de la IA en la evaluación cognitiva.
Su trabajo combina ciencia básica y transferencia tecnológica hacia herramientas digitales y plataformas de neuropsicología con impacto en entornos hospitalarios y clínicos. La investigación realizada en NeuronUP Labs combina práctica clínica, ciencia y tecnología para abordar la creciente necesidad de trabajar con datos en neuropsicología. NeuronUp Labs recoge diferentes métricas y estudios. Según el profesor, lo que se busca es descubrir patrones y correlaciones que antes eran invisibles, tener herramientas más predictivas para diseñar intervenciones más precisas y personalizadas en aras a mejorar las competencias de profesionales que utilizan la plataforma, así como la calidad de vida de las personas usuarias.
Modelos computacionales para predecir comportamientos
Para hablar de la evaluación computerizada, tuvimos a Marcos Ríos, catedrático de Piscología de la UNED, neuropsicólogo en la Unidad de Daño Cerebral de Fundación Hospitalarias Madrid y uno de los responsables de evaluación neuropsicológica en NeuronUp.
Tenemos nuevas herramientas y nuevas incertidumbres —dijo—, seguramente numerosas ventajas y algunos inconvenientes que se van superando. ¿Qué ventajas tiene la digitalización? Como aspecto práctico, se puede realizar una evaluación neuropsicológica simplemente llevando una táblet o un ordenador encima. Por otro lado, si nos centramos, por ejemplo, en la velocidad de procesamiento, “hay muchas cosas que en el cerebro ocurren en el rango de los milisegundos”. La digitalización permite evaluaciones más precisas y objetivas mediante tiempos de reacción y métricas de rendimiento, según Ríos.
Volición, emociones y cognición
Apatía y cognición
Hay procesos psíquicos que tienen que ver más con aspectos afectivos, volitivos, motivacionales que quizás en la neuropsicología clásica estamos menos acostumbrados a evaluar a partir de pruebas. Así introdujo David de Noreña, neuropsicólogo de la Unidad de Daño Cerebral de Fundación Hospitalarias Madrid, su disertación sobre el estudio de la apatía y la relación entre apatía y procesos cognitivos.
La nosología clásica resulta insuficiente para comprender trastornos como la apatía. ¿Cómo la definimos? ¿Es una ausencia o una reducción de comportamientos, de motivación, de afectos…? “Al fin y al cabo, no nos engañemos, la motivación y la emoción lo invaden todo”, verbalizó. Por tanto, se han de estudiar los procesos cognitivos, afectivos, volitivos y motivacionales subyacentes a la apatía para conseguir una mayor comprensión de este trastorno.
El universo afectivo y la cognición
Dentro también de la segunda mesa, ‘Volición, emociones y cognición’ —procesos psíquicos que habitualmente no están contemplados bajo el dominio de lo cognitivo—, moderada por la psicóloga de Fundación Hospitalarias Cantabria Marta Arrieta, el Dr. José Ignacio Quemada, director médico de Fundación Hospitalarias Cantabria y director de Fundación Hospitalarias: Red de Daño Cerebral y Neurorrehabilitación, disertó sobre ‘El universo afectivo y la cognición’.
El doctor Quemada distinguió entre lo que son emociones (eventos episódicos, intensos, breves, reactivos a estímulos externos) y lo que son estados afectivos (parecidos a las emociones, pero mucho más duraderos, más difusos y sin un desencadenante tan claro). El ponente y organizador de la jornada, subrayó que lo emocional y lo cognitivo no son sistemas separados. “Cuando tú miras los datos de neuroimagen, las mismas regiones que están implicadas en temas cognitivos están implicadas en temas emocionales también”. Y la influencia es bidireccional. “Hay toda una construcción de terapias, que en psicología son muy importantes, para modificar las emociones sobre la base de un discurso cognitivo”.
Ámbitos de aplicación de la evaluación neuropsicológica
Neuropsicología forense
Carolina Sastre, directora del Departamento de Neuropsicología de NeuronUP, moderó la última mesa, dedicada a distintos ámbitos de aplicación de la evaluación neuropsicológica. Intervino en primer lugar Amaya Nagore, vicepresidenta de la Asociación de Neuropsicología Forense (ANFO).
La experta en neuropsicología forense comenzó explicando el papel de la neuropsicología en las pericias médico-legales. Expuso un caso muy habitual, el de alguien que sufre un daño cerebral adquirido a causa de un atropello. ¿Qué impacto puede generar el accidente y las secuelas del daño cerebral para el ejercicio de sus deberes, obligaciones y sus competencias legales? Nagore destacó la relevancia de los informes neuropsicológicos en procesos judiciales y laborales, en el marco de una legislación más garantista con la autonomía de las personas con discapacidad, tras la aprobación de la Ley 8/2021, por la que los procedimientos de incapacitación se traducen a partir de su aprobación en demandas de provisión de apoyos, y la Ley 2/2025, que elimina la extinción automática del contrato laboral por incapacidad permanente y obliga a las empresas a valorar alternativas como la adaptación del puesto o la reubicación de la persona trabajadora.
Neuropsicología clínica
Desde el punto de vista de Naiara Mimentza, neuropsicóloga clínica en la Unidad de Daño Cerebral de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi, cuando se realizan valoraciones destinadas al ámbito pericial, se está describiendo. Pero cuando la valoración neuropsicológica va dirigida a la rehabilitación, se trata de evaluar para intervenir en la mejora de la calidad de vida de las personas. En relación al ámbito pericial, coincidió con Amaya Nagore en que es muy importante enfatizar en los informes y describir muy bien cuáles son las secuelas neuropsicológicas. En cuanto a la valoración neuropsicológica dirigida a la rehabilitación, remarcó que la evaluación neuropsicológica no es valorar procesos cognitivos; es un proceso mucho más holístico.
Tras un daño cerebral, las alteraciones emocionales y conductuales son frecuentes. Pueden ir desde la apatía a la desinhibición, pasando por la impulsividad, la agresividad o la depresión. Estos cambios afectan no solo al paciente, sino también a su entorno. La valoración permite identificar qué procesos están afectados y decidir si es necesario trabajar en la restauración o en la compensación de las funciones dañadas. Destacó el papel de la psicoeducación y de la intervención con familias. Todo los sistemas familiares atraviesan fases de crisis, adaptación y reestructuración. Por ello, el acompañamiento, la información y la orientación resultan imprescindibles. Cada familiar necesita entender qué le ocurre a la persona con lesión cerebral y cómo puede ayudarle. En palabras de Naiara Mimentza, la evaluación neuropsicológica es una herramienta que no solo mide, sino que ayuda. Finalizó su ponencia recordando que detrás de cada puntuación hay una historia humana que merece ser comprendida y acompañada.
Neuropsicología educativa
Llegó el turno para el psicólogo infantil Juan Carlos López, orientador en el colegio Miralmonte en Cartagena. En primer lugar, manifestó tener dudas sobre la utilización del término “neuropsicología educativa”. A su juicio habría que hablar de neuropsicología aplicada a la educación. Tras repasar numerosas teorías y autores, su mensaje apostilló la necesidad y la importancia de aplicar la neuropsicología al ámbito de la educación.
En cuanto a los métodos cualitativos, el experto en psicología infantil y juvenil, así como en altas capacidades, expresó la necesidad de que la evaluación no se quede en si se resuelven o no se resuelven, o en cuantificar, sino en describir cómo se solucionan las tareas o no después de un análisis.
Abogó asimismo por baterías de evaluación flexibles, que se pueden utilizar también por fases, pasando primero una batería amplia y luego ir concretando de manera progresiva para obtener información adicional.
Cierre de la Jornada
El neuropsicólogo Iñigo Fernández de Piérola cerró la jornada con un testimonio sobre su experiencia como emprendedor en el mundo de la neuropsicología. Su intervención fue una reflexión sobre lo que significa crear, mantener y hacer crecer un proyecto. Recordó con humor y gratitud que el Hospital Aita Menni (hoy Ospitalarioak Fundazioa Euskadi) y luego el Hospital Beata María Ana (Fundación Hospitalarais MAdrid) fueron sus primeros clientes.
El director general y fundador de NeuronUP explicó que crear una empresa implica generar empleo y riqueza a su alrededor. “Crear es fácil, vender es dificilísimo”, reconoció. Subrayó que emprender requiere perseverancia, resiliencia y capacidad para soportar la incertidumbre.
Hoy, NeuronUP, desde Logroño, opera en más de setenta países y se ha consolidado como una de las plataformas líderes en herramientas para la estimulación y rehabilitación cognitiva. Sin embargo, Fernández de Piérola destacó que el crecimiento no debe detenerse. La competencia global obliga a evolucionar constantemente. Por eso, NeuronUP continúa expandiéndose hacia nuevas áreas, como el deporte o la evaluación cognitiva aplicada a diferentes contextos.
Su mensaje final fue un llamamiento a los profesionales del ámbito psicológico y neuropsicológico: atreverse a crear. Animó a detectar necesidades, a pensar en cómo podrían cubrirse y a asociarse para desarrollar nuevas ideas. En su visión, la innovación no se limita a la tecnología, sino que surge del compromiso con mejorar la vida de las personas y aportar valor al entorno.
La jornada dejó patente que la evaluación neuropsicológica avanza hacia un modelo más interdisciplinar, tecnológico y a la vez más humano para mejorar la atención a las personas con daño cerebral y otras alteraciones neurológicas.