Las personas que atendemos en consulta (ya sean menores o adultas) pasan solo una pequeña fracción de su tiempo en sesiones de logopedia. El verdadero progreso ocurre en su vida diaria, cuando aplican lo aprendido en la consulta a situaciones reales. Por eso, la implicación de la familia es muy importante.
La logopedia es una disciplina que va mucho más allá de las sesiones en consulta. Para que una intervención logopédica tenga éxito, el trabajo no solo recae en el terapeuta, sino también en el entorno del paciente, especialmente en la familia y sus cuidadores. Sin embargo, aún existen muchas ideas erróneas sobre la intervención logopédica. Amaia Morán y Clara Ripoll, logopedas de la Unidad de Daño Cerebral de Fundación Hospitalarias Valencia, destacan la importancia de que la familia y el entorno más cercano comprendan la naturaleza de las dificultades del paciente y sigan las pautas recomendadas.
En el caso de los niños, los padres suelen estar presentes en las sesiones y aprenden estrategias para reforzar la comunicación y el desarrollo del lenguaje en casa, así como posibles adaptaciones en los momentos de ingesta. Cuando se trata de adultos, los cuidadores juegan un papel clave en la adherencia a las terapias, especialmente en trastornos como la disfagia, donde el seguimiento de las pautas es vital para evitar riesgos de aspiración o desnutrición. “Si las pautas no se aplican en casa, la evolución va a ser mucho más lenta, puesto que 45 minutos de sesión, es un porcentaje de tiempo muy pequeño, frente a una semana completa”, comentan nuestras logopedas de Fundación Hospitalarias Valencia. En estas líneas nos trasladan la importancia del entorno familiar como coterapeuta en el desarrollo de los programas de rehabilitación, también nos ayudan a desmontar algunos falsos mitos que pueden dificultar el proceso.
Mitos sobre la logopedia que dificultan el proceso
A pesar de la creciente visibilidad de la logopedia, aún persisten falsas creencias que pueden afectar la percepción y el compromiso de las familias en el tratamiento. Aquí desmentimos algunos de los mitos más comunes:
❌ «La logopedia es solo para aprender a pronunciar bien»
Falso. Aunque la corrección de la pronunciación es una parte del trabajo del logopeda, la disciplina abarca mucho más. Los logopedas trabajan con trastornos del lenguaje, el habla, la comunicación, la voz, la deglución y la alimentación, abordando dificultades derivadas de condiciones neurológicas, del desarrollo o adquiridas.
❌ «Si mi hijo usa un comunicador, nunca hablará»
Uno de los mitos más extendidos es que el uso de sistemas aumentativos y alternativos de comunicación (SAAC) como comunicadores, impide el desarrollo del lenguaje oral. En realidad, estos dispositivos funcionan como un puente para mejorar la comunicación y, en muchos casos, ayudan a desarrollar el lenguaje verbal y a reducir la frustración del niño frente a la comunicación.
❌ «Las sesiones de logopedia son como clases particulares»
Muchas familias piensan que llevar a su hijo al logopeda es como apuntarlo a una actividad extraescolar, cuando en realidad se trata de una intervención terapéutica. Se trata de trabajar dificultades específicas con un enfoque clínico, y no de “una actividad más”.
❌ «Si no hay tos, no hay problemas para tragar»
Este es un mito especialmente peligroso en pacientes con disfagia (problemas para tragar). Muchas veces, los problemas de deglución son silenciosos y pueden provocar aspiraciones que derivan en infecciones respiratorias. Por eso, es fundamental seguir las recomendaciones del logopeda y del equipo médico.
Cómo pueden ayudar las familias en el proceso logopédico
Más allá de derribar mitos, hay varias acciones que las familias pueden tomar para potenciar la eficacia del tratamiento logopédico:
✅ Aplicar las pautas en casa.
Integrar los ejercicios o estrategias recomendadas en la rutina diaria favorece la generalización de los aprendizajes.
✅ Fomentar un entorno comunicativo positivo.
No se trata solo de corregir errores, sino de estimular la comunicación en un ambiente relajado y sin presiones.
✅ Respetar el ritmo del paciente.
Cada persona progresa a su propio ritmo. La paciencia y la constancia son claves.
✅ Consultar dudas con el logopeda.
Si una pauta no se entiende o no parece efectiva, es mejor preguntar en lugar de abandonarla.
✅ Acompañar el proceso con actitud positiva.
La motivación del paciente es fundamental. Un entorno de apoyo y confianza facilita la rehabilitación y su adherencia a la misma.
La rehabilitación logopédica es un proceso que va mucho más allá de la consulta. La implicación de la familia puede marcar la diferencia entre un progreso significativo y una recuperación más lenta. Además, es crucial dejar atrás mitos que pueden generar resistencias o expectativas erróneas.
En Fundación Hospitalarias Valencia, al igual que en toda la Red de Daño Cerebral y Neurorrehabilitación de Fundación Hospitalarias, nuestro equipo de logopedas trabaja estrechamente con las familias para ofrecer un tratamiento integral y adaptado a cada paciente.
Si tienes dudas sobre la logopedia o crees que alguien de tu entorno podría beneficiarse de ella, no dudes en buscar apoyo profesional.