“Una buena oportunidad para aprender, crecer y de enriquecimiento tanto en el ámbito profesional como personal”. De nuevo las opiniones de logopedas en formación de la UPSA valoran muy positivamente el acceso al conocimiento de diferentes materiales, recursos y técnicas que se les ha brindado en nuestros equipos.
Cada curso, un pequeño grupo de estudiantes del Grado de Logopedia de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) es seleccionado para realizar prácticas en algunos dispositivos de la Red Menni. Concretamente realizan la rotación en el País Vasco (Centro de Neurorrehabilitación Aita Menni de Bilbao, Unidad de Rehabilitación Ambulatoria de Donostia-San Sebastián y Unidad de Hospitalización del Hospital Aita Menni) y por primera vez en el Hospital Beata María Ana de Madrid.
Durante mes y medio, estas estudiantes de la UPSA han tenido la oportunidad de conocer y de trabajar de manera multidisciplinar con una gran diversidad de pacientes de todas las edades y con diferentes tipos de afectaciones o alteraciones en nuestros dispositivos. Es habitual que quienes han realizado en ellos las prácticas respondan afirmativamente e incluso con un “sin duda” a la pregunta: ¿Se han cumplido tus expectativas? Las mismas respuestas se obtienen cuando la pregunta es: ¿Recomendarías este centro para futuras prácticas? Además, “trabajar en esta institución me parecería una gran oportunidad para evolucionar profesionalmente”, responden cuando al final se les pregunta si les interesaría formar parte de los equipos interdisdiplinares de la Red Menni.
“Las prácticas en el Hospital Beata María Ana de Madrid como alumna de Logopedia de la Universidad Pontificia de Salamanca han sido muy gratificantes, tanto a nivel personal como profesional. Durante mi estancia he podido conocer múltiples casos, tanto en hospitalización como en ambulatorio, así como el trabajo individualizado que se realiza con cada uno de ellos. La gran diversidad de pacientes que he conocido me ha permito ampliar mis conocimientos acerca de muchas de las patologías que se trabajan desde la logopedia, así como conocer diferentes materiales, recursos, técnicas… que se utilizan en esta profesión”, dice una de las alumnas. “Lo que más me ha gustado de esta experiencia es todo lo que he podido aprender de mis compañeras logopedas y de cómo se han implicado cada día conmigo enseñándome técnicas, métodos, materiales e instrumentos de intervención logopédica”, señala otra, destacando que también ha tenido “la libertad de poder opinar sobre los diferentes casos”.
La diversidad de casos y nuestras unidades de disfagia son dos de los aspectos más valorados, junto con el hecho de poder aprender cómo se evalúa a los pacientes cuando llegan por primera vez al centro y cómo llevan a cabo sus respectivas sesiones de intervención. Como logopedas, les resulta importante a nivel profesional tener acceso a una rotación de este tipo para aprender y a poner en práctica los conocimientos teóricos. Pero también a nivel personal. Todas subrayan haber tenido la suerte en el trato de las compañeras, por el modo en que se implican a la hora de resolver dudas y enseñar sus técnicas, materiales y sus experiencias. Nos alegra leer en sus encuestas de satisfacción frases como estas: “He descubierto que me ha servido también para tener más seguridad y desenvolvimiento a la hora de trabajar con los pacientes y para resolver posibles imprevistos”. “Esta experiencia no sólo me ha servido para aprender y ampliar mis conocimientos sobre el trabajo del logopeda, si no que gracias a ella y al equipo con el que he trabajado, he aprendido a soltarme, a perder la vergüenza y ganar confianza en mí misma y en lo que soy capaz de realizar”.