A nuestras terapeutas de la Unidad de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias Valencia les gusta acompañar a las personas que vienen a rehabilitación en salidas al exterior para poner en práctica algunas actividades instrumentales que han estado trabajando durante las sesiones. Durante una tarde de merienda, en este caso, se han entrenado habilidades sociales, orientación espacial y el manejo del dinero, entre otros aspectos, con algunos de nuestros pequeños pacientes.
Actividades como desplazarse en la calle, coger el transporte público o hacer una compra pueden formar parte de los programas individuales de rehabilitación del daño cerebral de las personas que atendemos. Ya que al salir de las sesiones de rehabilitación, en casa y en la calle, es donde quienes han sufrido una lesión en el cerebro han de enfrentarse a las dificultades ‘reales’.
Por esta razón, de vez en cuando, nuestras terapeutas de la Unidad de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias Valencia programan salidas al exterior para acompañar a los peques que vienen a rehabilitación para poner en práctica algunas actividades instrumentales que se han trabajado previamente en sesión.
Así, hace algunas semanas, la logopeda Ana Monteiro y las terapeutas ocupacionales Carmen Martínez y Sandra Díaz fueron a merendar con Mario, Inés y Alejandro, tres de nuestros pequeños pacientes a una cafetería. Pasaron una tarde de lo más entretenida. Juntos fueron a comprar la merienda, y para ello se pusieron en práctica algunas actividades instrumentales de la vida diaria, como el manejo del dinero. Además de fomentar las destrezas sociales a través de la realización de una actividad motivante para los niños.
Como puede verse en las fotos, la actividad consistía en acercarnos a una cafetería para tomar algo, escoger, pedir y pagar. Llegar al local conlleva: caminar hasta allí desde el Centro de Neurorrehabilitación infantil – El Grao de Hermanas Hospitalarias, entrar, ubicarse, esperar el turno, saludar y pedir a la camarera, pagar, recoger el cambio, despedirse, disfrutar de la merienda y regresar.
El objetivo de la salida era poder utilizar las estrategias trabajadas en sesión como paso previo a la generalización en el entorno. La idea fue comprar la merienda para poder hacer manejo de dinero en una compra real (adecuada a la edad), fomentando habilidades comunicativas. Esta actividad tenía un componente motivador y ocioso, un estímulo que convertía la actividad en una ‘aventura’ más dentro del proceso rehabilitador. La participación y la combinación del área de logopedia y del área de terapia ocupacional hicieron que la actividad fuera de lo más productiva.
Mediante pequeños retos como este se promueve la autonomía de la persona y su participación social.