Introduce y desarrolla técnicas que propician procesos personales de autoconocimiento, sensibilización, expresión, reflexión… Han participado en él nueve personas en nuestro Centro de Día de Daño Cerebral en Bilbao, seis de ellas durante todo el curso.
Los lunes por la tarde, en el Centro de Neurorrehabilitación Aita Menni de Bilbao, hay un espacio y un tiempo para que las personas con DCA que han querido apuntarse al ‘Taller de creatividad gráfica‘ dejen aflorar vivencias, imaginaciones y sueños, conscientes e inconscientes. Con la ayuda de Josu Urriolabeitia plasman en imágenes sus preocupaciones, sus búsquedas, aquello que se guardan dentro, que quieren decir… o gritar. Para ello se valen de materiales de deshecho: cartones, papeles, periódicos, revistas, etiquetas, etc.
El alma mater
Por propia iniciativa, conduce este taller Josu Urriolabeitia, actualmente arquitecto jefe del Área Técnica de SURBISA. Desarrolla su labor profesional en rehabilitación de edificios desde 1989, labor que compagina con actividades docentes. Cree en el concepto de rehabilitación en su acepción más amplia: “La vida nos desgasta, por eso es muy importante la dinámica de rehabilitación, no solo en las ciudades, en las calles, en las plazas y en los edificios, sino también en las propias personas. A veces ni siquiera nos damos cuenta de que nos vamos desgastando, desmotivando, desfondando… Conviene entrar en procesos de rehabilitación a todos los niveles”.
Josu Urriolabietia afirma que la creación de collages le ha ayudado ¡tanto! a él personalmente que es por eso que quiere compartirla con otras personas. Y lo hace de forma altruista, al igual que colabora con otras entidades sociales. “Considero que la sociedad ya me ofrece una remuneración por mi trabajo y entiendo que esto tiene que ser así. Percibes que la vida te ha dado mucho y sientes que tú tienes que agradecerlo de alguna manera, compartiendo con otras personas, ayudando… “. Le comentó esta inquietud a su amigo Manuel Martín Carrasco, director médico de Hermanas Hospitalarias en Navarra, y enseguida le puso en contacto con nuestro centro en Bilbao. Su proyecto fue valorado positivamente en el CENER de la calle Egaña y desde entonces acude allí una tarde a la semana.
Retazos para una autobiografía
34 sesiones de dos horas, una sesión cada lunes: impresiones-reflexión-meditación sobre el trabajo; trucos de composición; el color y el no color; diálogo conmigo y con los otros; autocrítica… Las distintas sesiones del taller buscan el bienestar y el desarrollo personal a través del pensamiento creativo y la expresión artística, favoreciendo el desarrollo de habilidades básicas para la vida, tanto hacia la interioridad como hacia la convivencia.
Antes de comenzar a seleccionar los materiales y a pegarlos sobre el soporte escogido, las personas que participan en este taller dedican un tiempo a realizar una breve relajación-concentración guiada. “Es importante tomar conciencia de que somo seres vivos, notar que compartimos la respiración con los demás seres vivos. Que la vida es algo que se recibe y se transmite. Esto nos ayuda a abrirnos como personas a nuestro propio mundo”. Son dos horas de trabajo personal, tras una exposición inicial sobre la temática de la sesión, en la que se incluye formación técnica. Cada sesión se termina con una breve puesta en común.
Más que perseguir logros de exigencia artística, dentro de una dinámica de carácter lúdico, en el Taller de creatividad gráfica se busca la empatía, la comunicación asertiva, las relaciones interpersonales y la espiritualidad/trascendencia, concebida como fortaleza humana, explica Josu. Cada persona participante tiene un portafolio donde va guardando sus trabajos, anotaciones, materiales, etc. Esta carpeta atesora el de su recorrido personal, permite el recuerdo, la relectura, la visión del proceso y la autovaloración. El coordinador del taller observa que las personas que han participado este ‘primer curso’ “son ahora más capaces de expresar todo aquello que vas inspirando: impresiones; y espirando: expresiones”.
¿Qué pretendemos?
Papel y cartón para reciclar, tijeras y pegamento en barra. Con mínimos materiales y técnicas muy sencillas, para que todo el mundo pueda tomar parte en el taller, se consigue una gran capacidad de impresión, expresión e incluso de cierta reflexión-meditación. La opinión de Josu Urriola (él mismo suele acortar su apellido) sobre la “fuerza’ que tienen este tipo de actividades creativas” se reafirma tras este trabajo con personas usuarias de nuestro Centro de Día en Bilbao. “Porque de alguna manera todo lo que hacemos nos retrata, desde la elección del tema, a la selección de las revistas y luego las imágenes y su disposición. Ahí se van expresando cosas que no tienen por qué ser muy conscientes. Y eso es lo bonito, poder expresar cosas que normalmente nos guardamos”. “También tenéis que saber que habrá personas que aprecien lo que hacéis en lo que es y otras que no tendrán esa sensibilidad”, dice a las personas que han participado de continuo en esta actividad. También hay quienes han preferido abandonarlo, “porque ‘retratarse’ no les gusta o al menos no en este momento de sus vidas”.
El objetivo general del taller pasa por dejar constancia de la expresividad y la creatividad a través de medios gráficos. Los objetivos específicos que se había marcado y sin duda ha conseguido son:
– Conocer y fortalecer la propia originalidad y particularidad (autoconocimiento).
– Conocer y saber expresar lo que se siente, piensa y necesita para poder expresarlo con claridad (comunicación asertiva).
– Conectar con la originalidad, el sentir, el pensar y el necesitar de las demás personas (empatía).
– Percibir, imaginar, descubrir y experimentar nuevas posibilidades de desarrollo personal (creatividad).
– Estimular y enriquecer la curiosidad, tanto hacia uno mismo como hacia otras personas (pensamiento creativo).
– Tomar decisiones sobre la propia práctica e implicarse en las tareas para llevarla a cabo (autonomía personal).
– Establecer relaciones personales significativas basadas en el bienestar mutuo (habilidades sociales).
– Descubrimiento y disfrute de la belleza y de la armonía (desarrollo de la fortaleza espiritualidad/trascendencia).
El grupo que ha participado ha vivido la experiencia común de sufrir un daño cerebral. Ver que tienen mucho que compartir, compartir su vivencia en una actividad artística como esta, ha sido para ellas (las 6 participantes asiduas son todas mujeres, también ha habido un hombre de manera estable aunque justo al final lo ha dejado) enriquecedor. Josu Urriola ha coordinado a la par otro taller similar formado por personas con exclusión social, a través del colectivo AMIARTE, y también realiza un balance muy positivo. A la vuelta del verano promete volver al CENER a continuar impartiendo estos talleres.