Con motivo del Día Mundial de la Disfagia (12 de diciembre), la logopeda Oihana Ramos ofreció una sesión formativa sobre las alteraciones de la deglución a profesionales del Centro de Neurorrehabilitación (CENER) Aita Menni de Bilbao.
La Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición (American Speech-Language-Hearing Association, ASHA, por sus siglas en inglés) define la disfagia como un desorden de la deglución caracterizado por la dificultad en la preparación oral o el traslado del bolo de la boca al estómago. Esta alteración se da con frecuencia en personas que han sufrido daño cerebral.
Con motivo de la celebración, el 12 de diciembre, del Día Mundial de la Disfagia, la logopeda del Centro de Neurorrehabilitación Aita Menni de Bilbao Oihana Ramos ofreció a profesionales de la rehabilitación del centro una sesión formativa sobre esta secuela del DCA. La deglución es un proceso reflejo de inicio voluntario, que se desarrolla entre la boca y el estómago, en el que existe una coordinación respiración deglución y cuyas finalidades son la ingesta y la prevención de aspiración de la vía aérea. La disfagia puede deberse a una causa estructural (divertículo de Zenker, cánceres de boca, de cavum o de laringe, bocio de gran tamaño, infecciones de garganta, entre otras) o a una causa neurógena. Entre estas últimas etiologías se encuentra el daño cerebral adquirido, el parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica, los tumores cerebrales, la parálisis cerebral y la esclerosis múltiple, entre otras y a las que hoy tendríamos que añadir el covid -explicó nuestra logopeda.
Oihana Ramos insiste en que es muy importante realizar una correcta valoración del grado de afectación. El diagnóstico clínico en el CENER se realiza mediante el método de exploración clínica volumen-viscosidad (MECV-V) para después poder adaptar la dieta a las texturas seguras, tal y como se expone en este vídeo.
Diferentes texturas
Las personas con disfagia pueden ver alterada su capacidad para alimentarse e hidratarse de manera óptima. Entre los factores que modifican la deglución podemos hallar desde el volumen de alimento hasta la viscosidad pasando por la temperatura. Influye también la edad de la persona, la postura -conviene adoptar maniobras compensatorias-, la ingesta de ciertos fármacos que quitan el apetito o provocan xerostomía -sequedad en la boca- y también procedimientos quirúrgicos, como por ejemplo la traqueotomía.
Probando agua con espesante a niveles néctar y puding, chocolate, paté, gominolas, galletas, frutos secos, etc., quienes asistieron a esta sesión formativa pudieron experimentar las diferencias en cuanto a la dificultad de deglutir distintos alimentos y texturas.
Cuando la disfagia es leve la disfunción orofaríngea puede ser manejada con sugerencias a la hora de comer, es decir, con ligeras modificaciones en la consistencia de la dieta. Si la disfagia es moderada existe una evidencia de aspiración de una o más consistencias. La persona puede tomar ciertas consistencias pero usando técnicas específicas para minimizar el riesgo de aspiración y requiere supervisión durante las comidas. La intervención terapéutica correcta incluye recomendaciones nutricionales y tratamiento o reeducación de la deglución.
Por su parte, los casos de disfagia severa presentan más del 10% de aspiración con todas las consistencias, con peligro de que se produzcan complicaciones respiratorias graves. Por lo tanto, se desaconseja la ingesta por boca. Las vías alternativa son la sonda nasogástrica (SNG) o la gastrostomía endoscópica percutánea (PEG por su acrónimo del inglés).
Hay una diferencia entre penetración laríngea (saliva, alimento o líquido se posan en la glotis, sin traspasarla, con o sin reflejo de tos) y aspiración laríngea: (el alimento espontáneamente atraviesa la glotis hacia vía aérea), si bien la penetración se puede convertir en aspiración. Es muy importante mantener una buena higiene oral para evitar que restos de comida que se alojen en la boca tras la ingesta acaben pasando al aparato respiratorio.
Las personas con disfagia no tienen por qué limitarse a ingerir una dieta turmix, aunque resulte trabajoso es posible adaptar recetas habituales a sus necesidades. De esta manera, espesando los líquidos (conviene utilizar espesantes que no proporcionen sabor), texturizando la comida, conseguiremos que los platos sean más atractivos y que las personas con dificultades de la deglución sigan disfrutando de la gastronomía, lo que contribuirá a mejorar el estado nutricional.
Para más información, consultar la Guía para el manejo de la disfagia que puede descargarse en este enlace o clicando sobre la imagen.