En torno al 29 de octubre, Día Mundial del Ictus, el doctor Juan Pablo Romero, neurólogo de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata Maria Ana, nos habla de prevención y de la importancia de recibir atención médica urgente.
Recibe el nombre de ictus o accidente cerebrovascular aquella disfunción neurológica debida a una enfermedad vascular que se produce por la obstrucción o rotura de una arteria. Actualmente es
una de las causas principales de discapacidad y muerte a nivel mundial. La buena noticia es que “la mayor parte de los ictus se producen por causas que son modificables”, recuerda el doctor Juan Pablo Romero. Diabetes, hipertensión y dislipemia (concentración anormal de lípidos (grasas) en sangre, fundamentalmente colesterol y triglicéridos) son algunos de los factores de riesgo de ictus, y “se pueden controlar con hábitos de vida”, subraya.
Continuando con etiología y prevención, nuestro neurólogo de la Unidad de Daño Cerebral de Hospital Beata Maria Ana (Madrid) señala que una de las causas más prevalentes de ictus son las tromboembólicas, “es decir, cuando un coágulo se desprende del corazón y viaja hasta el cerebro obstruyendo una de las arterias. La principal profilaxis o prevención de este tipo de ictus es la anticoagulación. Así que los pacientes que tienen arritmias cardíacas o fibrilación auriculartienen que ser anticoagulados de manera adecuada”. Estaríamos hablando de un ataque isquémico (disminución importante del flujo sanguíneo en el cerebro). Pero además hay ictus hemorrágicos, “cuando se rompe una arteria en el cerebro y causa hemorragia, la mejor prevención es el control estricto de la tensión arterial”. “La hipertensión arterial es el factor más importante para todo tipo de ictus, tanto isquémicos como hemorrágicos”, remarca el doctor Romero.
¿Cómo debemos actuar ante los primeros síntomas de un ictus? “Cuando un paciente pierde la capacidad de hablar, se le desvía la comisura bucal o pierde fuerza o sensibilidad…, lo primero que hay que hacer es avisar a urgencias”. A mayor rapidez en tratar al paciente, menos déficits y menor necesidad de rehabilitación posterior, “porque al poco tiempo de obstruirse una arteria las neuronas comienzan a morir”. El nos doctor alerta del grave error que supone que un paciente se eche a dormir cuando nota alguno de esos síntomas. “Se debe buscar atención médica urgente”, insiste.