Marcos Ríos pronunció la conferencia inaugural de la IV edición del Máster en daño cerebral y terapias basadas en la robótica y realidad virtual
El neuropsicólogo Marcos Ríos Lago fue el encargado de pronunciar la conferencia inaugural del ‘Máster en daño cerebral y terapias basadas en la robótica y realidad virtual’ (MDCTB) de la Universidad de Castilla La Mancha. Nuestro coordinador de la Unidad de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias en Madrid inició la IV edición de este máster, organizado por la Facultad de Terapia Ocupacional, Logopedia y Enfermería en colaboración con del Hospital Beata María Ana, exponiendo distintos aspectos de la rehabilitación del daño cerebral, que siempre ha de ser multidisciplinar. “Porque ni la biología ni la medicina ni la psicología han mostrado una efectividad plena en el tratamiento del DCA”, subrayó.
En su charla del pasado viernes día 20, Marcos Ríos hizo un breve repaso por la historia de la rehabilitación neuropsicológica y lo que la ciencia sabe del cerebro y su funcionamiento, y afirmó que en los tratamiento biológicos del daño cerebral deben considerar las cuestiones conductuales e intervenciones no farmacológicas. Previamente señaló las secuelas que puede conllevar una lesión cerebral: físicas y sensoriales, cognitivas, emocionales, psicosociales. Y también alteraciones conductuales y cambios de personalidad.
El doctor Ríos Lago se refirió a la plasticidad cerebral para hablar, por ejemplo, de la recuperación espontánea tras un traumatismo craneoencefálico. Ante el medio centenar de estudiantes del máster, la directora del Centro de Postgrado UCLM, Susana Villaluenga, la decana de la Facultad de Terapia Ocupacional, Logopedia y Enfermería – UCLM y directora, Begoña Polonio, y las profesoras Vanesa Alcántara, Irene Gordillo y Marta Rodríguez, explicó que plasticidad cerebral permite que el sistema nervioso central adquiera habilidades y almacene información, y que reorganiza las redes neuronales en función de la estimulación del entorno. Sobre si se puede guiar la plasticidad cerebral, “el cerebro va a cambiar, hagamos lo que hagamos”, dijo. “Cada vez que aprendemos una palabra algo cambia en nuestro cerebro; hay cambios en la velocidad con la que se comunican las neuronas…”, añadió. Esta plasticidad es generalmente adaptativa y beneficiosa pero en ocasiones puede resultar desadaptativa y responsable de determinadas dificultades.
Llegado a este punto, nuestro ponente reflexionó sobre el efecto Stroop e hizo referencia a un experimento que se está llevando a cabo entre la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), el Hospital Beata María Ana y la Clínica RUBER Internacional. Los estudios sobre este fenómeno, del que se ocupa la Psicología de la Atención, tratan de distinguir el procesamiento automático del controlado y, más concretamente, analizar hasta qué punto el procesamiento automático interfiere en el procesamiento controlado.
Restauración versus compensación
Ya de lleno en el abordaje de la rehabilitación del daño cerebral, Marcos Ríos trató de responder a la pregunta sobre si debemos ayudar al paciente a recuperar la capacidad perdida, tal y como lo hacía antes, o bien debemos ayudar al paciente a compensar mediante el uso de otros procesos. En los últimos años se tiene un mejor conocimiento de variables individuales asociadas al pronóstico, lo cual puede orientar en la respuesta, que en cada caso, e incluso para cada función o momento de la rehabilitación, es diferente. Por otro lado, las técnicas de intervención resultan más eficaces y se cuenta con la ayuda de nuevas tecnologías, de modo que la relación coste-beneficio de los programas resulta más favorable.
La rehabilitación del daño cerebral en la Red Menni
La intervención individual tiene como objetivo: asegurar la autonomía personal y favorecer la socialización; favorecer la estimulación de las funciones cognitivas superiores; acompañar al paciente en la toma de conciencia de sus dificultades y a sus personas allegadas en el trabajo de elaborar un nuevo proyecto de vida. Las estrategias en rehabilitación pasan pues tanto por el rentrenamiento de las funciones alteradas como por el entrenamiento en habilidades alternativas (compensación). Las Unidades de Daño Cerebral de la Red Menni ofrecen un tratamiento adecuado en cada fase de la enfermedad, mediante una atención integral que tiene en cuenta las necesidades de la persona afectada y de su familia, e incorporan a la familia como un elemento clave en todo el proceso de intervención, con programas de formación, información y soporte para el manejo del daño cerebral.
Nuestros tratamientos son especializados, de inicio temprano, intensivos, multidisciplinares y se ayudan de la última tecnología. En busca de esos objetivos generales de autonomía, independencia, bienestar y calidad de vida, los programas individuales de la Red Menni intervienen en 5 ámbitos, que denominamos con las siglas CCCFF: cognitivo, conductual, conciencia, funcionalidad y familia. En la práctica, hoy en día, los equipos multidisciplinares de las distintas Unidades de Red Menni -compuestos por médicos especialistas en Medicina Física y Rehabilitación, y Neurología; neuropsicólogos, logopedas, fisioterapeutas, terapeutas ocuapacionales, trabajadores sociales, monitores, etc.- han evolucionado hasta convertirse en equipos transdisciplinares, en los que las distintas disciplinas se centran en optimizar el proceso de rehabilitación integral del daño cerebral.