El 1% de la población sufre despersonalización crónica como una enfermedad de entidad propia, pero ésta se detecta como síntoma en el 60% de los pacientes que sufren trastornos de ansiedad, cuadros depresivos, esquizofrenia, trastornos psicóticos o se encuentran bajo los efectos de determinadas drogas (cannabis, éxtasis).
“Es como si hubiera perdido la noción del tiempo. Todo lo veo como si estuviera en un sueño, como si todo fuera falso. Me toco mis manos y siento como si no fueran mías y las piernas igual… Nunca he vuelto a sentirme bien. Es como si no fuera una persona”. Éste es el testimonio de una persona que padece despersonalización.
El DSM IV (el manual de referencia de las enfermedades psiquiátricas) define el trastorno por despersonalización como la presencia de “experiencias persistentes o recurrentes de distanciamiento o de ser un observador externo de los propios procesos mentales o del cuerpo”.
El profesor Mauricio Sierra, psiquiatra del Institute of Psychiatry, King’s Collage, de Londres, ha disertado sobre esta psicopatología en las II Jornadas de Psicopatología Clínica y Salud Mental organizadas, hoy y mañana en Bilbao, por el Hospital Aita Menni y avaladas por la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría.
Así pues, según el experto, “la mayoría de las definiciones de despersonalización subrayan la existencia de quejas de sensación de irrealidad por parte del paciente”. En la práctica los pacientes tienen, a menudo, enormes dificultades para comunicar la naturaleza del fenómeno, y usualmente recurren al uso de metáforas, añade.
Síntomas
Los principales síntomas de esta psicopatología son, según Sierra, “experiencias corporales anómalas, incapacidad para sentir afecto por personas cercanas, placer miedo, rabia, etc; experiencias anómalas del recordar, y sensación de desvinculación en relación con el entorno”.
Influencias culturales
Sierra sugiere que la prevalencia de despersonalización es susceptible a influencias culturales. Dado que se trata de una patología que usualmente se conceptualiza como una anomalía en la percepción o experiencia del sí mismo, es concebible que las influencias culturales que moldean la experiencia y concepto del sí mismo sean relevantes a la hora de explicar la variaciones en la prevalencia de despersonalización entre culturas”.
En este sentido, en los países occidentales –Estados Unidos y Europa occidental- (caracterizados por un mayor individualismo) habría mayor prevalencia de esta enfermedad mental que en los países de America Latina, Asia y Europa oriental, caracterizados por un mayor colectivismo (al contrario que el individualismo, las personas se experimentan a sí mismas más como parte de su entorno social).