Con frecuencia son los mayores condicionantes de la calidad de vida de pacientes y familiares
“Psicopatología de los ictus” fue el título de la exposición que realizó José Ignacio Quemada en las XXI Jornadas de Actualización en Psicogeriatría que se han celebrado los días 27 y 28 de mayo en Barcelona. Porque, aunque habitualmente se pone el acento en las secuelas de carácter motor, sensorial, sensitivo o del lenguaje, “tras un accidente cerebrovascular, los cambios en la esfera psíquica son prácticamente universales y, con frecuencia, se convierten en los mayores condicionantes de la calidad de vida de pacientes y familiares”, alega el responsable de la Red Menni de Daño Cerebral.
El doctor Quemada explicó que la edad es un importante factor de riesgo en la etiología de los ictus y que, por tanto, el avance en la esperanza de vida está dando lugar a un incremento de la prevalencia de esta patología. Los profesionales de la psicología y la psiquiatría tratan de comprender los mecanismos que inciden en su desencadenamiento y de desarrollar estrategias de intervención.
En el marco de estas jornadas, el director médico del Hospital Aita Menni trató de trazar un mapa global de los cambios en el funcionamiento psíquico que se pueden dar en los pacientes con ictus. La depresión es probablemente la complicación psiquiátrica más reconocida y estudiada. Alrededor del concepto de depresión post-ictus se sitúan otros síndromes menos conocidos: el emocionalismo (labilidad o incontinencia emocional), la apatía, la fatiga post-ictus, las reacciones catastróficas; todos forman parte del diagnóstico diferencial. Al menos otros dos tipos de trastornos afectivos han recibido atención: la ansiedad tras el ictus y la irritabilidad como estado afectivo que predispone a emociones como la hostilidad y a conductas de enfado y agresividad verbal.
Según subrayó nuestro psiquiatra en el Hospital de San Rafael de la capital catalana, “el campo menos estudiado son los cambios de conducta secundarios a modificaciones permanentes de la personalidad”. Durante su ponencia, analizó las funciones psíquicas que permiten que las personas mantengamos unos patrones de reacciones emocionales y conductuales que nos hacen reconocibles desde un punto de vista psicológico, y a los que llamamos personalidad. “Dichas funciones psíquicas están insuficientemente definidas, pero podemos comprobar en la clínica que los procesos cognitivos clásicos (memoria, atención, funcionamiento ejecutivo), la capacidad para iniciar conductas, el control inhibitorio, la autoconciencia y el universo de lo que ahora se conoce como cognición social son todos procesos necesarios para negociar una conducta social ajustada“, añadió.
Como curiosidad, el doctor Quemada mencionó los trastornos de la identificación y de la imagen corporal característicos de los ictus derechos. “La psicopatología de las lesiones de hemisferio no dominante se caracteriza por una menor conciencia de secuelas y una mayor impulsividad”. Por último, abordó el marco de intervención y tratamiento sobre las alteraciones psicopatológicas en el ictus, desde el rol de la farmacología, los pilares de la rehabilitación neuropsicológica, los diversos tipos de psicoterapias que nos pueden ayudar y la intervención dentro del ámbito familiar.
A modo de resumen de sus aportaciones en este encuentro organizado por Hermanas Hospitalarias, las lesiones del sistema vascular cerebral generan una combinación de síntomas físicos y de problemas mentales, y la psicopatología o el trastorno conductual tras el ictus depende de tres grupos de variables: personalidad e inteligencia previas, procesos mentales afectados y respuesta del entorno. Así, por ejemplo, el enlentecimiento en el procesamiento de la información da lugar a aislamiento social; el déficit de memoria reciente provoca conflicto con las personas allegadas a las que se acusa de no haber avisado; las tareas que exceden la capacidad (memoria de trabajo, planificación) provocan frustración e irritabilidad.
CONCLUSIONES:
- Los ictus dan lugar a un amplio abanico de trastornos psíquicos
- Destacan los trastornos afectivos, las alteraciones de conducta y el déficit cognitivo
- Es habitual que se presenten de manera combinada estos trastornos
- Los abordajes psicoterapéuticos de pacientes y familias son un elemento esencial de la atención integral