El doctor en psicología y coordinador de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, Marcos Ríos, pronunció la conferencia inaugural de la XII edición del Máster en Daño Cerebral y Terapias Basadas en Robótica y Realidad Virtual de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Marcos Ríos explicó que “el cerebro va a cambiar, hagamos lo que hagamos”. Existe una plasticidad sináptica dependiente de la actividad, generalmente adaptativa y beneficiosa pero que, en ocasiones resulta desadaptativa y causa determinadas dificultades. El cerebro no sólo evoluciona con el crecimiento y el envejecimiento, sino, por poner un caso, cada vez que aprendemos una palabra. La plasticidad cerebral permite que el sistema nervioso central (SNC) adquiera habilidades y almacene información. Es la responsable también de la reorganización de las redes neuronales en función de las estimulaciones que recibe del entorno.
Ante esta realidad, el coordinador de la Unidad de Daño cerebral de Hermanas Hospitalarias en Madrid se pregunta si es posible guiar la recuperación espontánea tras un daño cerebral y si se pueden optimizar los cambios. Otra de las dudas que surgen a los profesionales de la rehabilitación parte de la dicotomía entre si se debe de ayudar al paciente a recuperar la capacidad perdida o, por el contrario, ayudarle a compensar el déficit mediante el uso de otros procesos. Cada respuesta implica un tratamiento clínico diferente. Pero las dos estrategias pueden ser compatibles. Nuestro experto puso como ejemplo un caso de prosopagnosia. Tras un ACV un hombre no puede reconocer a las personas por sus caras, ni siquiera a su mujer. Podemos tomar una de estas dos vías o ambas:
- Restauración: Mejorar el proceso cognitivo con el objetivo de que pueda reconocer caras familiares incluida la de su mujer.
- Compensación: Proponer a la esposa que lleve un collar o unas gafas muy llamativas. Servirán a su marido como pista para identificarla.
La razón de ser de una UDC
Los alumnos del Máster en Daño Cerebral y Terapias Basadas en Robótica y Realidad Virtual repasaron con Marcos Ríos los objetivos de la rehabilitación en una unidad de daño cerebral:
- Asegurar la autonomía personal y favorecer la socialización.
- Favorecer la estimulación de las funciones cognitivas superiores.
- Acompañar a la persona en la toma de conciencia de sus dificultades.
- Acompañar a la persona y a sus allegados en el trabajo de elaborar un nuevo proyecto de vida.
La conferencia inaugural hizo un repaso por la reciente historia de la rehabilitación del daño cerebral y su evolución desde sus comienzos en los años 50 del siglo pasado. En los últimos años se tiene un mejor conocimiento de las variables individuales; se dispone de técnicas y tecnologías de intervención más eficaces; ha aumentado de favorablemente la relación coste-beneficio de los programas, y hay un mayor conocimiento del tipo de recursos más adecuados. La UDC ofrece rehabilitación integral, facilita un tratamiento adecuado en cada fase del daño cerebral adquirido, teniendo en cuenta las necesidades de la persona afectada y de su familia.
La familia constituye un elemento clave en todo el proceso de intervención; sus miembros se incorporan mediante un programa de formación, información. Siempre se tiene en cuenta el tipo de paciente, su accesibilidad a recursos, la fase del proceso, el estado cognitivo general así como su respuesta a las intervenciones.
Estrategias en rehabilitación
El equipo de rehabilitación está compuesto por profesionales de múltiples disciplinas: Medicina Física y Rehabilitación, Neuropsicología, Logopedia, Terapia Ocupacional, Trabajo Social, Fisioterapia, Enfermería, Ocio y tiempo libre… Coordinados entre sí, mantienen una relación estrecha y muy porosa para trazar la estrategia de rehabilitación integral que pasa por el:
- entrenamiento de las funciones alteradas (reentrenamiento)
- entrenamiento en habilidades alternativas (compensación)
- empleo de ayudas externas (sustitución)
Sin duda, lo efectivo, según Marcos Ríos y de acuerdo a Sohlberg, son los tratamientos personales, tanto en sesiones individuales como grupales; en sesiones de una hora de duración como máximo y de frecuencia, al menos, semanal. A esto se han de unir diferentes medidas de efectividad, que incluyen autoinformes del paciente. Pero “sólo la supervisión cercana, la aplicación de refuerzos/castigos y la guía del equipo clínico hacen que esto sea efectivo”.
Familia y daño cerebral
Cuando llega el daño cerebral las consecuencias emocionales recaen sobre toda la familia. Por ello es necesario el apoyo a cada uno de sus miembros. También es determinante el papel de la familia en el proceso rehabilitador, sobre todo en cuanto a:
- Detección y tratamiento de la psicopatología.
- Psicoeducación.
- Apoyo emocional y facilitar la lectura de las propias reacciones emocionales.
- Favorecer su participación como coterapeuta.
- Romper sensación de aislamiento y permitir confianza.
- Apoyo psicoterapéutico: incorporar al cuidador y a otros miembros de la familia en la ecuación de bienestar, permitir la esperanza, escuchar y aceptar la decisión última de la familia.
- Contribuir a la aceptación, adaptación y construcción de un nuevo marco vital.
¿Y después de la rehabilitación?
Una vez finalizado el periodo de rehabilitación, el equipo técnico debe prestar un apoyo continuado a la persona con daño cerebral. Dispositivos como centros de día, residencias o pisos tutelados podrán contribuir a su integración social, así como programas de empleo y ocupación, adaptaciones de la vivienda, ayuda domiciliaria y actividades físico-deportivas y de ocio.
*El máster
El XII Máster en Daño Cerebral y Terapias Basadas en Robótica y Realidad Virtual de la UCLM cuenta con más de 20 alumnos y tiene como objetivo proporcionar conocimientos, habilidades y competencias a los profesionales en la asistencia especializada a la persona con DCA y en la aplicación de sistemas robóticos y de realidad virtual para el tratamiento rehabilitador de personas con disfunciones neurológicas.