Jose Mari Andrés, director de autoescuela Irrintzi y gerente de Irrintzi Soluciones Adaptadas, nos cuenta el papel de formación e implementación de adaptaciones que realiza su empresa para capacitar a personas con dificultades para la conducción de vehículos.
La recuperación de la calidad de vida y la integración de las personas que han sufrido una lesión cerebral es una de las preocupaciones de los Servicios de Hermanas Hospitalarias agrupados en la Red Menni Daño Cerebral. En este empeño, hace unas semanas organizamos en el Hospital Beata María Ana de Madrid una jornada monográfica sobre ictus y conducción. Volver a conducir es ganar autonomía, empoderarse. Muchas personas que han sufrido un ictus u otro tipo de DCA se preguntan si serán capaces de volver a coger el volante y enfrentarse al tráfico. Ponentes en distintos ámbitos que afectan a la conducción participaron en la jornada e intentaron dar respuesta a esta pregunta. Para que las personas interesadas puedan acceder a esta información hemos recogido en varios vídeos un pequeño resumen del contenido de su intervención.
El director de autoescuela Irrintzi y gerente de Irrintzi Soluciones Adaptadas, Jose Mari Andrés, habló durante este encuentro sobre adaptaciones y reentrenamiento de la conducción de personas con discapacidad. Nos contó cómo en su larga trayectoria como empresa ha cambiado la tecnología. “Ahora es mucho más fácil, mucho más posible que la gente con daño cerebral pueda conducir su propio vehículo”, subrayaba en el vídeo que vemos debajo.
Por ejemplo, las señalizaciones por bluetooth hacen su manejo “más cómodo, más rápido y sobre todo más seguro. Siempre hemos potenciado la seguridad”, añade mientras señala la importancia de la formación: “Nuestro carácter de autoescuela nos dice que hay que formar al conductor para que cuando salga a la calle no tenga ningún accidente”. Jose Mari Andrés asegura que la mayoría de los accidentes que han tenido sus clientes con adaptaciones han sido provocados por terceros.
¿Es posible conducir después de haber tenido un ictus? “Sí, claro, la pregunta es dónde está ese temor. Porque la ley española es muy clara, si nosotros cumplimos la ley, con las adaptaciones que tenemos, por supuesto”, responde Andrés,a la vez que sostiene que “un conductor con una discapacidad de daño cerebral puede ser y es más seguro que cualquier otro conductor que esté en la vía pública”, a su juicio simplemente porque es más responsable.
Si le preguntamos cuáles son las adaptaciones que se usan para una persona que ha sufrido un ictus, afirma sin dudar que las adaptaciones son muy personalizadas, que se trata de “hacer un traje a medida”. “Nosotros adaptamos el vehículo a la discapacidad, no al revés. Si una persona necesita una empuñadura especial, se pone esa empuñadura; los indicadores a su altura. ¿Con qué miembro los va a accionar? Los ponemos donde tenga la mejor posibilidad. Si tiene hemiplejia, lo adaptamos todo para que lo maneje con el lado sano. Lo mismo si solo puede usar las manos”, explica.
“Fíjate cómo lleva el coche”
Jose Mari Andrés no quiere dejar pasar la oportunidad de remarcar el papel tan importante que tiene el apoyo de la familia cuando un paciente quiere volver a conducir tras un ictus. Por su experiencia sabe que el paciente siempre va a tener ese temor a lo desconocido, al fracaso. Pero esos temores se acaban cuando ve que puede manejar el coche con seguridad. “Es muy gratificante ver como la familia luego empieza a sacar vídeos y fotos y las mandan por whatsapp y resto de la familia. ‘Fíjate cómo lleva el coche mi esposo o mi hijo…’, suelen decir”.