La neuroimagen puede ayudar en la evaluación de los procesos cognitivos y también en el diseño y seguimiento de los tratamientos de las personas con enfermedades neurológicas. Marcos Ríos habló de ello en Sináptica 2018.
El día 27 de octubre, Marcos Ríos Lago expuso sus conocimientos sobre las ‘Aportaciones de la neuropsicología y de la RMN funcional en la investigación de la cognición en el paciente neurológico’ en Sináptica 2018. Esta jornada, que se celebró en Madrid y a la que acudieron 300 profesionales de España y Portugal, se retransmitió también en streaming, de modo que constituye uno de los mayores foros multidisciplinares sobre los retos de las enfermedades del sistema nervioso central.
La ponencia del coordinador de la Unidad de Daño Cerebral de la Red Menni de Hermanas Hospitalarias en Madrid (Hospital Beata María Ana) mostró algunos ejemplos de cómo la neuroimagen puede ayudar en la evaluación de los procesos cognitivos y también en el diseño y seguimiento de los tratamientos de los pacientes. Para comenzar, recordó que mucho de lo que sabemos del cerebro lo sabemos gracias al estudio de personas con lesión cerebral. Más allá del estudio de las correlaciones entre cerebro y conducta, otro enfoque muy utlizado ha sido el de estudiar los grupos de pacientes y la localización de sus lesiones para posteriormente comparar su rendimiento cognitivo.
Evocando a Donald Stuss, Ríos incidió en la necesidad de “pensar como psicólogos”. Lo que Stuss propone es organizar los datos de acuerdo con el rendimiento neuropsicológico o cognitivo. “Es importante que el conocimiento que tenemos sobre los procesos cognitivos lo aprovechemos para conocer más aún cómo funciona el cerebro“, corroboró Ríos.
Tras una somera revisión de modelos teóricos y literatura, nuestro neuropsicólogo centró su intervención en la resonancia magnética (RM) y desarrolló algunas ideas del uso clínico de la RM funcional para estudios motores, lenguaje y visión. Esas son las tareas que dan resultados reproducibles entre sujetos y son de más fácil interpretación para la planificación de cirugías de la epilepsia y de tumores cerebrales fundamentalmente. Más adelante destacó algunos ejemplos a nivel de investigación que no tienen una aplicación directa en clínica pero que quizá pronto la tengan.
Procesos cognitivos, en la salud y la enfermedad
Ríos aprovechó este foro para remarcar que es necesario incluir individuos sanos en los estudios sobre los procesos cognitivos y enfermedad, se trate de un deterioro neurológico, una lesión cerebral, o enfermedades como la epilepsia o la anorexia. El estudio del funcionamiento en el cerebro sano es, a día de hoy, fundamental para comprender también las lesiones cerebrales y otras enfermedades que afectan al sistema nervioso.
“La RM tiene una utilidad anatómica que nos habla de la integridad de las estructuras del cerebro y nos permite poner en relación su tamaño y organización con el rendimiento cognitivo. Además, la técnica funcional (RM funcional) nos permite ‘ver’ el funcionamiento del cerebro y sus regiones activas. Pero para que extraigamos información de interés debemos ‘hacerle las preguntas apropiadas’. Esas ‘preguntas’ son las tareas o paradigmas que empleamos“, explicó. Es muy importante que el diseño de estas tareas se base en los modelos cognitivos que conocemos ya que, sin ese conocimiento, estaríamos probando “a ver qué se activa en el cerebro”. El diseño de las tareas no está exento de problemas, algunos son propios de los pacientes para los que se diseña la tarea y otros son más propios de la dificultad para estudiar procesos cognitivos convenientemente aislados.
Para Marcos Ríos, un paradigma en RM funcional “es un conjunto de estímulos que, organizados con determinadas pautas temporales, conforman la tarea que ha de realizar el sujeto durante la adquisición de las imágenes; ha de poner en marcha procesos específicos de interés, para ‘localizar’ la arquitectura funcional subyacente y nunca es ‘puro’, ya que implica múltiples operaciones cognitivas”.
La RM funcional nos sirve para tomar decisiones clínicas. ¿Qué variables debemos considerar en esta técnica? Las respuestas a distintos tipos de estímulos, según su duración, sus intervalos, la duración de la tarea, etc., pueden modificar considerablemente los resultados obtenidos. Por esto hay que ser cuidadoso en el momento de fijar estos parámetros y, a ser posible, basarse en experimentos previos que ayuden a su adecuada selección. “Se puede apreciar cómo los cambios en las características de los estímulos ofrecen resultados claramente diferentes. Si estudiamos estas respuestas y sabemos cómo responde ese cerebro, podemos usar esta información en el proceso de diagnóstico”. Por poner un ejemplo, en el caso del lenguaje puede analizarse: la fluidez verbal, la generación léxica (verbos, sinónimos, antónimos, etc.), la categorización semántica, la comprensión lectora…, todo ello en varios idiomas (inglés, ruso, rumano) y, a partir de la información obtenida, guiar algunas decisiones clínicas.
Una posible vía de investigación es la obtención de datos normativos de RM funcional con los que comparar los obtenidos en casos únicos. Así, quizá “podamos seguir el mismo procedimiento o protocolo que se utiliza en la neuropsicología clínica”, reflexionó nuestro ponente, y comentó cómo al evaluarse con una prueba neuropsicológica se toman normas específicas para esa prueba y se obtiene una puntuación. Aunque todavía existe un gran margen de error, a partir de ahí podrían empezar a establecerse comparaciones entre pruebas de neuroimagen de distintos individuos y las del grupo de referencia.