Marcos Ríos habló en las I Jornadas de ‘SOREFON’ de la información que aporta la resonancia magnética, sobre todo en lo que respecta al lenguaje, en el tratamiento de las lesiones cerebrales
El doctor Marcos Ríos compartió con los profesionales asistentes a las I Jornadas de ‘SOREFON’ su conocimiento y experiencia en la rehabilitación de las lesiones cerebrales con ayuda de pruebas de resonancia magnética (RM) del cerebro. Nuestro coordinador de la Unidad de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias en Madrid (Hospital Beata María Ana) explicó al público, compuesto por foniatras, rehabilitadores, logopedas, ORL, etc., que la RM es una técnica que sirve para conocer cómo se comportan o cómo funcionan el cerebro normal y el cerebro lesionado o enfermo, así como un método de utilidad en la planificación de algunas cirugías cerebrales (por ejemplo, la cirugía tumoral cerebral y y la cirugía de la epilepsia).
Si los diagnósticos hasta hace poco tiempo se basaban únicamente en la observación clínica y en los resultados de una batería de pruebas, hoy la resonancia magnética es capaz de identificar rasgos distintivos en una región del cerebro y detectar cuándo un cerebro presenta una organización distinta. Con la ponencia titulada ‘Resonancia magnética, daño cerebral y lenguaje’, Marcos Ríos fue desgranando datos y estudios que avalan esta afirmación en este primer encuentro de la filial de Foniatría de SERMEF. La jornada, que se dedicó a la actualización en neurofoniatría, tuvo lugar el 28 de enero en el Hospital Central de la Cruz Roja de Madrid.
Futuro prometedor
Mediante la RM la investigación avanza, se estudian con mayor precisión características anatómicas del cerebro que muestran relación entre la estructura, el comportamiento y la severidad de las secuelas del DCA. Así, esta tecnología de imágenes cerebrales facilita:
– el conocimiento de la anatomía y la función
– el diagnóstico
– la detección de lesiones
– la localización de procesos (frenología)
– la identificación de respuestas y funciones de áreas cerebrales
– el estudio del funcionamiento irregular en pacientes
– el seguimiento de los efectos del tratamiento
– el pronóstico y toma de decisiones
La resonancia magnética funcional, RMf (con f minúscula), se refiere normalmente al estudio de la actividad cerebral mediante la obtención de ‘mapas’ que la recogen. La RMf es capaz de registrar los cambios metabólicos que se producen en una parte del tejido cerebral en actividad. Los avances en este campo, unidos al diseño de paradigmas y otros estudios auguran un futuro prometedor. Esta tecnología será cada vez más útil para estudiar las alteraciones de conducta tras un traumatismo craneoencefálico (TCE) o un accidente cerebrovascular (ACV), según Marcos Ríos. También conocida como fMRI (siglas del término en inglés: functional Magnetic Resonance Imaging), esta es una técnica que permite obtener imágenes de la actividad del cerebro mientras desempeña una tarea. Si hablamos de rehabilitación del daño cerebral, ¿para qué nos sirve?
– localizar procesos cognitivos, sensoriales y motores (como una frenología moderna, pero de gran utilidad clínica y experimental)
– caracterizar respuestas de un área específica
– estudiar la función alterada
– seguir efectos de los tratamientos
Es una técnica muy útil pues para observar índices de lateralización y cambios en la actividad cerebral, ya sea en los planos auditivo, del lenguaje, del olfato, motor, emocional o de la memoria. En cuanto al tratamiento de los problemas de comunicación tras un ictus, podrían resultar de especial interés para el reentrenamiento en tareas, la determinación de la dominancia hemisférica del lenguaje (DDHL) y de áreas motoras a través de la RMf. Pero si bien pueden conocerse algunas de las áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje, la localización exacta de cada componente del lenguaje y la comunicación es algo que, a día de hoy no suele emplearse en la clínica, y queda en el ámbito de la investigación. .
De igual modo, y muy relevante para la futura aplicación de esta tecnología en la clínica cotidiana, podrán conocerse los mecanismos de plasticidad cerebral que, tal y como expuso Ríos, giran en torno a procesos de:
– reorganización de las interacciones funcionales entre diferentes áreas o grupos neuronales dentro de una red neural preexistente
– incorporación de nuevas áreas a la red previa establecida
– plasticidad neuronal en áreas adyacentes a la región dañada
Aprendizaje y uso de estrategias
En el caso del lenguaje, mediante resonancia magnética se ha estudiado tanto la escucha pasiva de palabras como la escucha pasiva de tonos en perros. El lenguaje y la memoria operativa se han estudiado también en improvisaciones musicales de jazz. Conocer cómo se produce la reorganización de la red neural preexistente de las áreas del lenguaje dañadas será fundamental en adelante para trabajar, por ejemplo, en la rehabilitación de la afasia.