Noemí Álvarez argumentó en el X Congreso Nacional de Neuropsicología por qué el papel de quienes ejercen esta disciplina ha sido creciente en las tareas de coordinación
La neuropsicóloga Noemí Álvarez tuvo una labor destacada en el X Congreso Nacional de Neuropsicología, organizado por la Federación de Asociaciones de Neuropsicología de España (FANPSE) del 1 al 3 de marzo en Valencia. En este foro científico-clínico, concebido para contribuir al contacto e intercambio entre diferentes profesionales/grupos de trabajo y áreas de investigación o clínicas dentro del ámbito de la neuropsicología, nuestra experta describió el papel que desempeñan nuestros profesionales de la neuropsicólogía en la coordinación de los equipos multidisciplinares.
Cuando llegan los pacientes a la unidad ambulatoria de rehabilitación neurológica, bien derivados de nuestra Unidad de Hospitalización en Mondragón o tras el alta de otros dispositivos (hospital general, de rehabilitación), nuestro equipo multidisciplinar – integrado por profesionales médicos, especialistas en Psiquiatría, Medicina Física y Rehabilitación, y Neurología, así como por fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales y neuropsicólogos-, realiza las primeras entrevistas, normalmente médicas, y establece el plan de tratamiento, en el que intervienen profesionales de distintas áreas. Con periodicidad normalmente trimestral, se celebran reuniones multidisplinares y unidisciplinares para revisar los casos. En este tipo de encuentros, el papel de los profesionales de la Neuropsicología ha sido creciente en la coordinación, por la capacitación de estos profesionales de la neuropsicología clínica y nuestro modelo trabajo.
El modelo CCCFF
Nuestra neuropsicóloga explico que desde hace más de 10 años utilizamos en el Área de Neuropsicología el método que conocemos por las siglas CCCFF, que responden a las iniciales de los ámbitos de los que obtenemos información en la primera evaluación: cognición, conducta, conciencia, funcionalidad y familia.
La alteración conductual grave se coloca en primer lugar en la lista de prioridades. Los déficits funcionales señalan la segunda área de intervención prioritaria. Los déficit cognitivos leves y moderados han de ser evaluados de forma estandarizada y arrojan luz sobre la generación de discapacidades (conducta y funcional) y sobre la intervención. Si hay déficit de conciencia se interviene sólo cuando su mejoría pueda reportar ganancias funcionales o de ajuste social. La toma de conciencia sobre limitaciones nuevas puede requerir de apoyo psicoterapéutico.
La dinámica está integrada en el equipo. Neuropsicólogos y neuropsicólogas intervienen en relación a aspectos generales del tratamiento y sobre todo en relación a las familias. El trabajo con la familia se realiza siempre que la persona afectada vive en un entorno familiar dispuesto a participar en la terapia. El profesional de la neuropsicología se convierte en la figura estable que habla del marco general, integral del caso (autonomía y bienestar). Todo ello favorece el trabajo multidisciplinar, la comprensión del caso en global y cohesión del equipo.
El proceso asistencial
Noemí Álvarez expuso cómo desde el inicio la figura del neuropsicólogo trata de ofrecer pautas y ejercicios, y favorece el enganche. Entre sus tareas se encuentra la negociación objetivos y el transformar las necesidades en objetivos específicos. “Englobamos y monitorizamos el proceso. Se trata de un trabajo dinámico en la que preguntamos y recogemos información también de otras áreas”, dijo.
Cuando llega el momento del alta, “si cabe”, se intensifica la coordinación del equipo y los contactos con la familia. El profesional de la neuropsicología revisa los objetivos; valora las nuevas necesidades y las diferentes maneras de responder; recoge la vivencia, y acompaña a la familia en la decisión. Por tanto, el trabajo de coordinación de un equipo asistencial de DCA conlleva:
- Ser capaz de tener una visión global de los casos.
- Tener un enfoque operativo y con objetivos concretos.
- Ser capaz de empatizar, escuchar de manera activa, comunicarse en diferentes contextos emocionales, tener capacidad de resolución de problemas, etc. con todos los agentes (paciente, familia, equipo, otros profesionales).
- Trabajar con las familias.
“El neuropsicólogo clínico está dotado de estas capacidades y tiene un lenguaje común con el resto del equipo multidisciplinar. Su labor puede y debe ir más allá del abordaje de problemas concretos y responder a estas necesidades”, concluyó Noemí Álvarez.
Premios Jordi Bernabéu y Juan Manuel Muñoz Céspedes
Durante este X Congreso Nacional de Neuropsicología se otorgaron de nuevo los premios “Juan Manuel Muñoz Céspedes” y “Jordi Bernabeu”. Juan Manuel Muñoz Céspedes será recordado como alma mater de nuestra Unidad de Daño Cerebral de Madrid y maestro de muchas personas en el mundo de la neuropsicología. Jordi Bernabeu, prestigioso neuropsicólogo de Hermanas Hospitalarias Valencia falleció prematuramente. Ambos se otorgaron a los autores de los dos mejores pósteres expuestos oralmente.
El Premio Juan Manuel Muñoz Céspedes a la mejor comunicación recayó en Naiara Aguirre, de la Universitat Jaume I, por su comunicación ‘El entrenamiento en memoria de trabajo mejor el rendimiento y la eficiencia cognitiva de los pacientes de EM’. El Premio Jordi Bernabéu al mejor Póster fue para Ruiz, M y su colaboradores dela Universidad de Granada, por ‘La evaluación NPS del recién nacido de alto riesgo contribuye a la predicción del rendimiento en memoria de trabajo y planificación a los 8 años’.
* FOTO: Federación de sociedades y asociaciones de Neuropsicología de España, FANPSE. ¡GRACIAS!