La neuropediatra Lucía Monfort junto con Olivia Prades, logopeda pediátrica de la Unidad de Daño Cerebral Hermanas Hospitalarias Valencia, expusieron sus conocimientos sobre la situación alimentaria de pacientes neurológicos graves en pediatría en la jornada de trabajo organizada por el departamento de gastroenterología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.
El departamento de gastroenterología del Hospital Clínico Universitario de Valencia organizó, con la colaboración de Nutricia, la segunda edición de las jornadas sobre alimentación nutricional en niños con enfermedad neurológica grave el pasado 28 de junio. A lo largo de esta jornada se abordó la situación alimentaria de pacientes neurológicos graves en pediatría desde diversas perspectivas médicas como la gastroenterología, la nutrición, la cirugía digestiva, los cuidados paliativos etc.
La nutrición se ha situado como uno de los temas de más interés en términos de salud pública. Por ello, cada vez más especialistas otorgan un papel más relevante a una nutrición adecuada. En el caso de enfermedades neurológicas graves, la complicada situación de la patología requiere que se desarrollen tratamientos nutricionales adaptados a las necesidades de cada paciente.
Olivia Prades, logopeda pediátrica en la Unidad de Daño Cerebral Hermanas Hospitalarias de Valencia, explicó la valoración de la deglución en este tipo de niños, exponiendo la importancia de la figura del logopeda desde el momento en que se detecta una disfunción o alteración en los procesos de deglución y respiración. Incidiendo en que el ámbito de intervención logopédica en bebés y niños con patología neurológica debe ser precoz e intensivo, ya que la mayoría de lesiones neurológicas tiene una repercusión negativa en las funciones de los órganos fonoarticulatorios y deglutorios (OFAD). Remarcó que la alimentación oral es un objetivo a trabajar, pero siempre debe ser de una manera segura y eficaz, teniendo en cuenta que la asistencia de un botón gástrico, que no siempre es una herramienta definitiva, salva vidas mientras logramos un patrón deglutorio coordinado y adecuado.
Además, es importante discriminar entre trastorno deglutorio y disfagia, para poder establecer así el tipo de intervención que se debe llevar a cabo: habilitar los reflejos orales alterados o no instaurados, el trabajo sobre la musculatura y desarrollo del sistema estomatognático, habilitar o rehabilitar la alimentación por vía oral, etc. Por último, Olivia Prades presentó casos clínicos, a través de vídeos, y apuntó que “es muy gratificante ver la evolución de los peques”, resaltando que “la precocidad en la intervención favorece un mejor pronóstico”.
En estas jornadas, Lucía Monfort, neuropediatra y colaboradora externa en nuestra Unidad, participó también presentando ‘La nutrición desde la perspectiva del neuropediatra’, ponencia que subrayó las consecuencias que supone una mala alimentación y desnutrición, haciendo hincapié en las repercusiones a largo plazo. La doctora señaló que la mala nutrición y alimentación no tienen repercusiones exclusivamente orgánicas, si no que tienen consecuencias en el desarrollo evolutivo general.