Desde hace algunos años, la legislación hace hincapié en que todo producto, entorno o servicio ha de ser accesible para todas las personas. Así, la accesibilidad se ha ido convirtiendo en un derecho, y también en una de las maneras de acción positiva que tienen los poderes públicos para garantizar la no discriminación de las personas con discapacidad.
Sin embargo la realidad dista mucho de alcanzar la accesibilidad universal. Mª Luisa Goikoetxea, una de nuestras pacientes del Centro de Neurorrehabilitación Aita Menni en Bilbao, le está sacando los colores a RENFE por la falta de accesibilidad de sus trenes. Ella vive en Orduña y necesita venir a rehabilitación tres días por semana. Sufrió un ictus hace ahora dos años y desde entonces no ha dejado de trabajar para superar sus secuelas.
Médica de profesión, es incansable en su lucha contra la lesión cerebral. Lo mismo en su pelea por la accesibilidad universal: ha conseguido que la reciban Isabel Sánchez Robles, responsable del Departamento de Acción Social de la Diputación de Bizkaia, y Jon Etxebarria, gerente del Instituto Foral de Asistencia Social. También ha logrado que le responda la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, si bien los términos de su correo electrónico han sido poco alentadores.
Por los medios de comunicación ha tenido noticia de la negativa de RENFE a adaptar próximamente la estación de Orduña.Nuestra protagonista se conformaría con que un solo vagón de cada tren tuviera una rampa o una plataforma elevadora que pudiera accionar el maquinista cuando alguien en silla de ruedas, con un scooter o un carrito de bebé tuviera que subir al tren.
La crisis y la falta de conciencia de este problema cuando se acometen inversiones limita la vida de muchas personas. Mª Luisa se ve obligada a costear los desplazamientos en taxi (40 kilómetros separan Orduña de Bilbao) o a depender de la disponibilidad de su marido y su hijo, que no es mucha debido al trabajo y los estudios, para que la traigan y la lleven en coche. Sabe lo que es despertarse ciega de un coma de tres semanas, ha tenido que enfrentarse a un vuelco enorme en su vida. Sabe lo que es luchar por recuperar milímetro a milímetro funcionalidad para ir ganando autonomía. “Al principio no quería más que morirme –recuerda-. Hoy todo lo que he conseguido se lo debo a Aita Menni. Sé que tengo que tener paciencia y seguiré luchando hasta encontrar una solución”.
Aunque no lo tenga fácil, va a seguir luchando. Y no está sola. En la plataforma de recogida de firmas Change.org ya son más de 112.000 las personas las que han firmado su petición. La recogida de firmas para sumarse a su causa sigue abierta en Change.org.
Desde la Red Menni queremos apoyar a Mª Luisa y a todas las personas y organizaciones que están instando a los medios de transporte públicos a implementar las medidas de adecuación necesarias para garantizar la accesibilidad universal.