El Dr. Juan Ignacio Marín evaluó el impacto del entrenamiento intensivo con el exoesqueleto infantil en niños con parálisis cerebral y otros trastornos específicos del desarrollo psicomotor. La presentación de los resultados de este estudio, que fue llevado a cabo por un grupo de profesionales de Hermanas Hospitalarias Aita Menni en colaboración con Aspace Gipuzkoa y la Diputación Foral de Gipuzkoa, tuvo lugar en el 62º Congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física.
Durante los días 15 al 17 de mayo, se celebró en Madrid el Congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). En esta 62 edición del congreso, la sociedad médica continúo poniendo de relieve el valor científico de la especialidad de sus profesionales. El evento constituyó una puesta en común de las últimas novedades en distintas áreas de conocimiento y, por tanto, también en lo que se refiere a investigación, desarrollo tecnológico, formación e innovaciones en las distintas estrategias de gestión, organización asistencial y participación ciudadana.
En este contexto, Juan Ignacio Marín, especialista en Medicina Física y Rehabilitación del Servicio de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias Aita Menni, expuso el ‘Impacto del entrenamiento intensivo con el exoesqueleto infantil ATLAS-2030 en niños con parálisis cerebral (PC) y otros trastornos específicos del desarrollo psicomotor (TDM)’. Este estudio prospectivo controlado no aleatorizado ha sido realizado por un grupo de profesionales del Servicio de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias Aita Menni —entre quienes se encuentran el propio doctor Marín, las fisioterapeutas pediátricas Irma García, coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Infantil, y Nerea Meabe, además del doctor José Ignacio Quemada — en colaboración con Aspace Gipuzkoa y la Diputación Foral de Gipuzkoa.
El objetivo principal de este trabajo fue determinar la mejora en la función motora gruesa y la adaptación al ejercicio, así como evaluar la persistencia de los efectos post-intervención. El estudio, de diseño prospectivo controlado no aleatorizado, incluyó a 20 niños (14 con PC y 6 con TDM). Durante 6 semanas, los niños participantes realizaron un programa de 4 sesiones semanales de 65 minutos cada una, utilizando el exoesqueleto ATLAS-2030, de Marsi Bionics, en todas sus modalidades de marcha.
Para evaluar la función motora gruesa, se empleó la Gross Motor Function Measure de 88 ítems (GMFM-88) en tres momentos clave: al inicio, a las 6 semanas y a las 12 semanas tras el inicio del programa.
Se registró el número de pasos y el modo de uso en cada sesión para medir la adaptación de cada niño al ejercicio. Los datos recogidos resultan prometedores: la puntuación total de la GMFM-88 mostró mejoras significativas al finalizar la intervención, las cuales persistieron a las 12 semanas. Asimismo, el número de pasos en modos automático e intención de movimiento aumentó significativamente a las 6 semanas, aunque no se mantuvo con la misma intensidad a las 12 semanas.
En conclusión
Según declaró el doctor Marín, los hallazgos del estudio sugieren que el entrenamiento intensivo con el exoesqueleto ATLAS-2030 no solo facilita una óptima adaptación al ejercicio en niños con PC y TDM, sino que también impacta positivamente en la función motora gruesa, con efectos duraderos al menos hasta 12 semanas después de la intervención. Los datos también apuntan que se precisa una dosis de intervención mínima para mantener los logros. Estos resultados apoyan el potencial del ATLAS-2030 como una estrategia terapéutica intensiva y efectiva para esta población pediátrica.
El estudio subraya la importancia de continuar explorando y desarrollando tecnologías avanzadas para abordar las necesidades terapéuticas de niños con parálisis cerebral y patologías afines.