La entidad para la práctica regular de deporte para personas con daño cerebral que impulsó el Hospital Aita Menni se extiende a otros colectivos
Un poco de snow y un poco de surf. ¿Por qué no, si los deportistas de ADAM ya practican fútbol, petanca, ciclismo, senderismo, pesca deportiva, tenis de mesa, boccia, natación, piragüismo…? Las historias de superación son cotidianas en la Agrupación Deportiva Aita Menni pero nadie quería perderse los testimonios de Nico Eguibar y del surfista Aitor Francesena. Por eso, la mayoría de sus integrantes se acercaron el pasado día 29 al salón de actos del Hospital Aita Menni en Mondragón. De Bilbao, San Sebastián, Gernika, Arrasate, etc, suman ya más de 100 deportistas. Vistos los beneficios, a la exitosa experiencia que comenzó con personas con daño cerebral se han unido ahora quienes quieren practicar deporte de forma regular y tienen enfermedad mental.
En un emotivo acto, Nico Eguibar relató su accidente de moto que lo llevó “al borde borde de la muerte, dos meses de coma y muy graves lesiones cerebrales“. En el Hospital Aita Menni se le conoce bien, hace dos años y medio que salió de él, “tras una buena, larga y muy dura recuperación”. Aita Menni “me rehabilitó muy duramente, muy duramente –repitió– que es como hace falta, y me dejó marchar casi como nuevo (teniendo en cuenta como vine, nuevísimo) hacia una vida nueva. Este centro vio renacer a un nuevo Nico”.
Nico es una persona muy cercana al deporte y, desde luego, alguien muy motivador. No hace falta más que ver ‘Gigantes paralelos’, vídeo en el que anima con fuerza a su hermano, Lucas Eguibar, campeón del mundo de snowboard en 2015 y diploma olímpico. “Y eso es su carrera deportiva no ha hecho más que empezar”, dijo con orgullo.
Pero, en realidad, lo que Nico venía de decir a los deportistas reunidos en Mondragón era: “¡¡¡Vosotros sois los verdaderos campeones!!! Porque no conseguiremos récords Güines ni la ovación del país entero, pero vosotros y vosotras sois los que, a pesar de estar en la situación que el destino nos ha dejado, seguís y seguimos mordiendo y agarrándonos a la vida para tener el máximo de ella“. ¿Cómo no? Hubo aplausos, muchos aplausos.
¿Quién dijo miedo?
Y es que el ambiente estaba ya caldeado por la intervención de Aitor Francesena. “Sí, surfear sin ver es como surfear en el abismo. ¿Pero a quién no le gustaría surfear en el abismo?”. Así respondía ‘Gallo’ a la poética pregunta de Itxaso, una de las deportistas que se encontraba en la sala. Profesor de surf y surfista a pesar de haber perdido la vista hace cuatro años, a este zarautztarra le gustan los retos, vivir “a tope. A saco. Darlo todo“. “Tenemos en común el deporte“, les dijo a los y las deportistas de ADAM, y subrayó “el mogollón de satisfacciones que nos proporciona: comer bien, dormir bien, sentirnos bien. Muchas alegrías y un bienestar increíble“. Fiel a su lema (querer es poder, ‘qep’), invitó a todas las personas asistentes a fijarse un reto, sea cual sea, y “darle, darle y darle“.
Unas gafas Siroko para quien suba al escenario a hacer una pregunta. Muchas manos levantadas entre el público pidiendo el turno. Carlos Cañete, monitor y entrenador de ADAM en Bilbao, conteniendo la avalancha, dándolo también todo en su nueva faceta de maestro de ceremonias. ¿Pensaste en dejarlo al perder la visión? ¿Se agudizan el resto de los sentidos cuando se pierde uno? Aitor Francesena fue respondiendo con cariño cada una de las cuestiones: “Decidí seguir, con mucho respeto al mar pero siempre hacia adelante”. “Así es, cuando te falta algo tiras de lo que tienes. Y efectivamente, si se agudizan los sentidos es porque tiras de ellos”. ¿Las sensaciones al surfear han aumentado o bajado? “Las sensaciones son impresionantes, brutales de buenas. Yo antes no era del todo feliz surfeando, estaba pensando en cómo coger la siguiente ola. Ahora siento cada ola. Remo una ola, maravilloso, brutal. Y si ya giro y me acompaña la ola… ¡¡Yuju!!”.
El surf es su vida. “Si probáis el surf os va a dar tal enganchón… Porque si queréis podéis hacer todo”. Sus palabras contagiaron el ambiente de ganas e ilusión. Con el eslogan de la marca que le patrocina, “What you are is what you do”, entre una gran ovación, Aitor Francesena daba paso al resto del programa.
Con la equipación deportiva, por equipos y disciplinas, con sus entrenadoras y entrenadores, el centenar de integrantes de ADAM fue subiendo al escenario para fotografiarse con los dos invitados. Hubo quienes recordaron su participación en eventos y competiciones, incluso se mostró algún trofeo. Una mañana emocionante en la que el coro Antzaran, del Centro de Rehabilitación Psicosocial de Irún, cantó el Aleluya de Leonard Cohen y en la que participaron también algunas personas voluntarias; sin ellas no serían posibles actividades como la boccia o el tenis de mesa. ¡¡GRACIAS a todos por venir!! Una mañana provechosa en la que también echamos de menos a quienes no pudieron acercarse. Pero a ADAM le aguardan muchas temporadas así que, sin duda, habrá muchas más ocasiones.