“El principal reto que tenemos en la atención del daño cerebral adquirido en España para los próximos diez años es consensuar entre todos los actores implicados –Administración, entidades asistenciales y las personas y familias afectadas- una nueva filosofía asistencial”. Éste es el horizonte presentado por José Ignacio Quemada, psiquiatra y director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral, en su intervención en la ‘Jornada sobre Atención al Daño Cerebral Adquirido’ que se celebra hoy en el Ministerio de Sanidad y Política Social.
Quemada ha abogado por que esta “nueva filosofía asistencial” se base en cuatro pilares fundamentales. El primero de ellos corresponde a “la conveniencia de que se responda a las necesidades de las personas con enfermedades crónicas o discapacidad permanente”, aludiendo así al doble perfil, sanitario y sociosanitario de la atención a estos pacientes.
De igual manera, el experto ha hecho hincapié en la importancia de que la orientación de la atención en daño cerebral adquirido (DCA) “sitúe en el centro del proceso, no sólo a la persona con discapacidad, sino también a su propia familia”.
Quemada ha proseguido su exposición señalando que es necesario un cambio en las unidades básicas de la actividad actual en daño cerebral adquirido (episodios en los que éste sucede, consultas o intervenciones quirúrgicas) “por procesos de cuidados y de promoción de la autonomía personal, tal y como recoge la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a personas en situación de dependencia”.
“Todo esto -ha indicado- tiene que confluir en un nuevo sistema que garantice la continuidad asistencial de todo el proceso de atención al paciente con daño cerebral adquirido. En este sentido, citó como garantías de la continuidad asistencial “la correcta identificación de personas con daño cerebral” y la figura del gestor de casos, “que en muchas ocasiones puede coincidir con el papel del trabajador social en el ámbito sanitario y con el responsable del equipo técnico de apoyo a la persona con daño cerebral adquirido y su familia”.
Modelo de atención a las personas con daño cerebral
En la jornada, que ha estado organizada por la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) en colaboración con la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud y la dirección general de Políticas Sectoriales sobre Discapacidad del Ministerio de Sanidad y Política Social, Quemada ha señalado los principios gestores del nuevo paradigma planteado en el documento técnico ‘Modelo de Atención a las Personas con Daño Cerebral’, editado por el Imserso (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) y coordinado por el propio psiquiatra.
Así, ha enumerado los principios, señalando que el nuevo modelo debe velar por la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, establecer una continuidad y coordinación asistencial, poner el acento en la calidad de vida frente a la curación, centrarse en la persona y en su familia, funcionar a través de equipos multidisciplinares, con programas de atención individualizados, y que dichos programas se evalúen a través de criterios de calidad contrastables.
En la elaboración de este documento técnico participaron expertos de FEDACE –del que Ignacio Quemada es miembro de su comité científico asesor, del Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC), de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) y del Hospital Aita Menni del País Vasco.
Variabilidad de los recursos sociales disponibles
Tal y como ha expresado Quemada, “actualmente nos vemos inmersos en un proceso en el que las distintas administraciones están adaptándose a un escenario en el que la atención al daño cerebral ha dejado de ser una prestación graciable, a gozar de una cobertura universal por ley”.
Por ello, ha recomendado durante su intervención “desarrollar sistemas de acreditación y que la Administración desempeñe directamente la labor de inspección y de coordinación de servicios”.
“Es necesaria la presencia de un equipo técnico de apoyo que esté en el centro de la gestión del daño cerebral adquirido a través de los distintos recursos sociales existentes”, entre los que citó “los centros de día, los pisos tutelados, las residencias, la ayuda domiciliaria y la teleasistencia, y las políticas de empleo, ocupación y ocio”.
Programas de atención a familiares
El director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral ha comentado igualmente que “las familias que tienen en su seno a una persona con daño cerebral adquirido precisan de una información, entrenamiento y adaptación psicológica específicas según los momentos del proceso”. Así, distinguió entre “el diagnóstico y primeras intervenciones, la rehabilitación y vuelta a casa, y la readaptación y afrontamiento del futuro”.“El principal reto que tenemos en la atención del daño cerebral adquirido en España para los próximos diez años es consensuar entre todos los actores implicados –Administración, entidades asistenciales y las personas y familias afectadas- una nueva filosofía asistencial”. Éste es el horizonte presentado por José Ignacio Quemada, psiquiatra y director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral, en su intervención en la ‘Jornada sobre Atención al Daño Cerebral Adquirido’ que se celebra hoy en el Ministerio de Sanidad y Política Social.
Quemada ha abogado por que esta “nueva filosofía asistencial” se base en cuatro pilares fundamentales. El primero de ellos corresponde a “la conveniencia de que se responda a las necesidades de las personas con enfermedades crónicas o discapacidad permanente”, aludiendo así al doble perfil, sanitario y sociosanitario de la atención a estos pacientes.
De igual manera, el experto ha hecho hincapié en la importancia de que la orientación de la atención en daño cerebral adquirido (DCA) “sitúe en el centro del proceso, no sólo a la persona con discapacidad, sino también a su propia familia”.
Quemada ha proseguido su exposición señalando que es necesario un cambio en las unidades básicas de la actividad actual en daño cerebral adquirido (episodios en los que éste sucede, consultas o intervenciones quirúrgicas) “por procesos de cuidados y de promoción de la autonomía personal, tal y como recoge la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a personas en situación de dependencia”.
“Todo esto -ha indicado- tiene que confluir en un nuevo sistema que garantice la continuidad asistencial de todo el proceso de atención al paciente con daño cerebral adquirido. En este sentido, citó como garantías de la continuidad asistencial “la correcta identificación de personas con daño cerebral” y la figura del gestor de casos, “que en muchas ocasiones puede coincidir con el papel del trabajador social en el ámbito sanitario y con el responsable del equipo técnico de apoyo a la persona con daño cerebral adquirido y su familia”.
Modelo de atención a las personas con daño cerebral
En la jornada, que ha estado organizada por la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) en colaboración con la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud y la dirección general de Políticas Sectoriales sobre Discapacidad del Ministerio de Sanidad y Política Social, Quemada ha señalado los principios gestores del nuevo paradigma planteado en el documento técnico ‘Modelo de Atención a las Personas con Daño Cerebral’, editado por el Imserso (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) y coordinado por el propio psiquiatra.
Así, ha enumerado los principios, señalando que el nuevo modelo debe velar por la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, establecer una continuidad y coordinación asistencial, poner el acento en la calidad de vida frente a la curación, centrarse en la persona y en su familia, funcionar a través de equipos multidisciplinares, con programas de atención individualizados, y que dichos programas se evalúen a través de criterios de calidad contrastables.
En la elaboración de este documento técnico participaron expertos de FEDACE –del que Ignacio Quemada es miembro de su comité científico asesor, del Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC), de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) y del Hospital Aita Menni del País Vasco.
Variabilidad de los recursos sociales disponibles
Tal y como ha expresado Quemada, “actualmente nos vemos inmersos en un proceso en el que las distintas administraciones están adaptándose a un escenario en el que la atención al daño cerebral ha dejado de ser una prestación graciable, a gozar de una cobertura universal por ley”.
Por ello, ha recomendado durante su intervención “desarrollar sistemas de acreditación y que la Administración desempeñe directamente la labor de inspección y de coordinación de servicios”.
“Es necesaria la presencia de un equipo técnico de apoyo que esté en el centro de la gestión del daño cerebral adquirido a través de los distintos recursos sociales existentes”, entre los que citó “los centros de día, los pisos tutelados, las residencias, la ayuda domiciliaria y la teleasistencia, y las políticas de empleo, ocupación y ocio”.
Programas de atención a familiares
El director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral ha comentado igualmente que “las familias que tienen en su seno a una persona con daño cerebral adquirido precisan de una información, entrenamiento y adaptación psicológica específicas según los momentos del proceso”. Así, distinguió entre “el diagnóstico y primeras intervenciones, la rehabilitación y vuelta a casa, y la readaptación y afrontamiento del futuro”.“El principal reto que tenemos en la atención del daño cerebral adquirido en España para los próximos diez años es consensuar entre todos los actores implicados –Administración, entidades asistenciales y las personas y familias afectadas- una nueva filosofía asistencial”. Éste es el horizonte presentado por José Ignacio Quemada, psiquiatra y director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral, en su intervención en la ‘Jornada sobre Atención al Daño Cerebral Adquirido’ que se celebra hoy en el Ministerio de Sanidad y Política Social.
Quemada ha abogado por que esta “nueva filosofía asistencial” se base en cuatro pilares fundamentales. El primero de ellos corresponde a “la conveniencia de que se responda a las necesidades de las personas con enfermedades crónicas o discapacidad permanente”, aludiendo así al doble perfil, sanitario y sociosanitario de la atención a estos pacientes.
De igual manera, el experto ha hecho hincapié en la importancia de que la orientación de la atención en daño cerebral adquirido (DCA) “sitúe en el centro del proceso, no sólo a la persona con discapacidad, sino también a su propia familia”.
Quemada ha proseguido su exposición señalando que es necesario un cambio en las unidades básicas de la actividad actual en daño cerebral adquirido (episodios en los que éste sucede, consultas o intervenciones quirúrgicas) “por procesos de cuidados y de promoción de la autonomía personal, tal y como recoge la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a personas en situación de dependencia”.
“Todo esto -ha indicado- tiene que confluir en un nuevo sistema que garantice la continuidad asistencial de todo el proceso de atención al paciente con daño cerebral adquirido. En este sentido, citó como garantías de la continuidad asistencial “la correcta identificación de personas con daño cerebral” y la figura del gestor de casos, “que en muchas ocasiones puede coincidir con el papel del trabajador social en el ámbito sanitario y con el responsable del equipo técnico de apoyo a la persona con daño cerebral adquirido y su familia”.
Modelo de atención a las personas con daño cerebral
En la jornada, que ha estado organizada por la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) en colaboración con la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud y la dirección general de Políticas Sectoriales sobre Discapacidad del Ministerio de Sanidad y Política Social, Quemada ha señalado los principios gestores del nuevo paradigma planteado en el documento técnico ‘Modelo de Atención a las Personas con Daño Cerebral’, editado por el Imserso (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) y coordinado por el propio psiquiatra.
Así, ha enumerado los principios, señalando que el nuevo modelo debe velar por la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, establecer una continuidad y coordinación asistencial, poner el acento en la calidad de vida frente a la curación, centrarse en la persona y en su familia, funcionar a través de equipos multidisciplinares, con programas de atención individualizados, y que dichos programas se evalúen a través de criterios de calidad contrastables.
En la elaboración de este documento técnico participaron expertos de FEDACE –del que Ignacio Quemada es miembro de su comité científico asesor, del Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC), de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) y del Hospital Aita Menni del País Vasco.
Variabilidad de los recursos sociales disponibles
Tal y como ha expresado Quemada, “actualmente nos vemos inmersos en un proceso en el que las distintas administraciones están adaptándose a un escenario en el que la atención al daño cerebral ha dejado de ser una prestación graciable, a gozar de una cobertura universal por ley”.
Por ello, ha recomendado durante su intervención “desarrollar sistemas de acreditación y que la Administración desempeñe directamente la labor de inspección y de coordinación de servicios”.
“Es necesaria la presencia de un equipo técnico de apoyo que esté en el centro de la gestión del daño cerebral adquirido a través de los distintos recursos sociales existentes”, entre los que citó “los centros de día, los pisos tutelados, las residencias, la ayuda domiciliaria y la teleasistencia, y las políticas de empleo, ocupación y ocio”.
Programas de atención a familiares
El director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral ha comentado igualmente que “las familias que tienen en su seno a una persona con daño cerebral adquirido precisan de una información, entrenamiento y adaptación psicológica específicas según los momentos del proceso”. Así, distinguió entre “el diagnóstico y primeras intervenciones, la rehabilitación y vuelta a casa, y la readaptación y afrontamiento del futuro”.“El principal reto que tenemos en la atención del daño cerebral adquirido en España para los próximos diez años es consensuar entre todos los actores implicados –Administración, entidades asistenciales y las personas y familias afectadas- una nueva filosofía asistencial”. Éste es el horizonte presentado por José Ignacio Quemada, psiquiatra y director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral, en su intervención en la ‘Jornada sobre Atención al Daño Cerebral Adquirido’ que se celebra hoy en el Ministerio de Sanidad y Política Social.
Quemada ha abogado por que esta “nueva filosofía asistencial” se base en cuatro pilares fundamentales. El primero de ellos corresponde a “la conveniencia de que se responda a las necesidades de las personas con enfermedades crónicas o discapacidad permanente”, aludiendo así al doble perfil, sanitario y sociosanitario de la atención a estos pacientes.
De igual manera, el experto ha hecho hincapié en la importancia de que la orientación de la atención en daño cerebral adquirido (DCA) “sitúe en el centro del proceso, no sólo a la persona con discapacidad, sino también a su propia familia”.
Quemada ha proseguido su exposición señalando que es necesario un cambio en las unidades básicas de la actividad actual en daño cerebral adquirido (episodios en los que éste sucede, consultas o intervenciones quirúrgicas) “por procesos de cuidados y de promoción de la autonomía personal, tal y como recoge la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a personas en situación de dependencia”.
“Todo esto -ha indicado- tiene que confluir en un nuevo sistema que garantice la continuidad asistencial de todo el proceso de atención al paciente con daño cerebral adquirido. En este sentido, citó como garantías de la continuidad asistencial “la correcta identificación de personas con daño cerebral” y la figura del gestor de casos, “que en muchas ocasiones puede coincidir con el papel del trabajador social en el ámbito sanitario y con el responsable del equipo técnico de apoyo a la persona con daño cerebral adquirido y su familia”.
Modelo de atención a las personas con daño cerebral
En la jornada, que ha estado organizada por la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) en colaboración con la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud y la dirección general de Políticas Sectoriales sobre Discapacidad del Ministerio de Sanidad y Política Social, Quemada ha señalado los principios gestores del nuevo paradigma planteado en el documento técnico ‘Modelo de Atención a las Personas con Daño Cerebral’, editado por el Imserso (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) y coordinado por el propio psiquiatra.
Así, ha enumerado los principios, señalando que el nuevo modelo debe velar por la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, establecer una continuidad y coordinación asistencial, poner el acento en la calidad de vida frente a la curación, centrarse en la persona y en su familia, funcionar a través de equipos multidisciplinares, con programas de atención individualizados, y que dichos programas se evalúen a través de criterios de calidad contrastables.
En la elaboración de este documento técnico participaron expertos de FEDACE –del que Ignacio Quemada es miembro de su comité científico asesor, del Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC), de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) y del Hospital Aita Menni del País Vasco.
Variabilidad de los recursos sociales disponibles
Tal y como ha expresado Quemada, “actualmente nos vemos inmersos en un proceso en el que las distintas administraciones están adaptándose a un escenario en el que la atención al daño cerebral ha dejado de ser una prestación graciable, a gozar de una cobertura universal por ley”.
Por ello, ha recomendado durante su intervención “desarrollar sistemas de acreditación y que la Administración desempeñe directamente la labor de inspección y de coordinación de servicios”.
“Es necesaria la presencia de un equipo técnico de apoyo que esté en el centro de la gestión del daño cerebral adquirido a través de los distintos recursos sociales existentes”, entre los que citó “los centros de día, los pisos tutelados, las residencias, la ayuda domiciliaria y la teleasistencia, y las políticas de empleo, ocupación y ocio”.
Programas de atención a familiares
El director de la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral ha comentado igualmente que “las familias que tienen en su seno a una persona con daño cerebral adquirido precisan de una información, entrenamiento y adaptación psicológica específicas según los momentos del proceso”. Así, distinguió entre “el diagnóstico y primeras intervenciones, la rehabilitación y vuelta a casa, y la readaptación y afrontamiento del futuro”.