Desde la UDC de Hermanas Hospitalarias de Valladolid se ha realizado un estudio con pacientes con problemas de deglución. El trabajo destaca la eficacia del tratamiento logopédico y subraya que si se mantiene la nutrición alternativa -mediante PEG o SNG- durante mucho tiempo no sólo irá en aumento la dificultad deglutoria sino también otras funciones asociadas, como el habla.
Patricia Murciego Rubio, logopeda de la Unidad de Daño Cerebral del Centro Hospitalario Benito Menni de Valladolid, ha realizado un estudio sobre la eficacia del tratamiento logopédico en pacientes con disfagia neurógena junto con la doctora Natividad García Atarés, de la Universidad de Valladolid.
Para llevar a cabo este trabajo se ha seguido la evolución de 10 pacientes: 5 de ellos recibieron tratamiento posterior a la valoración y 5, por condiciones ajenas al centro, no pudieron recibir este tratamiento específico. Después de 3 meses de evolución, a los 10 pacientes se les efectuó una reevaluación de su mecánica deglutoria. El estudio refleja que, gracias a la exploración logopédica, todos los pacientes al menos pudieron recibir unas pautas mínimas de alimentación que prescribían un tipo de dieta que presenta un menor riesgo de aspiración o penetración, aspecto relevante avalado por multitud de artículos de investigación.
Las conclusiones de este trabajo señalan que: los 5 pacientes que recibieron tratamiento mejoraron su calidad de vida; su alimentación pudo mejorar y algunos de ellos pudieron llegar a realizar una dieta sin adaptaciones. Por el contrario, los pacientes que no fueron tratados no mejoraron su proceso deglutorio, persistiendo los problemas de alimentación, e incluso empeorando.
El uso de alimentaciones alternativas mediante gastrostomía percutánea (PEG) o la sonda nasogástrica (SNG) ocasiona a medio plazo problemas como la disminución de la sensibilidad bucal, importante en la coordinación oromotora, y, en el caso de la sonda nasogástrica, dificultades en la movilidad velopalatina.
“Si mantenemos la nutrición alternativa durante mucho tiempo, no sólo irá en aumento la dificultad deglutoria sino también otras funciones asociadas como el habla”, afirma Patricia Murciego. “Aunque la muestra estudiada es de un número reducido de casos, está en consonancia con lo que aportan otros estudios de investigación. Esperamos en un futuro próximo ampliar dicha muestra para confirmar los datos obtenidos”, concluye la logopeda de la UCD de Hermanas Hospitalarias en Valladolid.
Material de interés sobre la disfagia
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